Lo que los extranjeros más asocian a la cocina italiana es sin duda el binomio «pizza y pasta». En efecto, hay que reconocer que los italianos destacan por su gran fantasía para condimentar de formas diferentes y siempre gustosas un trozo de masa y un puñado de pasta.
Hoy vamos a enfocarnos en esta segunda parte del binomio, preparando un primer plato italiano 🇮🇹 muy conocido: la Pasta alla puttanesca 🍝.
Esta receta, en la que el tipo de pasta (larga o corta) es totalmente intercambiable, se caracteriza por una salsa hecha con ingredientes potentes e inconfundibles. Las anchoas 🐟 se derriten en un aceite aromatizado con ajo y guindilla 🌶️ y se mezclan con las intensas alcaparras, las gustosas aceitunas y el refrescante tomate 🍅, para envolver las tagliatelle en una espesa capa de sabores que te van a encantar.
Disfruta de esta receta, cuyo origen se contiende entre el Lacio y la Campania, en familia o entre amigos: no tardarás nada en prepararla y no tiene ninguna dificultad. 😉
Información
Dificultad: baja
Tiempo preparación: 20 min
Coste: bajo
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Tagliatelle (u otro tipo de pasta): 400 g
Tomate triturado: 400 g
Filetes de anchoas (en aceite): 25 g
Aceitunas negras sin hueso: 100 g
Alcaparras: 10 g
Ajo: 2 dientes
Guindilla: al gusto
Aceite de oliva: 2 cucharadas
Sal: al gusto
[Perejil fresco: opcional]
Realización
En una olla pon a hervir agua con sal. Cuando hierva, vierte las tagliatelle y remueve con frecuencia desde e principio para evitar que se pegue.
Mientras tanto prepara la salsa puttanesca.
Pica las alcaparras, apartando algunas enteras para la guarnición. Pica las aceitunas también.
En una sartén vierte el aceite de oliva y añade los dientes de ajo pelados para que se doren. Añade los filetes de anchoas y desmenúzalos con la ayuda de una cuchara de madera/espátula de silicona y del calor. Agrega las alcaparras, las aceitunas y la guindilla (fresca y picada o seca, en trozos o molida). [Nota: Si te preocupa dosificar la guindilla picante, opta por guindilla molida y agrégala poco a poco después de haber añadido el tomate triturado: así controlarás exactamente la intensidad. 😉 ]
Mezcla y deja cocinar un minuto. A continuación, añade el tomate triturado y mezcla bien. Deja que se cocine a fuego mediano durante unos 10 minutos. Cubre parcialmente con la tapa para que la salsa se espese, pero no en exceso. [Truco: en todo momento, puedes alcanzar la textura perfecta añadiendo agua del grifo (= salsa más líquida) o dejándola evaporar quitando la tapa (= más espesa).]
Escurre la pasta cuando esté en su punto y mézclala con la salsa puttanesca, a la que habrás quitado los dientes de ajo.
Emplata añadiendo un poco más de salsa sobre las tagliatelle, unas alcaparras enteras y, si lo deseas, un poco de perejil fresco recién picado.
Tagliatelle alla puttanesca
¡Listo!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
La pasta debería comerse caliente y recién hecha, pero puedes conservarla en un recipiente hermético y en la nevera durante 1 día.
Si has oído hablar de la gastronomía polaca, seguramente habrás oído hablar de los pierogi, la más famosa pasta rellena de Polonia 🇵🇱.
Los pierogi 🥟 (al singular pieróg) son unos maravillosos ravioli a forma de media luna o mini empanadilla que tienen cautivados a todos los polacos y a los extranjeros que han tenido la suerte de probarlos. Una parte del éxito se debe a la textura de la masa, que puede degustarse tanto tras un simple hervido que la deja suave, como después de un salteado en la sartén, lo que le confiere una capa crujiente irresistible. La otra parte del éxito es sin duda que la variedad de rellenos tradicionales y más modernos es tan amplia que consigue satisfacer literalmente a todos. Esta vez proponemos el sabroso relleno a base de carne picada 🥩 y repollo 🥬, aunque en el apartado de sugerencias te dejamos muchísimas más ideas para que experimentes numerosas variantes de esta deliciosa pasta rellena.
A partir de hoy deja de ser una suerte el poder probar los pierogi fuera de Polonia: con esta receta y sus detalladas e infalibles instrucciones no tienes más excusas para retrasar la degustación y conseguirás emplatar unos pierogi que cualquier abuela polaca aplaudiría 😉
Estrena esta receta para acabar la Semana Santa con un planazo culinario o sírvela en cualquier día normal para que se convierta automáticamente en un momento de fiesta: ¡este es el poder de los pierogi!
Información
Dificultad: mediana
Tiempo preparación: 1,5 h
Coste: mediano
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
PARA LA MASA:
Harina de trigo: 700 g
Agua: 400 ml
Sal: 1 cucharadita
Huevo: 1
Aceite de oliva/ girasol: 3 cucharadas
PARA EL RELLENO:
Repollo liso: ¾ de uno mediano
Carne picada (vacuno/cerdo/mixta): 400 g
Panceta curada salada/Bacon ahumado: 80 g
Mantequilla/Margarina/Aceite: unas cucharadas
Cebolla: 1 pequeña
Mejorana: al gusto
Cubito de caldo/Sal: al gusto
Pimienta: al gusto
Realización
Empieza preparando el relleno.
Limpia la cebolla y pícala en cubitos pequeños. Pica también la panceta en cubitos pequeños o pequeñas tiras. Coge el repollo, elimina las hojas exteriores si es necesario y luego, utilizando una mandolina o un cuchillo grande de lama lisa, saca unas láminas de unos 2-3 mm (como si lo cortases en juliana).
En una olla, pon una cucharada de mantequilla/margarina/aceite y vierte el repollo laminado. Sazona con el cubito de caldo, la mejorana y la pimienta. Vierte medio vaso de agua y remueve. Tapa y deja que se cocine a fuego mediano hasta que se ablande. Controla con frecuencia si hace falta más agua y remueve para que la cocción sea homogénea.
Mientras tanto, en una sartén deja que la panceta se dore y vuelva crujiente antes de añadir la carne picada. Sazona con cubito de caldo, mejorana y pimienta (aunque puedes añadir sazonadores para carne, si te gustan) y deja que la carne se cocine a fuego mediano-alto hasta coger un bonito color ligeramente marrón antes de apagar.
Cuando el repollo esté casi listo, quita la tapa y deja que todo el líquido evapore antes de incorporarlo a la sartén con la carne y mezclar. Deja enfriar en la sartén o transfiriendo el relleno en un bol frío para acelerar los tiempos.
Mientras el relleno se enfría, prepara la masa para los pierogi.
En un bol vierte la harina, la sal, el agua (mucho mejor si tibia), el aceite de oliva y los huevos previamente cascados en un pequeño bol y batidos ligeramente. Mezcla con tus manos en el bol hasta lograr una masa compacta, entonces amasa sobre la encimera ligeramente enharinada hasta lograr una masa lisa (puedes utilizar tu robot de cocina, si lo prefieres). Cubre la masa con un trapo limpio o ponlo en un recipiente hermético y deja reposar durante unos 15 minutos.
Cuando falte poco antes de que se acabe el cuarto de hora, vierte el relleno de carne y repollo en tu batidora y bate durante unos segundos para que los ingredientes se desmenucen un poco y sea más fácil rellenar los pierogi. [Ojo: no te pases con el tiempo de batido porque no queremos un paté uniforme en el que ya no se puedan distinguir los ingredientes 😉 ] Aparta el relleno de momento.
Coge un trozo de masa y deja el resto cubierto. Con tus manos, dale una forma aproximada de rectángulo aplastándolo sobre la encimera ligeramente enharinada. Empieza a laminar el rectángulo utilizando tu máquina para hacer pasta fresca o un simple rodillo de cocina. Asegúrate de que la masa esté en todo momento suficientemente enharinada por ambos lados, pues evitarás que se te pegue a la encimera o a los rodillos. [Nota: Si utilizas máquina para hacer pasta, tal vez al principio necesites doblar la masa recién salida de la máquina sobre sí un par de veces, pues la presión excesiva de los rodillos sobre una masa inicialmente muy espesa puede devolverte unas láminas irregulares y poco lisas.]
Ajustando de forma progresiva el espacio entre los rodillos o la presión del rodillo de cocina, consigue una lámina de 1-2 mm de espesor (no más). Ahora utiliza un cortador de masa circular o un simple vaso (te sugiero un diámetro de 8 cm, aunque en Polonia también los puedes comer más grandes) para sacar cuantos más círculos posible de una lámina. Coloca los círculos sobre una encimera bien enharinada y junta la masa que te ha sobrado a la masa por laminar.
Ahora ha llegado la parte más divertida: ¡vamos a rellenar y sellar los pierogi! Déjate guiar por la gif que hay a continuación y por las instrucciones.
Cómo sellar los Pierogi polacos
Acerca el dedo índice y el pulgar de tu mano izquierda (la derecha si eres zurdo) dejando 1 cm de distancia entre los dedos. Coge un círculo y deposítalo de tal forma que su centro esté en el espacio entre los dedos. Con la otra mano coge una cucharadita de té abundante de relleno y deposítalo en el centro del círculo de masa, utilizando el dedo medio como soporte. Empieza a acercar los dos lados del pieróg moviendo y apretando ligeramente hacia arriba el índice y pulgar izquierdos. Aplasta ligeramente el relleno con la otra mano para que tenga la forma correcta y quede un espacio despejado para los bordes. Entonces sella una primera vez el pieróg apretando con el índice y pulgar de tu otra mano (la derecha) a lo largo de todo el borde de la media luna de tu raviolo. Para asegurarnos que la masa se quede bien pegada, vamos a repasar el sellado una vez más de la misma forma o haciendo un borde decorativo: empezando por el extremo derecho y yendo hacia el extremo izquierdo, empieza a apretar el borde deslizando simultáneamente el pulgar derecho hacia arriba y el índice derecho hacia abajo (mira el vídeo para ver la técnica), luego desplaza tus dedos unos mm más adelante y repite hasta acabar el borde. Por el otro lado del pieróg tendrás un borde muy bonito y un sellado hermético 😉 [Truco: si has sacado muchos círculos a la vez y no los has cubierto con un trapo húmedo o se están secando y no se pegan fácilmente, puedes untar una yema en agua y pasarla sobre el borde del círculo (en el lado donde pones el relleno, no el exterior) antes de sellar el pieróg.]
Coloca los pierogi preparados sobre una tabla de cortar de madera (u otra superficie no pegadiza) bien cubierta de harina para evitar que se te pegue y cúbrelos con un trapo limpio.
Pierogi polacos crudos
Acaba los círculos de la primera lámina, luego saca otra y vuelve a rellenar los círculos que has sacado para crear más pierogi. Te desaconsejo sacar de golpe todos los círculos para agotar la masa y rellenarlos después: la masa tiende a secarse antes de que termines.
Una vez que tengas todos los pierogi preparados, llena una gran olla de agua salada y espera a que hierva intensamente. Entonces crea un remolino en el agua removiéndola con una cuchara de madera y vierte con delicadeza una parte de los pierogi: así no se pegarán. Cuando empiecen a flotar, espera 30 segundos y sácalos, depositándolos en un colador colocado sobre un bol (así se escurrirán bien y el agua en exceso se quedará en el bol). Vuelve a crear el remolino, a verter otra porción de pierogi y a cocinarlos hasta acabar todos.
Los pierogi ya preparados puedes, o bien emplatarlos directamente desde el colador o ponerlos en una fuente en la que habrás echado un buen chorro de aceite para evitar que se peguen entre sí, a la espera de emplatarlos cuando todos los pierogi estén cocinados.
Pierogi polacos hervidos (en la fuente)
Por último, queda por abordar la forma de servirlos: puedes servirlos recién hervidos o, por otra parte, hacer el paso extra de saltearlos en la sartén con un poco de mantequilla/margarina o aceite para que se forme una capa exterior crujiente. Lo más habitual es servirlos condimentados con abundante mantequilla/margarina en la que habrás dorado ligeramente un poco de cebolla cortada en juliana, aunque también puedes echar solo mantequilla/margarina.
Pierogi polacos salteados en la sartén
¡Listos!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Conserva los pierogi hervidos en una bolsita o en un recipiente hermético durante 1 día en la nevera, recordando de rociarlos con un poco de aceite recién hervidos para evitar que se peguen entre sí.
Puedes congelar los pierogi hervidos y enfriados en bolsitas para el congelador y conservarlos durante algunos meses. Cuando quieras comerlos, sácalos unas horas antes para que se descongelen naturalmente y sea más fácil separarlos sin que se rompan. Para servirlos, caliéntalos en una sartén con mantequilla/margarina a fuego mediano al principio y luego deja que se forme la capa crujiente por fuera subiendo la temperatura, si necesario.
Tienes que probar los pierogi con otros rellenos también. Te sugerimos tanto los más clásicos, como otros fruto de nuestra fantasía:
relleno de patatas hervidas y machacadas, con queso fresco (requesón, ricotta o el original twaróg) o queso crema [versión conocida como pierogi ruskie];
relleno de patatas hervidas y machacadas, panceta crujiente/jamón ibérico crudo en cubitos y cebolla sofrita;
relleno de patatas hervidas y machacadas mezcladas con brócoli hervidos y batidos (y eventualmente panceta crujiente o queso fresco o curado rallado): aquí encuentras la receta exacta;
relleno de patatas hervidas y machacadas, queso crema y queso azúl/queso curado aromático rallado (Pecorino romano o Idiazábal);
relleno de repollo liso cocinado con cebolla y chutcrut;
relleno de repollo liso cocinado con cebolla y champiñones salteados y picados;
relleno de carne picada, cebolla salteada y setas salteadas y picadas;
relleno de inspiración italiana con espinacas salteadas y quesos blancos frescos (requesón, ricotta o feta).
Para la sección de primeros platos italianos de pasta 🍝, aquí viene una nueva receta que te dejará limpiando el plato con un dedo, para no desperdiciar ni un poquito de esta golosísima salsa.
Hoy proponemos unas tagliatelle (sustituibles por cualquier tipo de pasta larga o corta que te apetezca 😉 ) con gustosas láminas de setas salteadas 🍄 y crujientes trocitos de panceta curada 🥓, el todo envuelto por una sabrosa crema de tomates frescos 🍅 y cebollas sofritas 🧅.
Es un plato que no requiere muchos ingredientes, pero cada uno de ellos destaca de forma especial a esta delicia, contribuyendo a esta armonía de sabores y texturas.
Información
Dificultad: baja
Tiempo preparación: 30 min
Coste: mediano
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Tagliatelle: 350 g (sustituible por otro tipo de pasta larga o corta)
Tomates: 4-5
Cebolla: 1
Champiñones: 5-6
Panceta curada salada/bacon ahumado: 100 g
Mantequilla/margarina/aceite de oliva: 2 cucharadas
Sal: al gusto
Pimienta: al gusto
Parmigiano Reggiano: al gusto (para rallar encima)
Realización
Empieza calentando agua salada en una olla. Cuando el agua llegue a ebullición, vierte la pasta y mezcla con frecuencia desde el principio para que no se pegue.
Aprovecha el tiempo necesario para que el agua llegue a hervir y la pasta se cocine para preparar los ingredientes para la salsa.
Pica la panceta salada en cubitos o pequeñas tiras y la cebolla previamente limpiada también en cubitos (cuanto más finos, más rápido se pocharán). Limpia las setas (corta la base del tallo y elimina la tierra utilizando una esponja o un trapo ligeramente húmedo) y córtalas en láminas. Lava los tomates, córtalos por la mitad para eliminar más fácilmente el punto desde el cual sale la rama y pícalo en cubitos.
En una sartén añade una cucharada de mantequilla y la panceta salada picada. Deja que esta última se dore ligeramente y adquiera una textura crujiente antes de añadir las setas laminadas y cocinarlas. Retira las setas con la panceta utilizando una espumadera y colócalas, de momento, en un plato.
A la sartén donde ha quedado un poco de grasa y los sabores de la anterior cocción, añade la otra cucharada de mantequilla y la cebolla picada. Deja que ésta se dore. Añade los tomates frescos picados y deja cocinar unos minutos. Sazona con sal y pimienta (recordando que las setas y sobre todo la panceta ya llevan sal, así como el queso que rallarás encima después).
Vierte el contenido de la sartén en un recipiente alto y posiblemente no muy ancho para utilizar la batidora de mano y conseguir que la cebolla y el tomate se conviertan en una crema lisa: así tendrás la salsa de nuestro condimento.
Vierte la salsa en la sartén y añade las setas y la panceta. Mezcla para repartir bien los sabores y deja que se cocine unos minutos hasta lograr la consistencia deseada.
Cuando la pasta esté en su punto, escúrrela y añádele el condimento. Mezcla y emplata. Añade un poco más de salsa sobre la pasta y, como toque final, ralla encima un poco de queso Parmigiano Reggiano (paso opcional).
Pasta con crema de tomates frescos y cebolla, setas salteadas y panceta crujiente
¡Listo!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Puedes conservar la pasta preparada en un recipiente hermético y guardarla en la nevera durante un día. Vuelve a calentarla en la sartén con un poquito de mantequilla/margarina o aceite o, si lo prefieres, al microondas, removiendo de vez en cuando para lograr que se caliente de forma homogénea.
¿Te apetece un primer plato de pasta cuyo condimento te permite jugar con diferentes texturas, logradas con éxito aprovechando al máximo tan solo dos ingredientes asequibles? 😉
Tienes que probar los rigatoni (u otro tipo de pasta corta) envueltos en una aterciopelada crema de patatas, con trocitos de crujiente longaniza y palillos de patata 🥔 salteados en la sabrosísima grasa soltada por la longaniza, lo que les confiere una textura firme y delicada por dentro y una capa dorada crujiente y muy gustosa por fuera. Como prometido: ¡solo 2 ingredientes para lograr un condimento excepcional y muy impactante!
Prepara esta receta (sin lactosa) para ofrecer un primer plato curioso, asequible y poco complicado a tus comensales o para mimarte y reconfortarte sin excederte con los gastos 💸.
Información
Dificultad: normal
Tiempo preparación: 40 min
Coste: bajo
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Rigatoni: 350 g (sustituible por otro tipo de pasta corta)
Patatas: 3 grandes
Longaniza: 150 g
Cubito de caldo: al gusto
Pimienta: al gusto
Aceite de oliva/de girasol: un chorrito
½ ⅓ ¼ ¾ ⅕ ⅙ ⅛ ⅔ ⅖ ⅚ ⅗
Realización
Empieza pelando las patatas y cortándolas en 4 trozos para que se cocinen más rápido. Ponlas a cocinar en una olla con agua salada (el agua tiene que cubrirlas completamente) y pon la tapa.
Mientras tanto, vierte un chorrito de aceite en una sartén. Comprime las longanizas para sacar la carne de su envoltorio o tripa, tratando de lograr unos bocaditos pequeños que caigan directamente sobre la sartén. Deja que la longaniza se cocine a fuego medio-alto, para que logre un exterior crujiente, pero esté también cocida por dentro. Utiliza una espátula o un cucharón de madera para desmenuzar eventuales trozos grandes.
Cuando los trocitos de longaniza estén listos, retíralos utilizando una espumadera y colocándolos sobre un plato, eventualmente previamente cubierto con una hoja de papel absorbente, si quieres retirar cuanta más grasa posible.
Cuando las patatas estén blandas, escúrrelas guardando dos vasos de agua de cocción.
Pon agua salada en una olla. Cuando empiece a hervir vierte la pasta y remueve con frecuencia desde el principio para evitar que se pegue.
Mientras tanto, coge aproximadamente mitad las patatas y córtalas en palillos más o menos grandes como los rigatoni (o un poquito más pequeños). Deja que se doren y consigan una capa exterior crujiente en la misma sartén de la longaniza, donde aún queda la grasa llena de sabor. Para lograr que estén crujientes por todos los lados, remueve con delicadeza de vez en cuando.
Mientras tanto, vierte las demás patatas en un recipiente alto y no muy ancho, desmenuza un poco de cubito de caldo, una pizca de pimienta y vierte medio vaso de agua de cocción de las patatas. Convierte las patatas en una crema utilizando tu batidora de brazo (minipimer), batiendo el mínimo necesario para lograr una consistencia lisa (no exageres para que la patata no se vuelva elástica). Ahora comprueba:
El punto de sal: ajusta añadiendo un poquito más de cubito de caldo disuelto en unas cucharadas de agua caliente de cocción.
Si la textura es suficientemente líquida para envolver la pasta como una salsa espesa: si te parece que no, ajusta la textura añadiendo más agua de cocción y mezclando con una cuchara (ya no con la batidora).
Escurre la pasta cuando esté en su punto. Añade la crema de patatas a la olla con la pasta y mezcla bien. Agrega también los trozos de longaniza y las patatas crujientes, dejando un poquito de ambas para la decoración. Mezcla y emplata. Finaliza el plato añadiendo encima de la pasta esos trozos de longaniza y patata que habías guardado y sirve.
Pasta con crema de patatas y crujientes trocitos de longaniza y patata salteada
¡Listo!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Es mejor consumir la pasta recién preparada, pues es el momento en el que la crema de patatas tiene su mejor textura.
Puedes añadir un poco de queso curado aromático a las patatas hervidas que bates para crear la salsa: prueba a añadir unas cucharadas de Parmigiano Reggiano/Pecorino/Idiázabal rallado finamente (antes de batir) y a sustituir el cubito de caldo por un poquito de sal (si es que aún hace falta, considerando que el queso y las patatas ya llevan).
Una de las sopas 🥣 más típicas y con más personalidad de la cocina polaca 🇵🇱 es la Zupa Szczawiowa, una sopa que debe su nombre a su ingrediente estrella: el Szczaw, la planta conocida a los hispanohablantes como acedera común, vinagrera o Rumex acetosa.
Esta sopa se puede preparar con hojas frescas de esta planta 🥬, pero lo más habitual en Polonia es comprar tarros de acedera en conserva: esta opción es más cómoda porque se ahorra tiempo al cocinar y porque las conservas están a la venta en cualquier temporada. Este producto se puede encontrar habitualmente en las tiendas polacas en el extranjero o pedir por internet.
La Zupa Szczawiowa, debe sin duda su intenso color verde oscuro y el potente sabor ácidulo a la acedera, pero esta no es la única verdura presente en el plato. La sopa es muy rica de otras verduras también (apio, puerro, zanahorias, cebolla y patatas) y de aromas de la cocina polaca (el laurel o la pimienta de Jamaica). Acompaña esta delicia con los habituales gajos de huevos duros 🥚 y un poco de nata, que equilibran el plato.
Información
Dificultad: normal
Tiempo preparación: 30 min
Coste: mediano
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
PARA LA SOPA:
Acedera común (Rumex acetosa) en conserva: 150-200 g
Zanahoria: 1 mediana
Cebolla: ½
Puerro: ½
Apio/raíz de apio: 1 tallo / 1 trocito
Caldo de carne o vegetal: 2 l
Hojas de laurel: 3
Pimienta de Jamaica (pimienta gruesa): 3 granos
Pimienta negra: al gusto
Sal: al gusto
Nata líquida: 4 cucharadas
Aceite/margarina/mantequilla: para el sofrito
EXTRAS HABITUALES:
Huevos cocidos (duros): 6
Patata cocida: 1 mediana
Realización
PREPARACIÓN DE LOS EXTRAS
Huevos: En una olla cubre completamente los huevos con agua fría y deja que se cocinen unos 11 minutos desde el momento en el que el agua hierve. Pasado ese tiempo, tira el agua caliente y cubre los huevos con agua fría para acelerar su enfriado. Quita la cáscara de los huevos y corta cada uno en 4 gajos.
Patatas: Pela las patatas. Puedes elegir si hervirlas y, cuando estén cocidas, cortarlas en cubitos o si rallarlas por la malla gruesa y cocinarlas en una sartén. En ambos casos se añaden al caldo después de la acedera.
PREPARACIÓN DE LA SOPA
Empieza a lavar y/o pelar las verduras frescas. Pica la cebolla y el apio finamente, corta el puerro por la mitad (en sentido de la largueza) y pícalo también. Ralla la zanahoria por la malla gruesa de tu rallador.
En una sartén añade una nuez de mantequilla/margarina o un chorrito de aceite y deja que la cebolla se poche a fuego mediano. A continuación, añade el apio y deja que se ablande, añadiendo un poco de agua si es necesario. Finalmente, agrega el puerro y la zanahoria, sofríe un poco (sigue añadiendo más de agua, si es necesario) y deja que se cocinen unos minutos más.
Vierte todas las verduras en una olla y cubre con todo el caldo. Añade la acedera directamente del tarro. Mezcla, [añade las patatas, si las vas a poner], añade las hojas de laurel y los granos de pimienta de Jamaica y sazona con pimienta negra y, eventualmente, sal. Deja cocinar durante 15 minutos con la tapa puesta. Cuando falte un minuto añade la nata y mezcla.
Emplata: vierte la sopa en los cuencos y añade los huevos cocidos.
Zupa Szczawiowa – sopa polaca de acedera
¡Listo!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
La nata rebaja un poco la intensidad natural de la acedera, pero puedes prescindir de ella para versiones sin lactosa de la receta (o utilizar alternativas vegetales que no resulten dulces). Si quieres compensar esa acidez que no vas a rebajar, puedes reducir desde el principio la cantidad de acedera en unos 20 g y probar si quieres poner la cantidad entera.
No agregues nata a toda la sopa si no vas a consumirla entera y piensas conservarla en la nevera (puedes hacerlo durante 1 día). Es mejor añadir la nata solo a la parte de sopa que vas a consumir inmediatamente.
Prueba otras sopas tradicionales polacas: atrévete con el Żurek.
La Pasta all’Amatriciana, que debe su nombre a la ciudad de Amatrice (Lacio), es un plato emblemático de la gastronomía italiana que podría considerarse como una evolución con tomate de la Pasta alla Gricia.
Como todas las grandes recetas tradicionales, esta también ha despertado muchos debates sobre los ingredientes que deberían utilizarse: ¿guanciale o panceta salada?, ¿Pecorino Romano o Parmigiano Reggiano?, ¿con o sin ajo o cebolla?. Nosotras somos partidarias de que explores las diferentes opciones objeto de debate para juzgar cuál es la mejor versión (lo que, obviamente, es una excusa para degustar varias veces esta delicia 😉 ).
De todos modos, sí hay cosas sobre las que nadie duda, como que este es un primer plato del que puedes presumir ante tus comensales: la Pasta all’Amatriciana deja siempre todos encantados gracias a la combinación de texturas y sabores y, además, se prepara con mucha rapidez y facilidad.
Información
Dificultad: baja
Tiempo preparación: 15 min
Coste: bajo
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Pasta larga o corta: 350 g
Tomate triturado: 500 g
Guanciale/Panceta salada: 150 g
Parmigiano Reggiano/Pecorino Romano: al gusto
Mantequilla/ Margarina: 1 cucharada [opcional]
Sal: al gusto
Pimienta: al gusto
Realización
En una olla grande pon a calentar agua con sal. Cuando hierva vierte la pasta que hayas elegido y, desde el principio, remueve con frecuencia para evitar que la pasta se pegue.
Mientras tanto, pica unas lonchas de guanciale o de panceta salada en tiras o cubitos. En una sartén vierte el guanciale y deja que se vuelva crujiente a fuego mediano. Cuando notes que el guanciale empieza a ponerse ligeramente dorado, añade el tomate triturado y mezcla. Prueba la salsa y sazona con pimienta (y, si te parece necesario, sal). [Ojo: ten cuidado con la sal, puesto que tanto el guanciale como el queso que rallarás encima tienen bastante.] [Truco: si quieres rebajar la acidez del tomate, añade una cucharada de mantequilla o de margarina 3/4 😉 ]
Escurre la pasta cuando esté lista y condimenta con la salsa Amatriciana.
Emplata y añade un poco más de salsa encima y queso Parmigiano Reggiano o Pecorino Romano recién rallado.
Pasta all’Amatriciana
¡Listo!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Conserva la pasta all’Amatriciana en un contenedor hermético durante 1 día en la nevera.
Como avanzamos antes, existe debate sobre la procedencia de añadir a la receta cebolla picada o ajo triturado y salteada/o después de que la panceta esté dorada, o de conferir un toque picante al plato añadiendo guindilla molida. En esta versión no los pusimos, pero, sin duda, deberías experimentar con la receta hasta lograr la versión que más te gusta. 😉
El final de las fiestas y la vuelta a la rutina nos dejan siempre cargados con un poco de nostalgia y estrés, pero al mismo tiempo llevan consigo nuevos retos y buenos propósitos por alcanzar.
La decisión de comer más saludable, pero también el deseo de degustar algo calentito, reconfortante y que nos proporcione la energía necesaria son las fuerzas motrices detrás de la crema de lentejas y patatas con crujiente chorizo. 🥣🥔
Este delicado primer plato, caracterizado por una textura aterciopelada agradablemente rematada por el toque crujiente del chorizo, puede personalizarse cada vez de forma distinta jugando con hierbas aromáticas 🌿 o especias con personalidad 🌶️: en los ingredientes y en el apartado de sugerencias encuentras unas ideas para que nunca te puedas canses de esta delicia y para que puedas disfrutarla incluso con toppings vegetarianos. 😉
Información
Dificultad: normal
Tiempo preparación: 30 min
Coste: bajo
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Lentejas cocidas: 400 g (= 1 tarro)
Patata: 1 grande
Cubito para caldo: aprox. 1
Chorizo extra (dulce o picante): 80 g
Pimienta negra: al gusto
Extras opcionales: hierbas aromáticas (mejorana/ tomillo/ romero) o especias (ajo, guindilla molida o jengibre molido)
Realización
Empieza pelando la patata y cortándola en trozos pequeños. Ponla a cocinar en una olla con agua salada hasta que esté suave.
Cuando las patatas estén listas, retíralas del agua sin tirar esta última.
Vierte las patatas y las lentejas (sin su líquido) en tu batidora. Coge un vaso de agua de cocción de las patatas y disuelve en ella el cubito para caldo. Vierte el caldo en la batidora también, tapa y deja que la máquina reduzca los ingredientes en una crema homogénea.
En una olla suficientemente grande vierte el contenido de la batidora y consigue la textura que buscas añadiendo más agua de cocción de las patatas. Comprueba el punto de sal, añade un poco de pimienta molida y mezcla.
Si quieres añadir alguna hierba aromática (la mejorana queda muy bien, pero puedes echar tomillo o romero) o, alternativamente, alguna especia con personalidad (como ajo, guindilla molida o jengibre molido), este es el momento.
Deja que la crema se cocine tapada a fuego mediano durante unos 5 minutos. [Nota: No te olvides que, en todo momento, puedes arreglar la textura hasta lograr la que buscas añadiendo agua (incluso del grifo) o dejando la tapa abierta para que evapore.]
Mientras la crema se cocina, retira la piel del chorizo y pícalo en cubitos. Deja que se cocine en una pequeña sartén a fuego mediano hasta ser crujiente. Retira el chorizo con una espumadera y colócalo sobre un plato cubierto con papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
Emplata la crema y esparce, como decoración, el chorizo crujiente encima.
Crema de lentejas y patatas con crujiente chorizo
¡Lista!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Si quieres una versión vegetariana, sustituye el chorizo por crujientes picatostes normales o aromatizados o crujientes chips de patatas desmenuzados.
Si quieres una versión aún más rica, puedes sofreír un poco de cebolla (y/o incluso ajo fresco) con una cucharadita de aceite de oliva y añadir el sofrito a la batidora.
Puedes conservar la crema (sin añadirle chorizo hasta el momento de servirla):
en la nevera: durante 1 día, tapada;
en el congelador: en un contenedor hermético hasta ⅘ de su volumen (hay que dejar un poco de espacio para que el líquido no se salga del contenedor al congelarse).
¡Feliz 2021! 🎆 🎉 Las Aventureras en Cocina te desean todo lo mejor para este nuevo capítulo de 365 días.
Hay que celebrar la llegada del año nuevo con mucha alegría y, como siempre, degustando sabrosa comida.
La alegre compañía tendrás que buscarla tu, pero nosotras te proporcionamos la sabrosa receta, que podrás condimentar con tu salsa favorita: pajaritas caseras, hechas al estilo italiano con pasta fresca con huevo. 🇮🇹 🥚
Es muy divertido, satisfactorio y relajante preparar esta sencilla pasta casera (¡que además solo requiere 2 ingredientes!) y el precioso resultado hará que merezca aún más la pena. Disfruta cocinando para ti o para alguien especial con el que te apetezca empezar bien el año nuevo. 😉
Información
Dificultad: normal
Tiempo preparación: 1 h
Coste: bajo
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Harina de trigo: 300 g
Huevos: 3
Realización
Vierte la harina sobre una grande tabla de madera o sobre tu encimera: trata de crear un hueco en el centro y unas paredes de harina más altas alrededor del mismo.
En el hueco casca los huevos y bátelos ligeramente con un tenedor.
Ahora empieza a mover los dedos insertados en los huevos batidos en en círculos, ampliando el diámetro progresivamente para que la harina vaya incorporándose poco a poco y las paredes sigan evitando que los huevos se salgan.
Cuando los huevos hayan absorbido ya bastante harina, empieza a mezclar con ambas manos para tratar de que la masa absorba toda la harina y se vuelva lisa.
Crea una bolita, cúbrela con un trapo limpio o ponla en un bol con tapa/película transparente y deja que repose unos 15 minutos: esto permitirá que la masa se vuelva más lisa y elástica.
Pasado ese tiempo, divide la masa en 4 partes y empieza a laminarla utilizando tu máquina para hacer pasta fresca o un simple rodillo de cocina. En todo caso, no dejes de asegurarte que la masa/lámina esté en todo momento suficientemente enharinada por ambos lados para evitar que se pegue a la encimera o a los rodillos.
Si utilizas máquina para pasta, puede que necesites doblar la masa recién salida de la máquina sobre sí un par de veces al principio, porque la presión excesiva de los rodillos sobre una masa inicialmente muy espesa puede devolverte unas láminas irregulares y poco lisas.
Ajustando progresivamente el espacio entre los rodillos o la presión del rodillo de cocina, saca una lámina de 1-2 mm de espesor (no más). Repite este procedimiento hasta tener toda la masa laminada.
Utilizando un cortador para pizza o un cuchillo de lama lisa, divide cada lámina en largas tiras de unos 3-4 cm de largueza. Ahora puedes hacer unos cortes perpendiculares para crear unos cuadrados de masa (misma distancia de 3-4 cm) utilizando el mismo cortador para pizza o cuchillo o, alternativamente, utilizar un cortador para ravioli que te dejará unos bordes ondulados [como se puede ver en la foto de la receta].
Ahora que tienes ya todo preparado, ha llegado el momento de formar las pajaritas: utilizando las yemas del pulgar y del índice o, incluso mejor, unos palitos de madera (de los típicos que utilizas para degustar comida oriental), aprieta en el centro de los dos lados lisos del cuadrado hasta sellar la masa [mira la imagen a continuación].
Procedimiento para realizar pajaritas caseras
Sigue estos pasos hasta agotar los cuadrados y asegúrate de colocar las pajaritas preparadas sobre una tabla de madera o una superficie enharinada para evitar que se te pegue.
Una vez que todas las pajaritas hayan sido formadas, es conveniente esperar unos 20 minutos para que la masa pueda secarse un poco. Pasado ese tiempo puedes cocinarlas ya en agua salada hirviendo (removiendo frecuentemente con delicadeza), escurrirlas y servirlas con la salsa que prefieras.
Si quieres guardarlas para cocinarlas en otro momento, tendrán que secarse del todo: necesitarás algunas horas y es aconsejable que, después de una rato, les des la vuelta para lograr un secado uniforme.
Pajaritas caseras – Pasta fresca casera
¡Listas!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Puedes conservar las pajaritas completamente secas y no cocinadas en unos contenedores herméticos:
La pasta alla Norcina es una receta italiana originaria de Norcia (Nursia en español), una ciudad situada en la región de Umbria. 🇮🇹 La morfología de esta zona ha influido mucho a la hora de convertir sus habitantes en ganaderos y, sucesivamente, en reconocidos expertos en la conservación de carnes. 🥩
Y de la mano de los expertos nursinos, llega este tan increíble como simple primer plato, cuyo ingrediente estrella debería ser la salsiccia, y precisamente aquella preparada en Norcia, que nosotros vamos a sustituir por una longaniza local de calidad.
La inconfundible intensidad de las crujientes longanizas cocinadas queda envuelta por sedosa nata y rematada con un toque de pimienta negra. El juego de texturas de los ingredientes combina a la perfección con la pasta y os dejará queriendo repetir porción. 🍽️ 😉
Información
Dificultad: baja
Tiempo preparación: 20 min
Coste: normal
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Rigatoni/Penne rigate/Mezze maniche: 350 g
Salchichas frescas/Longanizas*: aprox. 150 g
Nata líquida para cocinar/»Nata» vegetal: aprox. 200 ml
Cebolla: ¼
Aceite de oliva/girasol: un chorrito
Pimienta: al gusto
Sal: al gusto
Realización
Empieza poniendo agua y sal en una olla y deja que llegue a hervir: en ese momento vierte los rigatoni o la pastacorta que hayas elegido y deja que se cocine durante el tiempo necesario, removiendo con frecuencia desde el principio.
Mientras tanto, prepara el condimento.
Empieza picando finamente la cebolla, para tenerla lista.
En una sartén vierte la cucharada de aceite. Cuando la sartén esté bien caliente empieza a apretar las longanizas para sacar pequeños trozos de carne de su envoltorio y deja que caigan sobre la sartén. Dora bien las longanizas, removiendo de vez en cuando.
Añade entonces la cebolla a la sartén y, si notas que la longaniza no ha soltado suficiente grasa, añade un chorrito de aceite. Deja que se poche a fuego mediano.
Cuando la cebolla esté lista, puedes añadir la nata. Remueve bien para repartir los ingredientes. Deja que se cocine un par de minutos a fuego bajo-mediano.
Escurre la pasta y mézclala con el condimento. Emplata y espolvorea un poco de pimienta recién molida encima.
Rigatoni alla Norcina
¡Lista!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Si quieres añadir un toque verdaderamente especial a este plato, ralla un poco de trufa negra encima. 😉
Los Pici son una pasta fresca que se parece a unos espaguetis más gruesos y que puedes preparar tu solit@ con ingredientes que siempre tienes en casa. 🍝
Son muy sencillos de preparar y vas a engancharte a ellos… ¡y tus comensales también!
Es una receta italiana, de la preciosa Toscana. Nació como un plato pobre y campesino, pero es tan bueno que otras regiones lindantes también se contienden su origen: la receta es la misma, pero lo que las distingue es el condimento. Aprende a hacerlos y prueba la salsa típica de Toscana para una experiencia a 360º: la encuentras en el apartado de sugerencias 😉
Información
Dificultad: baja
Tiempo preparación: 1 h
Coste: normal
Dosis: para 4 personas
Ingredientes
Harina de trigo: 500 g
Agua tibia: 250 ml
Aceite de oliva o girasol: 1 cucharada
Sal: 3 pizcas
Realización
En un bol vierte la harina, la sal, el aceite y el agua tibia.
Amasa con vigor durante unos 10 minutos: necesitamos que la masa se vuelva lisa y elástica.
Vuelve a poner en el bol y cubre con un trapo húmedo o película trasparente durante 30 minutos, para que la masa se vuelva aún más lisa y elástica.
Extiende la masa sobre la encimera ligeramente enharinada hasta lograr un espesor de 1 cm.
Pasos para la realización de los Pici
Saca unas tiras y luego utiliza tus manos para convertirlas en pequeñas serpientes de masa de espesor cuanto más uniforme posible: tienen que quedar como unos espaguetis de diámetro más grande. No te preocupes si no salen perfectos: es el encanto de la masa fresca casera.
Para evitar que los pici se te peguen, colócalos sobre unas tablas, bandejas o unos trapos enharinados.
Pon a hervir una abundante cantidad agua salada y cocina unas pequeñas cantidades de pici a la vez, removiendo con frecuencia. Cuando empiezan a flotar, deja cocinar durante unos 30 segundos más y puedes sacarlos.
Añade la salsa que más te guste y ¡listos!
Pici – pasta fresca toscana
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Prueba la salsa con la que siempre sirven los Pici en Toscana: el Aglione. Necesitas hacer dorar mucho de ajo picado en aceite de oliva virgen extra, añadir guindilla picada (o molida tambié) y luego tomate triturado. Deja que se cocine unos 20 minutos y puedes añadirlo a tu pasta fresca.
Puedes condimentarlos con salsa boloñesa; pesto a la genovesa; salsa de quesos; pesto de ajo de oso (¡estamos en la temporada perfecta!); setas, salchicha y nata… o lo que tu fantasía te sugiera ;