Pasta alla puttanesca (Tagliatelle a la puttanesca)

Presentación

Lo que los extranjeros más asocian a la cocina italiana es sin duda el binomio «pizza y pasta». En efecto, hay que reconocer que los italianos destacan por su gran fantasía para condimentar de formas diferentes y siempre gustosas un trozo de masa y un puñado de pasta.

Hoy vamos a enfocarnos en esta segunda parte del binomio, preparando un primer plato italiano 🇮🇹 muy conocido: la Pasta alla puttanesca 🍝.

Esta receta, en la que el tipo de pasta (larga o corta) es totalmente intercambiable, se caracteriza por una salsa hecha con ingredientes potentes e inconfundibles. Las anchoas 🐟 se derriten en un aceite aromatizado con ajo y guindilla 🌶️ y se mezclan con las intensas alcaparras, las gustosas aceitunas y el refrescante tomate 🍅, para envolver las tagliatelle en una espesa capa de sabores que te van a encantar.

Disfruta de esta receta, cuyo origen se contiende entre el Lacio y la Campania, en familia o entre amigos: no tardarás nada en prepararla y no tiene ninguna dificultad. 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Tagliatelle (u otro tipo de pasta): 400 g
  • Tomate triturado: 400 g
  • Filetes de anchoas (en aceite): 25 g
  • Aceitunas negras sin hueso: 100 g
  • Alcaparras: 10 g
  • Ajo: 2 dientes
  • Guindilla: al gusto
  • Aceite de oliva: 2 cucharadas
  • Sal: al gusto
  • [Perejil fresco: opcional]

Realización

En una olla pon a hervir agua con sal. Cuando hierva, vierte las tagliatelle y remueve con frecuencia desde e principio para evitar que se pegue.

Mientras tanto prepara la salsa puttanesca.

Pica las alcaparras, apartando algunas enteras para la guarnición. Pica las aceitunas también.

En una sartén vierte el aceite de oliva y añade los dientes de ajo pelados para que se doren. Añade los filetes de anchoas y desmenúzalos con la ayuda de una cuchara de madera/espátula de silicona y del calor. Agrega las alcaparras, las aceitunas y la guindilla (fresca y picada o seca, en trozos o molida).
[Nota: Si te preocupa dosificar la guindilla picante, opta por guindilla molida y agrégala poco a poco después de haber añadido el tomate triturado: así controlarás exactamente la intensidad. 😉 ]

Mezcla y deja cocinar un minuto. A continuación, añade el tomate triturado y mezcla bien. Deja que se cocine a fuego mediano durante unos 10 minutos. Cubre parcialmente con la tapa para que la salsa se espese, pero no en exceso.
[Truco: en todo momento, puedes alcanzar la textura perfecta añadiendo agua del grifo (= salsa más líquida) o dejándola evaporar quitando la tapa (= más espesa).]

Escurre la pasta cuando esté en su punto y mézclala con la salsa puttanesca, a la que habrás quitado los dientes de ajo.

Emplata añadiendo un poco más de salsa sobre las tagliatelle, unas alcaparras enteras y, si lo deseas, un poco de perejil fresco recién picado.

Tagliatelle alla puttanesca
Tagliatelle alla puttanesca

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

La pasta debería comerse caliente y recién hecha, pero puedes conservarla en un recipiente hermético y en la nevera durante 1 día.

Focaccine al aceite de oliva (panecillos italianos al aceite de oliva)

Presentación

Estas focaccine al aceite de oliva tienen el poder de evocar recuerdos de la merienda en el colegio 🏫 a millones de italianos 🇮🇹 de las últimas 3 generaciones, yo incluida. En efecto, además de las charlas con los amigos, había otro motivo para contar los minutos que quedaban para el recreo: ¡poder saborear esta delicia súper suave por dentro y ligeramente crujiente por fuera!

Estas focaccine, que encierran todo el inconfundible sabor y aroma del aceite de oliva 🫒, en lugar de tener forma y tamaño de una bandeja (si bien la receta lo permitiría), tienen una apetecible forma redonda 🥯 y un cómodo tamaño monoporción. Estos puntos de fuerza las hacen perfectas para la merienda en el colegio o en el trabajo, tal y como son o cortadas por la mitad y rellenadas con quesos (para untar o semicurados) y embutidos de tu elección. También pueden utilizarse como sustitutos más golosos del pan o entremés en cualquier comida.

Esta versión ligera e indudablemente vegetariana, tiene una gemela «más atrevida», típica de la región Emilia-Romagna, que podrá los ojos en forma de corazoncito a los amantes de la panceta y del tocino… descúbrela en el apartado de sugerencias 😉.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 2 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 focaccine

Ingredientes

  • Harina de trigo: 150 g
  • Harina de fuerza (tipo Manitoba): 150 g
  • Levadura fresca de panadería: 7,5 g (= aprox. ⅓ de cubito)*
  • Agua tibia: 170 ml
  • Aceite de oliva: 2 cucharadas para la masa + para untar
  • Sal fina: ⅔ cucharadita + unas pizcas para la superficie**
  • Azúcar: 2 pizcas

*Sustituible por levadura seca de panadería en las proporciones indicadas por el fabricante en la confección.
** Para la superficie, puedes utilizar sal en escamas o sal gruesa si te gusta ese toque crujiente.


Realización

En un bol vierte las dos harinas y la sal y mezcla.

Calienta un poco el agua para que esté tibia (sin llegar a ser tan caliente como para que te queme los dedos, pues anihilarías la levadura).

Vierte en el bol las ⅔ partes del agua y en el tercio que te queda añade las pizcas de azúcar y la levadura desmenuzada (puedes utilizarla directamente incluso si guardabas el cubito en el congelador, pues el calor la derretirá) y mezcla para que se disuelva. Añade la levadura disuelta y las cucharadas de aceite.

Mezcla todo en el bol hasta lograr una masa compacta y entonces desplaza la masa sobre la encimera muy ligeramente enharinada para amasar durante 5-10 minutos: el amasado conferirá una textura lisa, elástica y no pegajosa a la masa que la dejará suave y aireada tras la cocción. Si lo prefieres, puedes mezclar y amasar todo con un robot de cocina.

Pon la bolita de masa en un bol grande y cúbrelo con un trapo limpio, dejando que repose durante 1,5 h en un lugar caliente para que doble o incluso triplique su volumen. (Si hace mucho calor, 1 h puede ser suficiente).

Pasado ese tiempo, divide la masa en 4 partes iguales (aprox. 125 g para cada porción) y amásalas en una bolita.

Coge una bandeja para horno, vierte un buen chorro de aceite y espárcelo sobre toda la superficie de la bandeja para crear una superficie antiadherente y una base que infundirá más sabor a nuestras focaccine. Coloca las cuatro bolitas sobre la bandeja y, con las manos aún untadas de aceite, aplástalas delicadamente para que tengan la forma de un disco de unos 12 cm de diámetro.
[Ojo: Asegúrate de que cada focaccina esté suficientemente separada de las demás: durante la cocción van a crecer aún más de tamaño y no queremos que se queden pegadas entre sí.]
Deja que las focaccine reposen unos 15 minutos más, para que crezcan un poco más. Gracias al hecho de que el aceite de tus manos se ha quedado sobre la superficie de la masa, ésta no va a secarse y no hace falta cubrir con un trapo.

Cuando falten 5 minutos, enciende el horno a 230ºC, modalidad ventilada si la tienes, para que vaya calentándose.

Si quieres que tus focaccine tengan unas pequeñas cavidades sobre la superficie para recoger mejor el aceite que echaremos encima antes de hornear, puedes presionar las yemas de tus dedos en algunos puntos sobre los discos. Si lo haces nada más haberles dado forma de disco, tras la cocción se quedarán ligeramente marcados [cómo aparecen en la foto]; pero si los quieres bien evidentes, espera a que se acaben los 15 minutos y presiona justo antes de hornearlas.

Esparce de forma uniforme un poco de aceite sobre la superficie de las focaccine (utiliza un pincel de cocina o tus yemas – pero con delicadeza -) y esparce un pizca de sal fina, en escamas o gruesa sobre la superficie de cada focaccina.

Pon la bandeja en horno ya caliente y hornea hasta que la superficie esté dorada, dando la vuelta a la bandeja hacia el final, si necesario, para lograr una cocción uniforme.

Extrae la bandeja del horno y rocía las focaccine recién salidas con un poco más de aceite de oliva, utilizando un pincel de cocina de silicona para cubrirlas de forma uniforme. Ese aceite quedará absorbido en un par de minutos. Si quieres que la superficie esté super suave como el relleno, en lugar de ligeramente crujiente, sustituye este rociado con aceite por unas pinceladas de agua recién extraídas del horno.

Deja que se enfríen un poco antes de removerlas de la bandeja.

Focaccine al aceite de oliva
Focaccine al aceite de oliva

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Amantes de la panceta, del tocino/manteca y del bacon 🥓: ¡prestad atención!
Si queréis probar una versión decadente de esta receta, típica de la región Emilia-Romagna 🇮🇹, tenéis que picar en cubitos pequeños un poco de panceta salada curada y dejar que se funda en la sartén a temperatura baja/mediana y apagar cuando empiece a perder su transparencia para volverse ligeramente blanca. En lugar de rociar la superficie de las focaccine con aceite antes de hornear, esparce la grasa que ha soltado la panceta (no es otra cosa que tocino/manteca derretid@) y finalmente esparce los trocitos de panceta que han quedado en la sartén sobre las focaccine: en la cocción se volverán crujientes. (Prescinde del extra de sal sobre la superficie, en este caso 😉 )

Conserva las focaccine en una bolsita de plástico (o equivalente biodegradable) durante 2 días en un lugar no caliente. Si quieres devolver a una focaccina la textura extra suave que tenía recién horneada, justo antes de consumirla, caliéntala unos segundos en el microondas.

Pangoccioli – bollitos de leche italianos con pepitas de chocolate (con o sin lactosa)

Presentación

Para un italiano, leer «Pangoccioli» evoca muchísimos recuerdos de recreos en el cole, meriendas en casa o en escapadas con amigos. El hecho de que estos panecillos sean, desde hace décadas, toda una institución entre los bollos industriales italianos, se debe a la acertada mezcla de dos elementos que cautivan a todos los niños (y me apuesto a que a los adultos los comen a escondidas): una suavísima masa de pan de leche 🥛 y unas golosas pepitas de chocolate 🍫.

Dado que nosotras estamos comprometidas a hornear y proponeros postres saludables que se puedan comer preocupaciones ni remordimientos, sin excesos de azúcar e incluso adaptados a las necesidades de quienes tienen intolerancia a la lactosa, hoy os traemos nuestra versión casera de estos panecillos de leche con pepitas de chocolate (con o sin lactosa).

Toda la familia y vuestros amigos van a repetir varias veces, ¡así que plantéate doblar las dosis desde ya para evitar luchas de poder por los últimos pangoccioli! 😜

Puesto que este postre habla por si mismo, no queda más que preguntarte: ¿List@ para pasártelo genial preparando y degustando estos bollos italianos saludablemente adictivos? 😋


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 2,5 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de fuerza: 200 g*
  • Harina de trigo: 200 g*
  • Levadura fresca: 15 g (aprox. 1 sobre de 5,5 g de levadura seca o lo que indique su fabricante)
  • Huevos: 3 medianos + 1 para la superficie
  • Leche de vaca/vegetal (o agua): 110 g + 2 cucharadas para la superficie
  • Mantequilla o margarina: 110 g
  • Azúcar: 90 g
  • Miel: 1 cucharada (puedes sustituirlo por 10g de azúcar más)
  • Sal: 1 pizca
  • Aroma: 2 ml (sabor vainilla, ron, naranja, mantequilla)
  • Pepitas de chocolate negro/con leche: 100 g
  • Aceite de girasol: para untar las manos

*Si lo prefieres o por necesidad, puedes variar las proporciones: por ejemplo, 300g de fuerza y 100g de harina normal.


Realización

Antes de empezar, pon tus pepitas de chocolate en la nevera o en el congelador para que estén frías cuando llegue la hora de incorporarlas.
[Nota: Si no tienes pepitas, puedes picar gruesamente una tableta de chocolate, tratando de quitar las virutas que se hayan generado para que queden solo pepitas 😉 ]

Calienta un poco la leche para que esté tibia [Ojo: la leche no debería quemarte, si puesta a contacto con la piel, para que la levadura pueda fermentar correctamente], añade la levadura desmenuzada y remueve hasta que esté disuelta.
[Nota: puedes utilizar tanto la levadura fresca, incluso recién sacada del congelador, como la levadura seca]

En un bol grande pon todos los ingredientes excepto por las pepitas de chocolate: empieza tamizando las harinas, añadiendo el azúcar, la sal y el aroma y mezcla. Añade la miel, la mantequilla troceada finamente [Ojo: si la consistencia permite untarla, entonces no hace falta trocear finamente], la levadura disuelta y casca los 3 huevos.

Mezcla todo a mano (en el bol y continuando sobre la encimera) o utilizando tu robot de cocina hasta lograr una masa homogénea. Desde ese momento, mezcla unos 5-7 minutos más para desarrollar una masa elástica y lisa.

Incorpora las pepitas de chocolate y sigue amasando para que queden bien repartidas, pero tratando de hacerlo rápidamente para que el calor de las manos no empiece a derretir el chocolate. Trata de repetir movimientos que estiren una extremidad de la masa de diversas zonas (izquierda, derecha, abajo y arriba) y la «peguen» sobre el centro, para que el reparto sea más sencillo.

Forma una bola, colócala en un bol y cubre con un trapo limpio. Deja reposar en un sitio caliente durante 1-1,5 h (a más frío, más tiempo y a más calor, menos tiempo).

Pasado ese tiempo, coge la masa y, dependiendo del tamaño que prefieras, divídela en 8-14 partes, tratando de que tengan todas más o menos el mismo peso. Unta tus manos con un poco de aceite y forma unas bolitas ayudándote con la encimera, si hace falta. Vuelve a untar tus manos cuando lo necesites, para que la masa no se pegue.

Coloca las bolitas sobre una bandeja cubierta con papel para horno. De haber algún pliegue colócalo por debajo y asegúrate de que haya bastante espacio entre una y otra bolita (mínimo 3 cm), porque van a crecer mucho en el horno. Cubre con un trapo limpio y deja que la masa crezca durante unos 30 minutos.

Poco antes de que se acaben esos 30 minutos, enciende el horno para que llegue a los 180ºC.

Para que la superficie de los pangoccioli tenga un acabado lúcido, en un pequeño bol casca un huevo, añade 2 cucharadas de leche y bate bien. Con un pincel de silicona o uno apto para la cocina exparce esta mezcla sobre la superficie de cada bolita.

Hornea en horno ya caliente hasta que estén bien doradas (aprox. 10-20 min). Dado que el tiempo varía dependiendo de cada horno, realiza la prueba del palillo de madera [clava un palillo/una brocheta de madera en el centro de un pangoccioli y, si sale limpio (sin trazas de masa pegajosa), la masa está completamente cocida].
[Truco: si la masa en el interior está aún cruda pero te parece que la superficie se está volviendo demasiado oscura, puedes tapar la bandeja con una hoja de papel de aluminio hasta que se complete la cocción 😉 ]

Si quieres que la superficie de los pangoccioli quede bien blanda, nada más sacarlos del horno, esparce sobre cada uno un poco de agua con el pincel de silicona.

Deja enfriar unos 30 minutos antes de servir.

Pangoccioli - bollitos de leche italianos con pepitas de chocolate
Pangoccioli – bollitos de leche italianos con pepitas de chocolate

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si bien los pangoccioli se caracterizan por sus pepitas de chocolate, puedes prescindir de ellas y crear unos panecillos de leche básicos o personalizar este ingrediente «extra» sustituyéndolo o complementándolo con uno o varios ingredientes:

  • trocitos de nueces,
  • arándanos rojos o uvas pasas rehidratadas en zumo de fruta, té o ron (y suavemente apretados antes de incorporarlos para eliminar el exceso de líquido),
  • cubitos de manzana salteados (con una pizca de canela o con ralladura de cítricos),
  • cáscara de naranja confitada.

Conserva bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico (o alternativa biodegradable) durante 3 días.

La textura es más suave en las primeras 24h tras el horneado, pero puedes recuperar toda la suavidad si pones los pangoccioli en el microondas durante unos 10 segundos a máxima potencia.

Bizcocho de yogur con trocitos de piña – con o sin lactosa

Presentación

Levantarse por la mañana ⏰ no siempre es fácil, así que hay que preparar unos incentivos para que lo que nos espere en el desayuno nos haga salir de la cama con ganas de comernos el mundo… y algo más dulce, ¡como un bizcocho! 🍰

Este bizcocho de yogur recuerda un poco la consistencia de los plum cakes italianos, aireado pero al mismo tiempo compacto y húmedo, gracias al truco del almidón de maíz 🌽 que impide que se quede secos incluso 3 días tras el horneado. Aunque aquí la estrella es sin duda la piña 🍍, que encuentras tanto en trocitos como en el sabor del yogur, siendo éstos unos añadidos que hacen de este bizcocho un desayuno (o una merienda) más saludable.

De hecho, este bizcocho realmente es uno de esos postres libres de remordimientos y preocupaciones: la cantidad de azúcar y aceite es muy baja, puedes utilizar la cómoda piña en almíbar (las hacen con edulcorantes también) o mejor aún piña fresca y, si quieres, puedes utilizar sin problemas un yogur desnatado o uno vegetal, si eres intolerante a la lactosa.

Y si tienes otro tipo de fruta en casa que aprovechar, no dudes en personalizar la receta: en el apartado de sugerencias encuentras algunas ideas. 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 45 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Huevos: 4 medianos
  • Azúcar: 80 g (aunque puedes aumentar hasta 120g si te gusta bien dulce)
  • Yogur (o alternativa vegetal): 150 g* (sabor piña / frutos amarillos / limón)
  • Aceite de girasol: 80 g
  • Harina de trigo: 250 g
  • Maizena (Almidón de maíz)/ Fécula de patatas: 100 g
  • Levadura química en polvo: 16 g (= 1 sobre)
  • Piña fresca o en almíbar: 170 g
  • Aroma: 2 ml (vainilla, limón, azahar)

*Puede sustituirse por 125 g de yogur + 25 g de leche/zumo o almíbar de piña


Realización

Enciende el horno a 180ºC (modalidad ventilada, si quieres ahorrar tiempo de cocción) para que haya llegado a temperatura cuando la masa esté lista.

Casca los huevos en un bol grande y añade el azúcar. Bate con tu batidor de varillas manual o eléctrico hasta lograr un compuesto claro y espumoso.

Añade el aroma, el aceite y el yogur y mezcla bien.

Tamiza sobre el bol la harina junto a la maizena y a la levadura en polvo. Bate una última vez con el batidor de varillas o, en la parte final, con una espátula/cuchara si te resulta más cómodo, hasta que la masa quede lisa y homogénea.

Corta la piña fresca o en almíbar en trocitos y viértelos en el bol. Mezcla con una espátula para repartirlos uniformemente en la masa.

Coge un molde (elige la forma que prefieres, aunque yo utilicé uno bundt – con aro – de 24 cm de diámetro) y, para que desmoldar te resulte más fácil:

  • revístelo con papel para horno o, alternativamente,
  • untálo con un poco de mantequilla/margarina/aceite y esparce harina, eliminando el eventual exceso de esta última.

Vierte la masa en el molde así preparado y nivélala un pococon una espátula. Hornea el bizcocho hasta que esté bien dorado.
El tiempo exacto de cocción varía dependiendo del horno, así que lo más seguro es controlar el color del bizcocho y efectuar la prueba del palillo (clava un palillo largo de madera en el centro del bizcocho: si sale limpio, el bizcocho está listo y, si no, hay que esperar un poco más).

Extrae del horno y deja enfriar unos 15 minutos antes de desmoldar.

Bizcocho de yogur con trocitos de piña
Bizcocho de yogur con trocitos de piña

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Conserva el bizcocho bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico (o alternativa biodegradable) durante 3 días, guardándolo en la nevera si la temperatura del ambiente es cálida.

Puedes personalizar el bizcocho de la forma que prefieras: experimenta con diversos tipos de fruta 🍏 fresca, salteada o en almíbar (melocotones, manzanas, peras, frambuesas, arándanos, fresas), ajusta el sabor del yogur para que combine bien o incluso sustituye la fruta por unas golosas de gotas de chocolate. Por otra parte, si te gustan las especias como la canela, puedes incorporarlas a la fruta: añádela a unas manzanas, peras, ciruelas o plátanos salteados en la sartén y, cuando esté fría, añádela a la masa.

Zupa Szczawiowa – sopa polaca de acedera

Presentación

Una de las sopas 🥣 más típicas y con más personalidad de la cocina polaca 🇵🇱 es la Zupa Szczawiowa, una sopa que debe su nombre a su ingrediente estrella: el Szczaw, la planta conocida a los hispanohablantes como acedera común, vinagrera o Rumex acetosa.

Esta sopa se puede preparar con hojas frescas de esta planta 🥬, pero lo más habitual en Polonia es comprar tarros de acedera en conserva: esta opción es más cómoda porque se ahorra tiempo al cocinar y porque las conservas están a la venta en cualquier temporada. Este producto se puede encontrar habitualmente en las tiendas polacas en el extranjero o pedir por internet.

La Zupa Szczawiowa, debe sin duda su intenso color verde oscuro y el potente sabor ácidulo a la acedera, pero esta no es la única verdura presente en el plato. La sopa es muy rica de otras verduras también (apio, puerro, zanahorias, cebolla y patatas) y de aromas de la cocina polaca (el laurel o la pimienta de Jamaica). Acompaña esta delicia con los habituales gajos de huevos duros 🥚 y un poco de nata, que equilibran el plato.


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA SOPA:

  • Acedera común (Rumex acetosa) en conserva: 150-200 g
  • Zanahoria: 1 mediana
  • Cebolla: ½
  • Puerro: ½
  • Apio/raíz de apio: 1 tallo / 1 trocito
  • Caldo de carne o vegetal: 2 l
  • Hojas de laurel: 3
  • Pimienta de Jamaica (pimienta gruesa): 3 granos
  • Pimienta negra: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Nata líquida: 4 cucharadas
  • Aceite/margarina/mantequilla: para el sofrito

EXTRAS HABITUALES:

  • Huevos cocidos (duros): 6
  • Patata cocida: 1 mediana

Realización

PREPARACIÓN DE LOS EXTRAS

  • Huevos: En una olla cubre completamente los huevos con agua fría y deja que se cocinen unos 11 minutos desde el momento en el que el agua hierve. Pasado ese tiempo, tira el agua caliente y cubre los huevos con agua fría para acelerar su enfriado. Quita la cáscara de los huevos y corta cada uno en 4 gajos.
  • Patatas: Pela las patatas. Puedes elegir si hervirlas y, cuando estén cocidas, cortarlas en cubitos o si rallarlas por la malla gruesa y cocinarlas en una sartén. En ambos casos se añaden al caldo después de la acedera.

PREPARACIÓN DE LA SOPA

Empieza a lavar y/o pelar las verduras frescas. Pica la cebolla y el apio finamente, corta el puerro por la mitad (en sentido de la largueza) y pícalo también. Ralla la zanahoria por la malla gruesa de tu rallador.

En una sartén añade una nuez de mantequilla/margarina o un chorrito de aceite y deja que la cebolla se poche a fuego mediano. A continuación, añade el apio y deja que se ablande, añadiendo un poco de agua si es necesario. Finalmente, agrega el puerro y la zanahoria, sofríe un poco (sigue añadiendo más de agua, si es necesario) y deja que se cocinen unos minutos más.

Vierte todas las verduras en una olla y cubre con todo el caldo. Añade la acedera directamente del tarro. Mezcla, [añade las patatas, si las vas a poner], añade las hojas de laurel y los granos de pimienta de Jamaica y sazona con pimienta negra y, eventualmente, sal. Deja cocinar durante 15 minutos con la tapa puesta. Cuando falte un minuto añade la nata y mezcla.

Emplata: vierte la sopa en los cuencos y añade los huevos cocidos.

Zupa Szczawiowa - sopa polaca de acedera
Zupa Szczawiowa – sopa polaca de acedera

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

La nata rebaja un poco la intensidad natural de la acedera, pero puedes prescindir de ella para versiones sin lactosa de la receta (o utilizar alternativas vegetales que no resulten dulces). Si quieres compensar esa acidez que no vas a rebajar, puedes reducir desde el principio la cantidad de acedera en unos 20 g y probar si quieres poner la cantidad entera.

No agregues nata a toda la sopa si no vas a consumirla entera y piensas conservarla en la nevera (puedes hacerlo durante 1 día). Es mejor añadir la nata solo a la parte de sopa que vas a consumir inmediatamente.

Prueba otras sopas tradicionales polacas: atrévete con el Żurek.

Mini apple pies – mini tartas americanas con manzana y canela

Presentación

¿Qué agradable es cuando toda la casa huele a manzanas salteadas, al inconfundible aroma de la canela y a un toque cítrico? 🍎🍋

Es una combinación que reconforta durante estos días fríos del año y que te aporta incluso más alegría cuando está envuelta por unas crujientes y friables capas de masa quebrada (¡que puedes preparar con o sin lactosa!, eligiendo entre mantequilla, margarina o aceite).

Esta es justo la dulce delicia que os proponemos hoy para el desayuno o la merienda: unas mini tartas de manzana, inspiradas en la famosa apple pie americana 🥧 🇺🇸. El gustoso relleno de este postre queda envuelto de forma segura entre una base y una preciosa red de la consistencia de las galletas, para que te salgan porciones individuales fáciles de comer y llevar al trabajo o al cole. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas (16 mini tartas)

Ingredientes

PARA LA MASA QUEBRADA (BRISÉE):

  • Harina de trigo: 300 g
  • Azúcar: 50 g
  • Huevos: 2 medianos
  • Mantequilla/Margarina: 115 g (sustituible por 100 ml de aceite de girasol)
  • Levadura química en polvo: 2 cucharaditas
  • Aroma: 1 ml (sabor vainilla o ron)

PARA EL RELLENO:

  • Manzanas: 3
  • Ralladura de 1 limón
  • Zumo de ⅓ limón
  • Canela: al gusto

Realización

Empezaremos por la masa.

En un bol mezcla todos los ingredientes secos y luego añade los demás ingredientes (es decir, los líquidos).
[Nota: Elige libremente si utilizar mantequilla, margarina o aceite, basándote en tus necesidades o preferencias: el resultado es igual de delicioso, friable y resultón. 😉 ]
Mezcla todo con tus manos o con tu robot de cocina hasta lograr una masa uniforme. Nada más alcanzar ese punto, deja de amasar para no cansar la masa.

Forma una bola de masa, ponla en un bol tapado o cúbrela con papel film, y deja que repose en la nevera mientras preparas el relleno.

Pela las manzanas, elimina el centro con las semillas y rállalas utilizando la malla gruesa de tu rallador. Vierte las manzanas en una sartén y enciende rápidamente el fogón a fuego medio-alto. Rocía las manzanas con el zumo de limón y mezcla frecuentemente para que el calor cocine las manzanas antes de que se oxiden. Ralla la cáscara de un limón previamente lavado por la malla fina de un rallador y añádelo a la sartén. Mezcla y deja que se cocine unos minutos antes de apagar.

Cuando el relleno se haya enfriado un poco, enciende el horno a 180ºC (modalidad ventilada, si la tienes) para que se vaya calentando y coge la masa de la nevera.

Esparce un poco de harina sobre la encimera y, con un rodillo, extiende las ⅗ partes de la masa en una lámina de unos 3-4 mm de espesor, dejando los restantes ⅖ partes para la red con la que cubriremos cada mini tarta.

Utiliza un cortador de galletas o un vaso (yo utilicé uno de 7,5 cm de diámetro) para sacar la base de las tartas. Vuelve a amasar lo que ha sobrado para sacar más círculos: en total deberías sacar unos 16.

Coloca las bases de las tartas sobre una bandeja cubierta con papel para horno, dejando unos 3-4 cm entre cada círculo. Coloca unas 2 cucharadas abundantes (o más) de relleno de manzanas sobre las bases, dejando despejado un borde de 1 cm.

Coge la masa que habíamos dejado de lado, esparce harina sobre la encimera y empieza a crear la red de masa eligiendo una de las siguientes técnicas:

  • utilizando tus manos, convierte varios trocito de masa en serpientes de unos 4 mm de diámetro.
  • utilizando un rodillo, extiende la masa hasta lograr un espesor de unos 3 mm y corta tiras con un cuchillo de lama lisa o un cortador para pizza.

Para cada tortita necesitarás trozos (de «serpiente» o «tiras») para 2 segmentos de unos 8 cm de largo y 4 segmentos de unos 6,5 cm (tranquil@, no hace falta sacar regla: son los dos ejes centrales de la tortita y las líneas paralelas a sus lados, y los puedes cortar a ojo 😉 ).

Ahora solo queda asemblar la red haciendo adherir los trozos de masa a la base de la tortita, cómo se ve en la imagen abajo.

Mini apple pies antes de hornear

Ahora tan solo te queda poner la bandeja en el horno y esperar a que tus mini apple pies estén doradas.

Mini apple pies - mini tartas americanas con manzana y canela
Mini apple pies – mini tartas americanas con manzana y canela

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si deseas un acabado más refinado, puedes esparcir sobre la superficie de tus mini apple pies un poco de huevo batido (utiliza un pincel de silicona u otro apto para cocina) y esparce un poco de azúcar mezclado con canela. 😉

Conserva las mini tartas en una bolsita de plástico (o equivalente biodegradable) durante 3 días en la nevera.

Crema de lentejas y patatas con crujiente chorizo

Presentación

El final de las fiestas y la vuelta a la rutina nos dejan siempre cargados con un poco de nostalgia y estrés, pero al mismo tiempo llevan consigo nuevos retos y buenos propósitos por alcanzar.

La decisión de comer más saludable, pero también el deseo de degustar algo calentito, reconfortante y que nos proporcione la energía necesaria son las fuerzas motrices detrás de la crema de lentejas y patatas con crujiente chorizo. 🥣🥔

Este delicado primer plato, caracterizado por una textura aterciopelada agradablemente rematada por el toque crujiente del chorizo, puede personalizarse cada vez de forma distinta jugando con hierbas aromáticas 🌿 o especias con personalidad 🌶️: en los ingredientes y en el apartado de sugerencias encuentras unas ideas para que nunca te puedas canses de esta delicia y para que puedas disfrutarla incluso con toppings vegetarianos. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Lentejas cocidas: 400 g (= 1 tarro)
  • Patata: 1 grande
  • Cubito para caldo: aprox. 1
  • Chorizo extra (dulce o picante): 80 g
  • Pimienta negra: al gusto
  • Extras opcionales: hierbas aromáticas (mejorana/ tomillo/ romero) o especias (ajo, guindilla molida o jengibre molido)

Realización

Empieza pelando la patata y cortándola en trozos pequeños. Ponla a cocinar en una olla con agua salada hasta que esté suave.

Cuando las patatas estén listas, retíralas del agua sin tirar esta última.

Vierte las patatas y las lentejas (sin su líquido) en tu batidora. Coge un vaso de agua de cocción de las patatas y disuelve en ella el cubito para caldo. Vierte el caldo en la batidora también, tapa y deja que la máquina reduzca los ingredientes en una crema homogénea.

En una olla suficientemente grande vierte el contenido de la batidora y consigue la textura que buscas añadiendo más agua de cocción de las patatas. Comprueba el punto de sal, añade un poco de pimienta molida y mezcla.

Si quieres añadir alguna hierba aromática (la mejorana queda muy bien, pero puedes echar tomillo o romero) o, alternativamente, alguna especia con personalidad (como ajo, guindilla molida o jengibre molido), este es el momento.

Deja que la crema se cocine tapada a fuego mediano durante unos 5 minutos.
[Nota: No te olvides que, en todo momento, puedes arreglar la textura hasta lograr la que buscas añadiendo agua (incluso del grifo) o dejando la tapa abierta para que evapore.]

Mientras la crema se cocina, retira la piel del chorizo y pícalo en cubitos. Deja que se cocine en una pequeña sartén a fuego mediano hasta ser crujiente. Retira el chorizo con una espumadera y colócalo sobre un plato cubierto con papel absorbente para retirar el exceso de grasa.

Emplata la crema y esparce, como decoración, el chorizo crujiente encima.

Crema de lentejas y patatas con crujiente chorizo
Crema de lentejas y patatas con crujiente chorizo

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si quieres una versión vegetariana, sustituye el chorizo por crujientes picatostes normales o aromatizados o crujientes chips de patatas desmenuzados.

Si quieres una versión aún más rica, puedes sofreír un poco de cebolla (y/o incluso ajo fresco) con una cucharadita de aceite de oliva y añadir el sofrito a la batidora.

Puedes conservar la crema (sin añadirle chorizo hasta el momento de servirla):

  • en la nevera: durante 1 día, tapada;
  • en el congelador: en un contenedor hermético hasta ⅘ de su volumen (hay que dejar un poco de espacio para que el líquido no se salga del contenedor al congelarse).

Pajaritas caseras – Pasta fresca con huevo

Presentación

¡Feliz 2021! 🎆 🎉 Las Aventureras en Cocina te desean todo lo mejor para este nuevo capítulo de 365 días.

Hay que celebrar la llegada del año nuevo con mucha alegría y, como siempre, degustando sabrosa comida.

La alegre compañía tendrás que buscarla tu, pero nosotras te proporcionamos la sabrosa receta, que podrás condimentar con tu salsa favorita: pajaritas caseras, hechas al estilo italiano con pasta fresca con huevo. 🇮🇹 🥚

Es muy divertido, satisfactorio y relajante preparar esta sencilla pasta casera (¡que además solo requiere 2 ingredientes!) y el precioso resultado hará que merezca aún más la pena. Disfruta cocinando para ti o para alguien especial con el que te apetezca empezar bien el año nuevo. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de trigo: 300 g
  • Huevos: 3

Realización

Vierte la harina sobre una grande tabla de madera o sobre tu encimera: trata de crear un hueco en el centro y unas paredes de harina más altas alrededor del mismo.

En el hueco casca los huevos y bátelos ligeramente con un tenedor.

Ahora empieza a mover los dedos insertados en los huevos batidos en en círculos, ampliando el diámetro progresivamente para que la harina vaya incorporándose poco a poco y las paredes sigan evitando que los huevos se salgan.

Cuando los huevos hayan absorbido ya bastante harina, empieza a mezclar con ambas manos para tratar de que la masa absorba toda la harina y se vuelva lisa.

Crea una bolita, cúbrela con un trapo limpio o ponla en un bol con tapa/película transparente y deja que repose unos 15 minutos: esto permitirá que la masa se vuelva más lisa y elástica.

Pasado ese tiempo, divide la masa en 4 partes y empieza a laminarla utilizando tu máquina para hacer pasta fresca o un simple rodillo de cocina. En todo caso, no dejes de asegurarte que la masa/lámina esté en todo momento suficientemente enharinada por ambos lados para evitar que se pegue a la encimera o a los rodillos.

Si utilizas máquina para pasta, puede que necesites doblar la masa recién salida de la máquina sobre sí un par de veces al principio, porque la presión excesiva de los rodillos sobre una masa inicialmente muy espesa puede devolverte unas láminas irregulares y poco lisas.

Ajustando progresivamente el espacio entre los rodillos o la presión del rodillo de cocina, saca una lámina de 1-2 mm de espesor (no más). Repite este procedimiento hasta tener toda la masa laminada.

Utilizando un cortador para pizza o un cuchillo de lama lisa, divide cada lámina en largas tiras de unos 3-4 cm de largueza. Ahora puedes hacer unos cortes perpendiculares para crear unos cuadrados de masa (misma distancia de 3-4 cm) utilizando el mismo cortador para pizza o cuchillo o, alternativamente, utilizar un cortador para ravioli que te dejará unos bordes ondulados [como se puede ver en la foto de la receta].

Ahora que tienes ya todo preparado, ha llegado el momento de formar las pajaritas: utilizando las yemas del pulgar y del índice o, incluso mejor, unos palitos de madera (de los típicos que utilizas para degustar comida oriental), aprieta en el centro de los dos lados lisos del cuadrado hasta sellar la masa [mira la imagen a continuación].

Procedimiento para realizar pajaritas caseras

Sigue estos pasos hasta agotar los cuadrados y asegúrate de colocar las pajaritas preparadas sobre una tabla de madera o una superficie enharinada para evitar que se te pegue.

Una vez que todas las pajaritas hayan sido formadas, es conveniente esperar unos 20 minutos para que la masa pueda secarse un poco. Pasado ese tiempo puedes cocinarlas ya en agua salada hirviendo (removiendo frecuentemente con delicadeza), escurrirlas y servirlas con la salsa que prefieras.

Si quieres guardarlas para cocinarlas en otro momento, tendrán que secarse del todo: necesitarás algunas horas y es aconsejable que, después de una rato, les des la vuelta para lograr un secado uniforme.

Pajaritas caseras - Pasta fresca casera
Pajaritas caseras – Pasta fresca casera

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes conservar las pajaritas completamente secas y no cocinadas en unos contenedores herméticos:

  • en la nevera: durante 2-3 días;
  • en el congelador: durante 1 mes.

Carpaccio de champiñones con espinaca fresca y mezcla de nueces

Presentación

Esta guarnición es de los ases más eficientes y satisfactorios que puedes sacar de la manga.

El carpaccio de champiñones 🍄 con espinaca fresca 🥗 y mezcla de nueces 🥜 es eficiente porque (1) es una guarnición que puedes acompañar a la mayoría de platos de carne o que puedes incluso utilizar como entremés y porque (2) lo tendrás listo para servir en 5 minutos con el mínimo esfuerzo.

Además, es realmente satisfactorio porque es un plato muy goloso, con una acertadísima combinación de sabores potentes y de texturas complementarias, y se presenta casi como una obra de arte, para dejar a tus comensales siempre impactados con tus capacidades culinarias. 😉

En el apartado de sugerencias encontrarás un ingrediente que puede realzar aún más este plato… ¡descúbrelo y experimenta!


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 5 minutos
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Espinacas frescas: 300 g
  • Champiñones frescos: 250 g
  • Nueces/Cacahuetes (sin cáscara): 50 g
  • Almendras (sin cáscara): 50 g
  • Crema de vinagre balsámico: al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta negra: al gusto

Realización

Con un cuchillo, corta la extremidad del pie de los champiñones y elimina eventuales impurezas o partes dañadas. Corta los champiñones en láminas de unos 3 mm de espesor.

Pica las nueces y las almendras.

Si las hojas de espinaca no vienen ya lavadas, lávalas y sécalas.

Empieza a emplatar: primera coloca una base de espinaca, a continuación coloca los champiñones laminados y por último la mezcla de nueces y almendras picadas. Sazona con sal, pimienta recién molida y aliña con crema de vinagre balsámico y aceite de oliva virgen extra.

Sirve inmediatamente.

Carpaccio de champiñones con espinaca fresca y nueces

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si te gusta el queso, no puedes perderte esta guarnición con unas láminas de Parmigiano Reggiano, Pecorino u otro queso curado con personalidad: utiliza tu cortador para queso y añade una cantidad generosa antes de aliñar el plato.

Bollos polacos rellenos de semillas de amapola (Drożdżówki z makiem)

Presentación

Los polacos saben hacer dulces maravillas con la levadura de panadería y estos bollos son una de las pruebas que más te encantará «cotejar» para comprobar este hecho. 🇵🇱 😜

Las Drożdżówki z makiem son unos bollos mono-porción de masa brioche con un exclusivo relleno de semillas de amapola, uno de los ingredientes más refinados y costosos de la repostería polaca. El aroma de las semillas es inconfundible y queda realzado por un toque almendrado y cítrico: una mezcla perfecta para estrenar en estas fiestas.

Este goloso y saludable postre, gracias al reducido nivel de azúcares, (que puedes preparar sin lactosa) se presenta además de una forma muy cautivadora: una espiral muy peculiar que aprenderás a dominar gracias a las detalladas instrucciones y a las imágenes que te guiarán en todo momento, para que puedas lucir tu talento al ofrecer cada bollo. 😉


Información

  • Dificultad: mediana
  • Tiempo preparación: 2h 30min
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 16 bollos rellenos (11 cm de diámetro cada uno)

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de fuerza: 400 g (sustituible en todo/en parte por harina de todo uso)
  • Huevos: 3 medianos
  • Mantequilla o margarina: 90 g
  • Leche de vaca o vegetal: 110 g
  • Azúcar: 100-140 g (dependiendo de lo dulce que te guste)
  • Levadura fresca/congelada: 15 g (sustituible por levadura seca en las proporciones indicadas por su fabricante)
  • Sal: 1 pizca
  • Aroma: 2 ml (sabor vainilla, ron, mantequilla, nata)

PARA EL RELLENO:

  • Semillas de amapola: 150 g (ya molidas o enteras)
  • Huevo: 1 mediano
  • Almidón de maíz/Maizena: 1 cucharada
  • Leche de vaca o vegetal: 4 cucharadas (solo si utilizas semillas molidas)
  • Miel: 1 cucharada y 1 cucharadita
  • Aroma: 1 ml (sabor almendra)
  • Ralladura de la cáscara de 1 limón

PARA EL BARNIZ:

  • Huevo: 1 mediano
  • Leche de vaca o vegetal: 3 cucharadas

Realización

Empieza preparando la masa.

Calienta la leche para que esté tibia y disuelve en ella la levadura troceada.

En un bol grande, vierte la harina, el azúcar, la sal, la mantequilla, la leche con la levadura disuelta, el aroma y casca los huevos. Mezcla todo con tu robot de cocina o manualmente hasta lograr una masa lisa (que es naturalmente pegajosa) y, a partir de ese momento, sigue amasando durante unos 5 minutos para conferir elasticidad a la misma.

Cubre con un trapo limpio o película transparente y deja que repose 1 hora en un lugar caliente.

Mientras tanto, prepara el relleno.

  • Si utilizas semillas de amapola ya molidas (opción más rápida):
    Vierte las semillas en un bol, añade 1 cucharada de miel, la ralladura de limón, el aroma, la leche, mezcla y aparta hasta que falten unos 5 minutos para que la masa esté lista.
  • Si utilizas semillas de amapola enteras:
    Pon las semillas a remojo en agua (o leche, si lo prefieres) en una olla y mezcla bien. Elimina las eventuales impurezas que floten en la superficie y pon a hervir a fuego mediano durante 20 min, removiendo de vez en cuando. Pasado ese tiempo, escurre las semillas utilizando un colador de malla fina. Vierte las mismas en tu batidora y deja que se molan durante unos 5 minutos o, alternativamente, pásalas 3 veces por una malla fina de tu picadora de carne. Entonces vuelve a poner las semillas en el bol y añade una cucharada de miel, la ralladura de limón, el aroma, mezcla y aparta hasta que falten unos 5 minutos para que la masa esté lista.

Cuando falte poco para que la masa esté lista, divide la yema de las claras y pon cada una en un bol distinto. Bate las claras a punto de nieve con tu batidor de varillas manual o eléctrico (están en su punto cuando te salen unas cimas al mezclar y deberías poder dar la vuelta al bol sin que las claras se caigan ). Añade una cucharadita de miel a las claras y bátelas hasta lograr un compuesto claro y aireado.

Vierte las yemas en el bol con las semillas de amapola y mezcla bien. Finalmente, añade también las claras y mezcla delicadamente para repartir uniformemente. Aparta el relleno.

Cubre dos bandejas para horno con papel para horno y vuelve a coger la masa.

Vierte la masa sobre la encimera bien enharinada, esparce abundante harina por encima de la masa también y amasa para lograr una bola uniforme. Divide en 8 porciones iguales. Coge una porción y cubre las otras con un trapo limpio.

Vuelve a enharinar bien la encimera, coloca la masa encima y esparce harina sobre ésta última. Con un rodillo de cocina, extiende la masa hasta lograr aproximadamente un cuadrado (de unos 22 cm de lado) de unos 4 mm de espesor. Divide el cuadrado en dos rectángulos iguales cortando por la mitad con un cuchillo (de lama lisa) o un cortador para pizza.

Aparta uno de esos rectángulos (asegurándote que debajo la encimera sigue enharinada) y coloca, con la ayuda de una cucharadita, una raya de relleno de amapola a lo largo de uno de los lados más largos del rectángulo, dejando unos 5-8 mm de borde despejado (tanto abajo como lateralmente). Para orientarte mejor fíjate en la imagen que hay a continuación.

Procedimiento para los bollos polacos rellenos de semillas de amapola

Utilizando un cuchillo o el cortador para pizza realiza unos cortes paralelos entre sí que empiezan desde la mitad de la masa (y a no menos de unos 2-3 cm desde el relleno) y que confieren a la masa el aspecto de un peine. La distancia entre un corte y el otro no tiene que ser perfectamente igual, pero trata de dejarla en 1-1,5 cm [fase 1 de la imagen].

A continuación coge el borde inferior de la masa, dóblalo con cuidado sobre el relleno y séllalo tanto por arriba como por los lados para que las semillas no se salgan [fase 2 de la imagen].

Ahora enrolla el relleno sellado sobre la masa, deslizando con ambas manos hacia arriba hasta llegar a sobreponer el rollo sobre el borde del peine. Entonces empieza a enrollar la serpiente de masa en espiral, asegurándote de poner la parte en la que sobresale el borde de la capa inferior en el interior de la espiral [fase 3 de la imagen].

Termina de enrollar en espiral toda la serpiente de masa y cógela con delicadez para colocarla sobre la bandeja para horno: al hacerlo, coloca el extremo final del rollo que sobresale al exterior y colócalo debajo de la espiral, para que te quede un bollo redondo en la cocción [foto del resultado a continuación].

Bollo polaco con semillas de amapola sin barniz

Repite los últimos pasos con el otro rectángulo para sacar otro bollo y, después, haz lo mismo con otra porción de masa. No te olvides: cada porción de masa te da para 2 bollos (pues sacas 2 rectángulos de cada cuadrado de masa), por lo que acabarás teniendo 16 bollos rellenos. 😉

Al colocar los bollos en la bandeja bastante espacio entre uno y el siguiente (no menos de 6 cm) porque van a crecer fuera y dentro del horno y no queremos que se peguen.

Al finalizar, notarás que los primeros bollos han tenido la ocasión de leudar más y aumentar su volumen. Puedes dejar que los bollos reposen unos 15 minutos más o encender ya el horno llegue a 180ºC (con modalidad ventilada si la tienes).

En un bol pequeño bate un huevo con un tenedor, añade 3 cucharadas de leche y mezcla. Esparce esta mezcla sobre la superficie de los bollos utilizando un pincel de silicona u otro apto para cocina: este paso aportará un barnizado lúcido y apetecible a tus bollos, pero que no hará que la superficie se queme antes de que el postre esté cocido. 😉

Si quieres que la segunda bandeja tenga el mismo tiempo para leudar que la primera, hornea la primera bandeja sola y después la otra, aunque puedes hornear ambas a la vez sin problemas.

Hornea hasta que la superficie de los bollos quede bien dorada o ligeramente marrón.
[Truco: Cambia la posición de las bandejas o gira/cambia la posición de los bollos con una paleta de cocina si notas que la cocción no es uniforme.]

Deja que se enfríen un poco antes de servir.

Bollos polacos rellenos de semillas de amapola (Drożdżówki z makiem)
Bollos polacos rellenos de semillas de amapola (Drożdżówki z makiem)

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes enriquecer el relleno con fruta seca picada muy finamente: almendras, nueces, albaricoques, higos, uvas pasas. Si decides hacerlo, reduce la cantidad de amapola para compensar el volumen de la fruta seca.

Puedes añadir un zig zag de glaseado real (= azúcar glas mezclado con suficientes gotas de limón para lograr una consistencia líquida) o esparcirlo directamente con un pincel de cocina sobre la superficie del bollo enfriado. Si quieres decorarlo aún más, esparce unas semillas de amapola encima cuando el glaseado esté aún húmedo.

Conserva durante 3 días bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico (o alternativa biodegradable). Guarda en la nevera si hace calor.

Puedes calentar 1 bollo en el microondas durante unos 10-15 segundos a máxima potencia (800 W) si quieres que la masa vuelva a ser súper suave y como recién horneada.