Sgabei – masa frita italiana

Presentación

Los sgabei son un entremés italiano, 🇮🇹 típico de la ciudad de La Spezia, que se originó en la Lunigiana (una zona de confín entre Liguria y Toscana). Con esta receta, explicada en detalle, prepararás estas deliciosas tiras de masa de pan fritas que, según relata la historia, las mujeres locales inventaron al tratar de aprovechar la masa para pan que les sobraba al final del día.

Los sgabei se utilizan hoy como una alternativa mucho más golosa al pan y se pueden comer solos o acompañados de un surtido de quesos (blandos, tiernos o curados) y diversos embutidos.

Su textura, ligeramente crujiente y gomosa en el exterior y suave y aireada en el interior, te va a encantar y convertirá este plato en tu entremés más solicitado. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 2h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de trigo: 300 g*
  • Harina de fuerza: 200 g*
  • Agua: 350 ml
  • Levadura fresca en cubito: ½ cubito = 12 g** (tipo: Saccaromices Cerevisiae)
  • Sal: 1 cucharadita
  • Aceite de oliva/de girasol: 1 cucharada + para freír

*Al utilizar levadura de panadería, los mejores resultados se obtienen empleando exclusiva o al menos parcialmente harina de fuerza: por ello puedes utilizar incluso 500 g de fuerza y prescindir de la harina normal. Sin embargo, la receta sale muy bien incluso si utilizas solo harina de trigo de todo uso (por si no tienes la otra en casa 😉 ).

**Puedes sustituir la levadura fresca en cubito por levadura de panadería seca, en las cantidades indicadas por su fabricante en la confección.


Realización

Calienta el agua hasta que esté tibia.
[Ojo: no tiene que quemarte la piel: si tuviera esa temperatura demasiado elevada impediría la acción de la levadura].

En una pequeña parte de agua disuelve la levadura troceada (que puedes utilizar seca, fresca o directamente sacada del congelador).

En un bol vierte las harinas, la sal, la cucharada de aceite, el agua tibia que te ha quedado y el líquido con la levadura disuelta. Amasa manualmente o con tu robot de cocina durante al menos 5 minutos, para lograr una masa lisa y elástica.

Coloca la masa en un bol y cubre con un trapo limpio o película transparente y deja reposar durante 1h – 1,5h en un lugar caliente.

Pasado ese tiempo, amasa nuevamente sobre tu encimera para lograr una masa lisa y luego divídela en unas 6 partes. Coge una y cubre las demás.

Esparce harina sobre la encimera y sobre la superficie de la masa. Aplasta esta última con tus dedos para dar forma de rectángulo a tu masa. Utilizando una máquina para hacer pasta fresca (de las que convierten progresivamente la masa en una lámina fina) o un rodillo, saca unas láminas de masa de unos 3 mm de espesor. Esparce varias veces la harina sobre los dos lados de la masa para evitar que se pegue, especialmente cada vez que reduzcas el espesor de laminación.
[Ojo: si utilizas la máquina, empieza por el espesor más grande que se pueda programar entre los rodillos. Pasa la masa una primera vez, dobla la masa aplastada que sale de las primeras laminaciones sobre sí misma – acortando así su largueza de la mitad o de dos tercios – (este paso sirve porque la superficie suele salir irregular por la presión inicialmente ejercida), esparce con harina y vuelve a pasar por la máquina. Cuando notes que sale una lámina lisa, entonces esparce otra vez con harina y reduce el espacio entre los rodillos: pasa la masa por la máquina al menos dos veces, hasta sacar una lámina lisa, antes de reducir nuevamente el espacio. Sigue estos pasos hasta conseguir el espesor deseado.]

Ahora que tienes una lámina, utiliza un cortador para pizza o un cuchillo para sacar unas tiras de masa: puedes hacer cuadrados, rectángulos o rombos. Coloca cada pieza cobre una bandeja de madera bien enharinada para prevenir que la masa se pegue. Cubre las bandejas preparadas con un trapo limpio para que no se sequen.

Repite el proceso hasta agotar los trozos de masa (no olvides que puedes utilizar las sobras de los cortes de la porción anterior en la siguiente, juntándolas a la masa y amasando un poco antes de laminar).

Los primeros sgabei que hayas preparado habrán crecido un poco: puedes empezar a freírlos respetando el orden de preparación o dejar que leuden unos 10 minutos más antes de hacerlo: cuanto más crezcan, más aireados y suaves estarán.

Fríe los sgabei (siempre respetando el orden de preparación, para que todos puedan crecer un poco) en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén bien dorados por las dos partes. Cuando estén listos, colócalos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Sirve calientes.

Sgabei - masa frita italiana
Sgabei – masa frita italiana

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Existe una variación que prevé sustituir ¼ parte de la harina total de la receta por harina fina de maíz (ojo: no es maizena/almidón de maíz): la textura cambia y el resultado es también muy interesante 😉

Acompaña los sgabei con un surtido de verduras cortadas en palillos que puedas mojar en vinagreta: es una guarnición, bastante frecuente en Italia para este tipo de platos, que se llama pinzimonio.

Pan casero de larga y ajustable fermentación

Presentación

Si aún no has probado a amasar y hornear tu proprio pan eres posiblemente un exponente de una especie en extinción, especialmente tras el confinamiento. Ya sabes que este blog busca animarte a aventuras en la cocina, así que a partir de hoy vamos a contar contigo en el bando de los panaderos caseros, porque esta receta es tan cómoda que no tendrás más remedio que probarla. 🍞

Este pan altamente hidratado es de los de larga fermentación, pero lo mejor es que puedes adecuar el tiempo durante el cual crecerá en tu nevera dependiendo de tus necesidades, puesto que saldrá fenomenal toda vez que repose entre 6h y 24h: una ventana de tiempo bien abundante para escoger cuando te viene mejor seguir con la receta. Yo lo preparé por la tarde y, tras haberlo dejarlo reposar toda la noche, lo saqué del horno a tiempo para el almuerzo, pero podrías dejarlo fermentar más y tener pan fresco y calentito para la merienda o la cena.

¿Aún no estás convencido o quizás eres de los panaderos quisquillosos? ¡Baja un poco y echa un vistazo a la pinta que tiene este pan! Una corteza robusta, bien dorada y súper crujiente… una miga bien aireada y húmeda que se queda suave durante días… ¿suena de maravilla, verdad? 🤩

No esperes más: esta receta te aportará muchísima satisfacción y será una nueva aventura que da un resultado delicioso el 100% de las veces 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 7 – 25h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de fuerza: 400 g (sustituible completamente o en parte por harina de trigo)
  • Agua: 300 ml
  • Levadura de panadería: 3 g de levadura seca o 12 g de levadura fresca/congelada
  • Azúcar: ½ cucharadita
  • Sal: 1 cucharadita

Realización

En un bol tamiza la harina. Añade la sal, el azúcar y la levadura seca (o la levadura fresca disuelta con el azúcar en un poco de agua tibia) y mezcla con tus manos para repartir todo.

En otro bol vierte toda el agua (o lo que te queda si has disuelto la levadura fresca/congelada) y añade un par de cucharadas de harina y mezcla con un tenedor o, en la fase inicial (mientras la masa no sea espesa), con un batidor de varillas: queremos que la harina se disuelva lo más homogéneamente posible y reducir al mínimo los grumos. Entonces añade dos cucharadas más, mezcla bien y sigue incorporando hasta terminar la harina.

Movimientos giratorios

Ahora cubre el bol con un trapo y deja que repose unos 10-15 min. Pasado este tiempo podremos apreciar que la masa tiene un aspecto más liso. Coge una espátula y haz unos movimientos que coloquen la espátula en el fondo del bol y tiren hacia arriba con un movimiento circular y repite así en toda la circunferencia de tu bola de masa: el resultado es que habrás dado la vuelta a la masa y la habrás trabajado un poco, facilitando la consecución de una estructura elástica.

Deja que la masa repose cubierta con el trapo unos 10 minutos más antes de volver a girar la masa con la espátula. Repite este paso unas dos o tres veces más y verás que la masa será cada vez más lisa.

Ahora ha llegado el momento de dejar que la masa repose tapada en la nevera, donde crecerá lentamente durante un tiempo mínimo de 6h y un máximo de 24h.

Cuando decidas pasar a la siguiente fase, saca la masa de la nevera y amásala un poco sobre tu encimera abundantemente enharinada (Ojo: muy importante porque una masa tan hidratada como esta es naturalmente pegajosa). Esparce un poco de harina encima y expándela con tus manos hasta obtener un rectángulo.

Ahora divide mentalmente el rectángulo en tres partes y dobla la masa como en la ilustración. Al final aprieta los lados que indica la flecha azul como si trataras de sellar la masa.

Procedimiento para doblar la masa

Tenemos que repetir el procedimiento una vez más para que la masa se haga «más fuerte». Antes de continuar, rueda el rectángulo sobre la encimera unos 90º hacia tu izquierda, para que tú estés colocad@ respecto de la masa como si fueras el punto azul de la ilustración y no la flecha azul: esto lo hacemos porque hay que doblar la masa en sentido perpendicular al anterior.

Repite el doblado y el sellado de la masa, utilizando más harina para evitar que se te pegue la masa a la encimera o a los dedos. Ahora redondea los ángulos para que la masa se parezca a una bola. Cubre un bol con un trapo y esparce harina encima. Ahora coloca ahí dentro la bola de masa, que reposará cubierta en un lugar caliente hasta doblar su volumen (aprox. 1h 30 min).

Ha llegado el momento de hornear esta delicia. Enciende el horno a 230ºC y coloca en su interior una olla (de unos 18-21 cm de diámetro) hecha completamente de acero, de hierro fundido o de cerámica para que se vaya calentando (el aluminio no da los mejores resultados y tampoco las ollas muy finas). Cuando el horno haya llegado a temperatura, saca con cuidado la olla y vierte la masa en su interior ayudándote con el trapo (Ojo: ¡no te quemes!). Cubre con la tapa de la olla (también apta para horno, es decir sin materiales que puedan fundirse) o, si no tienes, con una doble capa de película de aluminio que apretarás a los bordes teniendo las manos bien protegidas.

Deja que se hornee los primeros 30 minutos a 230ºC y después elimina la tapa o la película. Deja que se hornee unos 20 min más a 220ºC: en esta última fase el pan cobrará un bonito color dorado y creará su corteza crujiente.

El pan está listo para ser sacado del horno. Extraelo de la olla y deja que se enfríe un poco antes de empezar a cortarlo.

Pan casero de larga y ajustable fermentación
Pan casero de larga y ajustable fermentación

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

El pan se conserva a temperatura ambiente o en la nevera dentro una bolsa de plástico durante 3-4 días y aguanta su suavidad.

Puedes añadir unas semillas o unas hierbas a la harina si quieres darle un toque más peculiar a tu pan 😉

Si quieres una receta más rápida y que sea un triunfo de mantequilla y hierbas provenzales en tu paladar, prueba los garlic knots. Además de ser suavísimos, son especialmente bonitos de ver 😉

Piadina romañola

Presentación

La piadina romañola (romagnola en italiano) es una de las recetas más típicas de la gastronomía de la región Emilia-Romagna y una de las más versátiles también.

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La piadina es una hoja de masa redonda que se dobla a mitad y rellena con infinitas combinaciones de ingredientes: jamón, embutidos, quesos frescos y curados, verduras frescas o a la parrilla, etc. dependiendo de los gustos de quien la prepara.

La historia de este plato es muy antigua: al parecer los Antiguos Etruscos la preparaban con trigo u otros cereales para el día a día.

Tras la conquista romana de la Etruria, la receta se difundió incluso en los banquetes más refinados, donde se consumía recién cocido porqué tras unas horas se convertía en un disco demasiado duro de comer.

En la Edad Media, la población trató de eludir los impuestos sobre el pan preparando este subrogado con cereales distintos al trigo y comiendo cada vez menos pan.

Sin embargo, en el Renacimiento esta receta sufrió un declino muy marcado, puesto que se afirmaron con fuerza nuevas corrientes culinarias.

Así, durante años la piadina fue la simple comida de los campesinos y pobres que no podían permitirse algo distinto de los productos de la tierra.

En el 1900 la piadina empezó a volver en los platos de los italianos, gracias al empleo de una parte de harina de maíz, más económica de la de trigo.

Aunque el verdadero boom tuvo lugar en los años ’40 y ’50 cuando la piadina conquistó a los turistas que paseaban por la rivera romañola o viajaban hacia ese mar en coche y encontraban quioscos a lo largo de las carreteras que ofrecían esta barata delicia.

Ahora hay que ponerse el delantal, así preparamos esta maravillosa y sencilla receta para traer un poco de Italia en nuestras cocinas 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min (+1h de reposo)
  • Coste: muy bajo
  • Dosis: para 4 personas (6 piadinas)

Ingredientes

  • Harina de trigo: 500 g
  • Agua*: 280 ml
  • Aceite de oliva virgen extra: 60 ml (o 80 g de manteca de cerdo)
  • Levadura química: 1,5 cucharaditas
  • Sal: 10 g

*también puedes emplear leche, si bien la versión original lleva agua.


Realización

Antes de empezar hay que precisar dos cosas:

  1. ¿Agua o leche?
    El agua dejará tus piadinas más crujientes, mientras que la leche más suaves. Puedes incluso poner agua y leche en partes iguales (140+140).
  2. ¿Aceite o manteca de cerdo?
    La mejor elección es la manteca de cerdo, porque confiere un sabor y una consistencia inigualable, pero puedes emplear aceite de oliva, que siempre se tiene en casa, que confiere un olor muy característico y te permite preparar una versión ligera de la piadina 😉

Verte en tu robot de cocina todos los ingredientes y deja que se amasen durante unos 7 minutos, hasta lograr una masa lisa y homogénea. Si lo prefieres, puedes amasar a mano.

Divide la masa en 6 bolitas y ponlas sobre la encimera. Cubre las bolitas con un trapo limpio o película (no hace falta envolverlas). Deja que reposen al menos 30 min (o incluso 1 h), para que la masa se haga más lisa.

Pasado ese tiempo, con la ayuda de un rodillo, extiende cada bolita en un círculo de masa del espesor de 2-3 mm (¡tiene que ser muy fino!).
[Truco: si no consigues un círculo, sino que alguna forma extravagante, quizás te interese colocar un plato por encima de la masa y recortar el perímetro con un cuchillo para lograr un círculo perfecto. 😉 La masa sobrante puedes incorporarla a otra bolita, amasar un poco y extender creando una piadina.]

Coloca la piadina sobre una sartén suficientemente grande (diámetro mínimo igual al de la piadina) solo cuando ésta esté ya muy caliente. Puedes emplear también una sartén para crêpes o una sartén de hierro fundido.

Mueve la piadina sobre la sartén para que no se pegue y cocina unos 2-3 min por lado (notarás como crece y se forman burbujas).

Ahora, mientras estén aún calientes, tan solo queda añadir el relleno que más te apetezca, doblar por la mitad y dar un buen mordisco.

piadina romañola

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Existen muchísimos rellenos posibles… infinitos diría yo.

Si deseas rellenarlas con queso y quieres que se funda, rállalo o córtalo en lonchas finas y colócalo tras haber dado la última vuelta, poco antes de retirar la piadina y deja a fuego muy bajo, colocando la tapa sobre la sartén.

Posibles combinaciones:

  • jamón serrano y queso (gouda, brie, havarti, etc.), con un extra de calabacines a la parrilla o tomates (frescos o secos)
  • jamón cocido, gouda/havarti y un trocitos de queso azúl
  • mix de quesos (gouda, gorgonzola, brie), nueces y rúcola
  • ensalada, jamón/ salchichón, gouda/havarti, salsa al yogur o mayonesa
  • mozzarella y mortadella/jamón, albahaca
  • queso scamorza y chorizo
  • pollo asado troceado, salsa curry y queso brie
  • pavo, tomates secos y requesón
  • queso crema para untar, pesto a la genovesa y verduras a la parrilla
  • nutella o nocilla 😉

La piadina se puede congelar cuando esté suficientemente cocida, pero aún no del todo, tras haberse enfriado.

Rosca salada de masa brioche con relleno «gusto pizza»

Presentación

Soluciona tu comida con una sola receta que pondrá la sonrisa en la cara a todos.

Prepara una rosca salada de suavísima masa brioche con un relleno increíble y altamente personalizable.

Esta versión tiene «gusto pizza»: lleva una salsa de tomate riquísima, jamón cocido, crujiente bacon y queso… que se fundirá será absolutamente irresistible 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 20 min (+3 h reposo)
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de fuerza: 450 g
  • Leche: 110 g
  • Huevos: 3 medianos
  • Levadura fresca: 15 g (tipo saccaromices cerevisiae)*
  • Mantequilla: 90 g
  • Sal: 2-3 cucharaditas

PARA EL RELLENO:

  • Tomate triturado: 125 ml
  • Cebolla: 1/2
  • Mantequilla: 2 cucharadas
  • Albahaca seca: 1 cucharadita
  • Orégano seco: 1 cucharadita
  • Queso Gouda: 300 g
  • Jamón cocido: 200 g
  • Bacon: 200 g

*En alternativa, levadura seca del mismo tipo: 8 g


Realización

La preparación es bastante sencilla, pero te aconsejo emplear una amasadora eléctrica para ahorrar tiempo.

Para preparar la masa, vierte en el bol de tu amasadora la harina, la sal, los huevos y la mantequilla troceada, que debe estar bien blanda para que se incorpore bien a la masa.

[Truco: si tienes prisa y no tienes mantequilla fuera de la nevera, deja calentar los trozos de mantequilla durante unos 20 segundos en el microondas a máxima potencia, pero cuidado con que no se derrita 😉 ]

Calienta la leche para que sea caliente (pero no tanto como para que te quemes si la tocas, es decir a menos de unos 45°C). En la leche disuelve la levadura.

[Truco: para que la levadura no pierda su capacidad de levantar la masa no hay que pasarse con la temperatura de la leche, pero el hecho de que sea caliente va a ayudar a que crezca mejor y más rápidamente]

Añade entonces la leche a los demás ingredientes en el bol y deja que amase durante unos 5 minutos: tienes que lograr una masa homogénea y elástica.

Deja reposar la masa, tapada con un trapo, durante 2 horas en un sitio caliente.

En la espera, puedes cocinar el bacon  en una sartén (no hace falta añadir grasa), para que esté bien crujiente.

Asimismo, puedes preparar la salsa de tomate: en una sartén añade unas cucharadas de mantequilla y la cebolla picada. Deja que se dore. Añade orégano y albahaca y mezcla. Incorpora el tomate triturado y deja cocinar un par de minutos. Aparta del fuego.

Pasado ese tiempo de reposo, notarás como la masa ha más que doblado su volumen.

Ahora hay que amasar un poco sobre la encimera bien enharinada, para obtener la consistencia perfecta.

[Nota: La masa es por su naturaleza un poco blanda.]

Con un rodillo, extiende la masa sobre papel vegetal hasta lograr un rectángulo de unos 50 cm de largo y unos 30 de ancho.

Unta toda la superficie con la salsa de tomate (enfriada) y sucesivamente coloca lonchas de queso y por encima bacon y jamón cocido.

Ayudandote con la hoja de papel vegetal sobre la cual has extendido la masa, enrolla ésta última.

Coge un molde con aro de 28 cm de diámetro y coloca el rollo. Junta las extremidades del rollo para crear una rosca.

Deja que repose durante unos 30-60 minutos tapada con un trapo.

Unta la superficie de la rosca con un poco de aceite de oliva (emplea un pincel de silicona para repartir todo uniformemente).

Hornea unos 35 minutos (aprox.) a 180°C hasta que esté bien dorado.

Deja enfriar unos minutos y sirve.

Rosca salada de masa brioche con relleno «gusto pizza»

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes revolucionar el relleno: sustituye la salsa de tomate con pesto; cambia el jamón cocido y el bacon por chorizo, mortadella, salsichón, etc. y emplea el tipo de queso que prefieras (havarti, cheddar, edam, queso azúl). 😉

Si quieres una versión vegetariana, sustituye los embutidos por lonchas de calabacines, patatas, berenjenas o emplea olivas, alcaparras, etc.

Conserva durante 3-4 días bajo una campana de cristal.

Se puede congelar.

¿Cual es el mejor pan para torrijas?

Querid@s cociner@s,

esta Semana Santa estamos todos disfrutando el sol, las agradables temperaturas y haciendo todas aquellas actividades relajantes que habíamos planeado (y soñado hacer) hace tiempo,  por lo que el tiempo para ir de compras quizás nos resulte complicado de encontrar.

Hoy os propongo una guía muy breve [de ocu.org] que seguramente os resultará útil para evitar ir a comprar el pan para torrijas y realizar la receta con el pan más adecuado que tengáis en casa 🙂


¿Cuál es el mejor pan?

De la clásica barra a los panes especiales, quien quiera hacer torrijas, tiene donde elegir.

Pan de barra

Si optas por este pan, debe ser pan duro, del día anterior.

Tiene que mantenerse bastante tiempo en la mezcla de leche para que empape bien y se ablande la corteza.

Hay que sacar rebanadas grandes evitando la greña (el corte del pan) pues si no se abriría  y rompería con la leche.

Su precio ronda 1,80 euros/kg

Pan candeal

Este pan, de miga suave, muy compacta y con poca humedad, es muy adecuado para elaborar torrijas.

Es también preferible que sea del día anterior.

Su corteza es algo más dura, con lo que hay que tener la precaucación de asegurarnos que también queda suficientemente empapada.

Su precio es es de unos 3 euros/kg

Pan de chapata

Este pan, más aromático, tiene gran número de alveolos (agujeros), a veces de gran tamaño.

Eso hace que le resulte muy difícil captar la humedad de la leche.

Su corteza es dura.

Todo eso contribuye a que no sea el más adecuado para las torrijas.

Cuesta unos 2 euros/kg.

Pan de molde

Resultado de imagen de pan de moldeSu textura, muy blanda, hace que se rompan con facilidad.

Requiere mucho cuidado.

Es mejor utilizar una rebanada gruesa, que aguante mejor el empapamiento.

El coste de este pan es de 1,50 euros/kg

Pan de torrijas de panadería

Este pan especial es una barra de miga consistente y corteza blanda.

Suelen llevar un alto contenido en gluten, grasas y azúcares

Sus marcas están pensadas para hacer las rebanadas de tamaño correcto.

El resultado es bueno, facilitado por su particular composición y formato.

Su precio ronda los 2 euros/kg

Pan de torrijas industrial

Resultado de imagen de pan especial para torrijasSon los últimos del mercado, y ya hay distintas marcas comerciales.Se presentan en un envase a modo de pan de molde, a veces con las rebanadas ya cortadas.

Presentan una miga muy compacta, una corteza muy blanda.

Algunos están ya aromatizados con limón y canela.

Hemos probado 3 marcas, y comprobamos que soportan muy bien el proceso de empapamiento y elaboración.

Estos panes salen a unos 2,20 euros/kg


¿Cuál elijo?

Descartando la chapata, poco adecuada para esta preparación, y el pan de molde fino, los demás panes salen airosos de nuestras pruebas: pueden ser usados para preparar las torrijas.

Por su facilidad para trabajar y sus buenos resultados, los panes especiales de torrija son la mejor alternativa, si bien su coste es ligeramente superior al precio de una barra de pan convencional.

Esta es una solución rápida si no disponemos de otro tipo de pan.

Fügassa genovesa (Focaccia genovesa)

Presentación

La Fügassa a la genovesa es una especialidad de la cocina italiana de la región Liguria, y en particular de la ciudad de Génova.

Es una focaccia extremamente suave y delicada, siendo esa textura y ligereza fruto de una fermentación de más de 2 horas. Al dar un mordisco (o ya a la hora de hornearla) notarás como la masa queda exaltada por la fragancia de las hierbas y del aceite de oliva virgen extra.

Estoy convencida que si en un diccionario pusieran ilustraciones, debajo de la palabra «Delicioso» estaría la foto de la Fügassa. 😋

No queda más que decir sino que es muy versátil: se puede comer sola, con embutidos y quesos y es perfecta como entremés, para sustituir con estilo el pan o como aperitivo. 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min + 2 h 30 min de reposo
  • Coste: muy bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de fuerza: 300 g
  • Harina de fuerza: 300 g
  • Levadura fresca: 12 g (= 1/2 cubito; tipo Saccaromices Cerevisiae)*
  • Sal: 15 g
  • Agua: 400 ml
  • Azúcar: 1 cucharadita (opcional)
  • Aceite extra-virgen de oliva: 140 ml
  • Sal gruesa: al gusto
  • Orégano, tomillo o romero: al gusto (opcional)

*Sustituible por levadura seca de panadería en las proporciones indicadas por el fabricante en la confección.


Realización

Disuelve la sal en el agua tibia y vértela en el bol de la batidora (o en cualquier bol si mezclas manualmente), junto con el azúcar y 100 ml de aceite de oliva.

Mezcla para que se emulsione todo.

Añade la mitad de la harina en el bol y mezcla hasta que se cree una masa líquida lisa.

Ahora incorpora la levadura fresca y mezcla con la batidora durante 1-2 min (o manualmente durante más tiempo).

Por último, verte lo que ha quedado de las harinas y mezcla otra vez hasta obtener una masa homogénea, pero bastante pegajosa.

Verte la masa en un bol espolvoreado con harina y deja que repose durante 1 h 30 min en un sitio caliente, tapado con un trapo limpio.

Verte un buen chorro de aceite de oliva sobre la bandeja para horno que utilizarás en la cocción.

Coloca la masa sobre toda la bandeja untada y trata de conseguir una forma rectangular.

fugassa buchi

Con un pincel de cocina (mejor si de silicona), esparce un poco aceite de oliva por encima, para que no se quede seca la superficie, mientras reposa durante 30 min más en un lugar caliente.

Ahora, con las yemas de tus dedos, presiona la superficie de la fügassa y crea unos agujeros bastante profundos (pero sin romper el fondo de la masa).

Verte el aceite de oliva que ha quedado (¡no escatimes!) por encima de la masa. Notarás que los agujeros se llenan de aceite: así debe ser.

Por última vez, deja reposar la masa (ya no hace falta taparla) durante 30 min en un lugar caliente.

Esparce un poco de sal gruesa y las hierbas que prefieras: orégano, tomillo o romero.

Ha llegado el momento de hornear la fügassa en horno ventilado ya caliente a 200°C durante unos 15 min aprox.

Si quieres que la masa se quede aún más húmeda, puedes pulverizar un poco de agua por encima, antes de ponerla en el horno.

Extrae la bandeja y sirve esta delicia caliente, tibia o fría.

Fügassa genovesa
Fügassa genovesa

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Te resultará más fácil cortar la fügassa cuando esté tibia o fría (con cuchillo para el pan).

Se puede servir sola o con embutidos o quesos.

Puedes elegir (o mezclar) romero, tomillo, orégano u otras hierbas que prefieras. Si notas que tu horno tiende a quemarte las hierbas aromáticas en la superficie, añádelas a la harina antes de amasar en lugar de dejarlas para la superficie y así toda la masa estará aromatizada.

Se conserva durante unos 2-3 días, bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico ( o equivalente biodegradable).

Panzerotti

Presentación

Los Panzerotti son unas empanadas italianas muy sabrosas.

Su masa dorada es muy suave y esponjosa, gracias a la pasta para pizza con la que se realiza.

El relleno con tomate, embutidos y queso es muy personalizable, para lograr complacer a cualquier paladar.

Esta receta es perfecta como entremés, para aperitivos y fiestas.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de trigo: 300 g
  • Harina de fuerza: 200 g
  • Levadura fresca en cubito: 1/2 cubito = 12 g (tipo: Saccaromices Cerevisiae)
  • Agua: 350 ml
  • Sal: 1 cucharaditaimage6
  • Aceite extra-virgen de oliva: 1 cucuharada

PARA EL RELLENO:

  • Gouda / Edam: lo suficiente
  • Mozzarella para pizza: lo suficiente
  • Tomate triturado: 1/3 lata
  • Jamón cocido: lo suficiente *
  • Chorizo: lo suficiente*
  • Orégano: al gusto
  • Albahaca: al gusto

PARA FREÍR:

  • Aceite de girasol: lo suficiente

*para vegetarianos: se puede sustituir por queso azul, atún o verduras


Realización

En una taza, pon una parte del agua caliente (no hirviendo, pero bastante caliente) y disuelve el medio cubito de levadura fresca.

En tu batidora, verte la harina, la sal, el agua, la levadura disuelta y la cucharada de aceite.

Acciona la batidora y mezcla durante unos 3 minutos, para que la masa quede homogénea.

(Puedes hacer todo esto a mano, también: primero mezcla la harina con sal, luego añade los líquidos poco a poco, mezclando constantemente).image1.jpeg

 

Divide la masa en bolas y colócalas sobre papel para horno o sobre una superficie (p.e. la encimera) con harina.

Deja que reposen durante 1 h 30 min tapadas con un trapo. Deberían doblar su volumen.

En la encimera enharinada, extiende cada bola utilizando un rodillo, creando unos círculos de masa de unos 3-4 mm.

Ahora, rellena el centro de cada círculo con una cucharadita de tomate triturado (deja los bordes sin tomate o no conseguirás pegar las extremidades), añade el queso que prefieras y el jamón/chorizo.

SUGERENCIA: El chorizo sabe más rico en el relleno si lo cortas en medias rodajas y lo fríes previamente en una sartén.stampo ravioli

Si te gusta, puedes poner un poco de orégano y/o albahaca.

Ahora dobla cada círculo por la mitad, intentando contener el tomate en su sitio, para que no llegue a los bordes, y sella la extremidad, con tus dedos enharinados (puedes decorar con tus dedos o con un tenedor.

Si tienes este utensilio para raviolis en talla grande (13-16 cm) puedes utilizarlo, tras haberlo enharinado.

Deja que reposen unos 15 min, para que la masa crezca un poco más.

En una freidora o en una sartén pon abundante aceite de girasol y fríe cada image2.jpegpanzerotto por ambos lados, hasta que se dore. Notarás que la masa se hincha un poco.

Cuando estén listos, escúrrelos y deposítalos sobre papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite.

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes crear el relleno que más prefieras: jamón y setas, fuet y queso crema, atún y pimientos/cebolla, jamón cocido y queso azul etc…

El tomate queda genial con el atún y los pimientos.

Erbazzone – pastel de espinacas

Presentación

El erbazzone es una de mis meriendas favoritas, aunque, al gustarme tanto, muchas veces ni llegaba hasta la tarde 🙂

Es un plato perfecto para todo: desayuno, merienda, entremés, aperitivo, etc…

Se trata de una receta italiana, precisamente de la ciudad de Reggio Emilia, que combina espinacas, panceta y queso Parmigiano Reggiano en un pastel particularmente sabroso y rustico que gusta a grandes y peques.

Además del relleno, lo que caracteriza el erbazzone es su sutil masa que envuelve las espinacas y que es absolutamente deliciosa.


Información

  • Dificultad: mediana
  • Tiempo preparación: 1 h 15 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Espinacas: 1 kg (pueden ser congeladas)
  • Cebolletas: 2 pequeñas
  • Panceta: 50 g (opcional – no para los vegetarianos)
  • Parmigiano Reggiano: 6-7 cucharadas
  • Harina de trigo: 300 g
  • Aceite extra-virgen de oliva: 4 cucharadas (se puede sustituir con 1 cucharada abundante de tocino)
  • Agua tibia: lo suficiente
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Prepara la masa: mezcla a la harina el aceite (o tocino), la sal y el agua.

Cuando la masa sea uniforme, apartala, cubierta con película transparente, para que repose durante media hora mínimo.

En una sartén pon la panceta cortada en cubitos. Cuando esté dorada, añade las cebolletas picadas. Sazona con sal y pimienta.

En el momento en el que la cebolla esté hecha también, pon las espinacas hasta que se cocinen y absorban el sabor de la panceta y de la cebolla.

Cuando todo esté listo, apaga el fuego.

Cuando el relleno esté frío, añade el Parmigiano Reggiano rallado y mezcla.

Vuelve a coger la masa y divídela en dos partes.

Extiende la masa hasta que sea sutil y coloca una capa sobre la bandeja (de unos 60 cm) bien untada con aceite.

Coloca el relleno sobre la masa, intentando hacerlo de forma uniforme.

Recubre el relleno con la otra sutil capa de masa, creando un borde de pasta sobrante a los lados. Si quieres decorar los bordes puedes hacerlo pinchando con tus dedos o decorando con un tenedor.

Con un tenedor pincha la masa, creando agujeros que durante la cocción evitaran que la masa se hinche de forma no uniforme.

Hornea a 200°C, con sistema ventilado, durante 25-30 min (controla el tiempo por si con tu horno hace falta menos o más tiempo).

Casi al final de la cocción, unta la superficie con abundante aceite o con tocino, salando ligeramente con sal gruesa y vuelve a hornear.

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Prueba el erbazzone caliente y frío, es igual de bueno en ambas versiones.

Si te gusta la masa más blanda y menos crujiente, pon durante unas horas el erbazzone bajo una campana de cristal.

Puedes acompañar el erbazzone con embutidos o comerlo solo.

¡Si prefieres una bandeja rotonda sale igual de bonita!

Garlic Knots

Presentación

Los Garlic Knots son saludables panecillos con un aroma único de ajo, mantequilla y hierbas provenzales.

En mi opinión, esta es la mejor receta de pan que haya horneado. Son particularmente esponjosas, suaves y deliciosas.

Su textura aguanta tranquilamente un par de días, pero calientes son un trocito de paraíso.

Son gustosos solos, o en combinación con quesos y embutidos.

Así que si tienes un ratito libre, durante un fin de semana o un día lluvioso, te recomiendo sinceramente que pruebes esta receta.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min (+ 1h 20 de reposo de la masa)
  • Tiempo cocción: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de trigo: 480 g
  • Azúcar: 15 g
  • Levadura seca (Saccaromices Cerevisiae): 1 sobre
  • Sal: 1 cucharadita
  • Aceite extra-virgen de oliva: 2 cucharadas
  • Leche: 60 ml
  • Agua: 270 ml

*puedes utilizar 300 g de harina normal y 180 de harina de fuerza: la masa crecerá más

PARA UNTAR:

  • Ajo: 3 dientes
  • Mantequilla: 3 cucharadas
  • Hierbas provenzales: 1 cucharada
  • Sal: una pizca

Realización

En un bol une la harina con la levadura, el azúcar y la sal. Añade el agua caliente, la leche y el aceite de oliva.

Si mezclas manualmente la masa, hazlo durante unos 7 minutos; si mezclas con una planetaria es suficiente hacerlo durante unos 3 minutos.

Cuando hayas conseguido una masa uniforme y suave, deposítala en un bol limpio bastante más grande de la bola de masa, tapando herméticamente con película transparente (o, si no la tienes con un trapo limpio húmedo).

Deja que la masa repose en un lugar posiblemente caliente durante 1 h.

Tras este tiempo, tu masa debería haber doblado su volumen.

Ayudándote con una balanza, divide la masa en porciones de 60 o 80 gramos cadauna.

Con cada porción crea una «serpiente» de 20 cm (para bolas de 60 g) o de unos 25 cm (para bolas de 80 g), siendo delicado con la masa para que no eliminar el aire que contiene.

Ahora hay que hacer el nudo (knot) que da el nombre a este pan.

Coge la serpiente de masa y haz un nudo en el centro. No aprietes demasiado.

Ahora te quedará un extremo a cada lado del nudo. Coge cada uno y dóblalo por debajo del nudo.

garlic knots procedimento.jpg

Posiciona cada panecillo sobre el molde para horno cubierto con papel de horno, dejando bastante espacio entre uno y otro. Ahora los panecillos tienen que crecer otra vez durante unos 20 min.

Mientras esperas prepara el compuesto para untar la superficie de los garlic knots.

Coge la mantequilla y consigue una consistencia de pomada (puedes calentar un poco en el microondas, si hace falta).

Con una prensa de ajos, reduce los tres dientes limpios en trocitos. Incorpora el ajo a la mantequilla y mezcla.

IMG_1107.JPGDespués de los 20 min, con un pincel de silicona esparce la mantequilla sobre los panecillos, intentando cubrir toda la superficie que no está a contacto con el molde.

Ahora coge las hierbas y la sal y espolvorealos por encima.

Calienta el horno a 180°C y, cuando ya tenga esa temperatura, hornea los panecillos.

Hacen falta unos 20 min (aprox.) en horno ventilado. No tienen que cocinarse demasiado.

Si posible, sírvelos aun calientes, para enfatizar su sabor y aroma.

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

IMG_1117Puedes preparar esta cantidad o incluso una más grande y luego congelar una parte, para tenerlos listos cuando quieras.

Se pueden comer solos o con quesos y embutidos.

La consistencia extremadamente suave es perfecta también para desayunar con pan y mermelada: tan solo esparce con mantequilla la superficie (evitando ajo, sal y hierbas).

Aguantan 1-2 días si conservados bajo campana de cristal o en una bolsita de plástica.