Babka ziemniaczana – tarta «polaca» de patatas ralladas, carne y panceta

Presentación

Cuanto más se exploran las gastronomías de diversos países, tanto más se aprende lo transnacionales que son las recetas que se consideran emblemáticas de una nación y cómo todo lo bueno acaba siendo importado (o conservado) y versionado por nuestros vecinos.

La babka ziemniaczana («tarta de patatas» 🥔 en polaco) o rejbak, es una receta típica de las regiones polacas 🇵🇱 de Podlasie y Suwalszczyźna, que se conoce también con muchos (¡realmente muchos!) nombres diferentes en otras zonas de Polonia o por colectivos determinados, lo que revela mucho sobre los cambios de frontera y los flujos de personas que experimentó el país en los últimos siglos. Por ejemplo, es llamado kartoflarz en la región de Silesia (donde se nota la germanización de la palabra patatas, de ziemniaki a kartofle) o bulbynek por parte de los polacos originarios de Leópoli (hoy territorio ucraniano).

Otro nombre con el que este plato se conoce también en Polonia es kugiel, un nombre parecido a kugel, el utilizado por los judíos ashkenazi ✡️ (originarios de Alemania, Europa del este y Rusia) y también parecido al que los vecinos lituanos 🇱🇹 utilizan (kugelis) para etiquetar esta delicia que los polacos llevaron en su territorio durante los siglos en los que Polonia y Lituania estuvieron unificados (hasta 1795). Sin embargo, la tarta de patatas se encuentra en las gastronomías de otros países: me refiero a Bielorrusia 🇧🇾, otro país lindante donde se considera como plato tradicional nacional y donde conserva el nombre de babka de patatas.

Cada país o región aporta pequeñas variaciones a la receta, versionándolas como decíamos al principio. En términos de ingredientes, la base está siempre compuesta por patatas 🥔 crudas finamente ralladas, pero la fantasía y los gustos se imponen a la hora de determinar los demás: hay quien pone cebollas sofritas 🧅, quien panceta 🥓 salada frita o ahumada y cocida, quien diversos tipos de longaniza y quien carne picada. Dependiendo del cocinero, además, la consistencia varía: la muy curiosa textura que confieren las patatas ralladas en crudo y luego horneadas (que es agradablemente gomosa) puede resultar en una tarta más delicada o en una más compacta.

Sin más historia ni explicaciones os revelamos qué tipo de babka ziemniaczana os enseñamos a preparar hoy: en la nuestra habrá cebolla sofrita, panceta y carne picada bien sazonada (para que la mezcla recuerde un poco la longaniza)- Además, optaremos por una versión más delicada donde destaque la especial textura de los trocitos de patata (aunque reconocemos que hemos sido muy generosas con la cantidad de carne jeje).

Atrévete a degustar la babka ziemniaczana: ¡si tantas naciones y personas han decidido mantener y dar un lugar especial a esta receta, tendrá que ser necesariamente porque está deliciosa y adictiva! 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Patatas: 6-7 grandes (aunque puedes ser más abundante)
  • Carne picada/Longaniza: 400 g
  • Panceta salada curada/Bacon ahumado/Guanciale: 80 g
  • Cebolla: 1 mediana
  • Huevo: 1
  • Sal/Cubito de caldo: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Mejorana/Tomillo: al gusto
  • Ajo deshidratado: al gusto
  • Jengibre: al gusto [opcional]
  • Aceite/Mantequilla/Margarina: 1 cucharada

Realización

Limpia la cebolla y pícala en cubitos de mediana dimensión. Pica la panceta salada en cubitos pequeños.

En una sartén, vierte la panceta picada y deja que se derrita y se vuelva crujiente. Cuando empieza a dorarse, añade la cebolla y deja que ésta se dore también. Retira la cebolla y la panceta, dejando cuanta más grasa posible en la sartén. Añade una cucharada de aceite y desmenuza sobre la sartén la carne picada. Sazona con el cubito de caldo (o la sal) y todas las demás especias (pimienta, mejorana, ajo y jengibre). Deja que la carne se cocine a fuego mediano-alto hasta que coja un bonito color marrón y una textura crujiente, antes de volver a incorporar la cebolla y la panceta. Mezcla, corrige el punto de sal y especias, si es necesario, y apaga.

Pela las patatas y lávalas bajo el agua. Si bien la versión origina de la receta indica que hay que rallar las patatas por la malla fina de un rallador, te aconsejo cortar las patatas en trozos y agilizar la tarea utilizando una batidora en la que añadirás, además, un poco de sal y un huevo. Tienes que lograr un compuesto uniforme, sin trozos y aireado.

Vierte el compuesto en un colador de malla fina colocado sobre un bol (quizás quieras hacerlo primero con la mitad de las patatas y luego con la otra), removiendo con una espátula o una cuchara para que el líquido en exceso acabe en el bol, que dejarás apartado y sin mover durante unos minutos.

Vierte las patatas escurridas en otro bol, agrégales la carne de la sartén y mezcla bien. Cuando hayan transcurrido unos 3-5 minutos desde que hayas colado el líquido de las patatas, inclina el bol sobre el fregadero para que el líquido de la superficie se caiga y se quede una sustancia blanca en el fondo del bol: es la fécula (almidón) de las patatas, que hay que recoger con una cuchara o espátula y agregar a las patatas para que ligue mejor los ingredientes. Mezcla bien.

Enciende el horno a 210ºC con modalidad ventilada, si la tienes, y mientras éste se calienta, coge dos moldes rectangulares de aprox. 30x10cm (o un único molde más grande de la forma que prefieras) y revístelos con papel para horno. Reparte el compuesto entre los dos moldes, tratando de esparcirlo uniformemente con una espátula o una cuchara sin dejar espacios vacíos y tratando de nivelar la superficie al final.

Hornea en horno ya caliente durante aprox. 45 min, aunque el tamaño y la forma del molde, así como el espesor (altura) de la masa pueden hacer variar bastante el tiempo de cocción. En todo caso, la superficie de la babka ziemniaczana tiene que estar muy bien dorada y la textura resultar compacta.

Saca del horno y espera unos minutos para retirar del molde.

Corta la babka en lonchas o trozos. Sírvela así, si te gusta más suave. o pásala durante unos minutos sobre una sartén caliente (con muy poco aceite) para que se cree una capa crujiente por todos los lados.
¡Nosotras aconsejamos probar las dos versiones, porque cada una es especial y deliciosa!

Babka ziemniaczana – tarta polaca de patatas y carne

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes personalizar la receta utilizando diferentes tipos de carne: experimenta con longanizas aromatizadas, carne picada de diversos animales, prueba con el bacon ahumado o incluso añade un toque español utilizando chorizo fresco o curado, dulce o picante.

Si quieres una babka más compacta, una que puedas cortar en lonchas más sutiles y bien firmes, añade a las patatas 2 cucharadas de fécula de patatas o almidón de maíz (Maizena) a las patatas ya escurridas.

Al día siguiente, la babka queda de maravilla si la cortas en trozos y la fríes en la sartén con un poco o en abundante aceite. 😉

Si te sobra o has preparado una doble porción, puedes congelar la tarta una vez que esté enfriada y la hayas desmoldado.

Carpaccio de champiñones con espinaca fresca y mezcla de nueces

Presentación

Esta guarnición es de los ases más eficientes y satisfactorios que puedes sacar de la manga.

El carpaccio de champiñones 🍄 con espinaca fresca 🥗 y mezcla de nueces 🥜 es eficiente porque (1) es una guarnición que puedes acompañar a la mayoría de platos de carne o que puedes incluso utilizar como entremés y porque (2) lo tendrás listo para servir en 5 minutos con el mínimo esfuerzo.

Además, es realmente satisfactorio porque es un plato muy goloso, con una acertadísima combinación de sabores potentes y de texturas complementarias, y se presenta casi como una obra de arte, para dejar a tus comensales siempre impactados con tus capacidades culinarias. 😉

En el apartado de sugerencias encontrarás un ingrediente que puede realzar aún más este plato… ¡descúbrelo y experimenta!


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 5 minutos
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Espinacas frescas: 300 g
  • Champiñones frescos: 250 g
  • Nueces/Cacahuetes (sin cáscara): 50 g
  • Almendras (sin cáscara): 50 g
  • Crema de vinagre balsámico: al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta negra: al gusto

Realización

Con un cuchillo, corta la extremidad del pie de los champiñones y elimina eventuales impurezas o partes dañadas. Corta los champiñones en láminas de unos 3 mm de espesor.

Pica las nueces y las almendras.

Si las hojas de espinaca no vienen ya lavadas, lávalas y sécalas.

Empieza a emplatar: primera coloca una base de espinaca, a continuación coloca los champiñones laminados y por último la mezcla de nueces y almendras picadas. Sazona con sal, pimienta recién molida y aliña con crema de vinagre balsámico y aceite de oliva virgen extra.

Sirve inmediatamente.

Carpaccio de champiñones con espinaca fresca y nueces

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si te gusta el queso, no puedes perderte esta guarnición con unas láminas de Parmigiano Reggiano, Pecorino u otro queso curado con personalidad: utiliza tu cortador para queso y añade una cantidad generosa antes de aliñar el plato.

Delicada ensaladilla de pollo, pepinos, piña y huevos cocidos

Presentación

Si te apetece una ensaladilla refrescante con sabores muy diversos, pero caracterizada por su talante delicado, esta receta es para ti. 😉

Prepara esta guarnición que aprovecha las sobras de pollo asado o guisado 🍗 y las mezcla con refrescante pepino 🥒, dulce piña 🍍, un toque de atrevidos pepinillos agridulces y cremosos huevos 🥚, el todo envuelto por deliciosa mayonesa con una pizca de pimienta.


Información

  • Dificultad: muy baja
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pollo asado/guisado: ½
  • Pepinos frescos: 2 medianos
  • Pepinillos agridulces: 2 pequeños
  • Huevos: 8
  • Piña (en almíbar o fresca): 3-4 rodajas
  • Mayonesa: al gusto
  • Sal/Sazonador líquido Maggi: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Empieza preparando los huevos cocidos duros:

  • Si utilizas huevos recién sacados de la nevera, ponlos en una olla con agua fría que vas a dejar subir de temperatura despacio hasta hervir: desde el momento en el que el agua hierva, los huevos tienen que cocinarse 11 minutos.
  • Si utilizas huevos a temperatura ambiente, ponlos en agua hirviendo: desde el momento en el que el agua hierva, los huevos tienen que cocinarse unos 12 minutos.

Pasado ese tiempo, tira el agua caliente y cubre los huevos con agua fría. Así podrás pelar los huevos mucho antes.

Mientras los huevos se enfrían, quita la piel del pollo y despega la carne de los huesos y del cartílago. Pica el pollo en pequeñas tiras o cubitos.

Tras haber quitado la piel de los pepinos frescos, córtalos en cubitos. Corta en cubitos los pepinillos agridulces también.

Trocea la piña y vierte todos los ingredientes picados en un bol.

Elimina la cáscara de los huevos y, con un cortador de huevos o un cuchillo, pica los huevos duros en cubitos (primero en lonchas, luego en tiras y luego en cubitos). Viértelos en el bol.

Sazona con sal y pimienta, añade mayonesa, mezcla y prueba si hace falta sazonar más.

Delicada ensaladilla de pollo, pepinos, piña y huevos cocidos

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Esta ensaladilla puede modificarse de muchas formas: puedes añadir cebolla para un toque más decidido, quitar la piña y sustituirla por (o simplemente añadir) chorizo salteado o apio verde picado, etc.

Si quieres prepararla con antelación y has añadido mayonesa, guarda tu ensaladilla en la nevera y sácala unos 20 minutos antes de servir.

Revuelto de judías verdes redondas y crujiente chorizo

Presentación

Uno de los entremeses que se hacen más rápido es sin duda un revuelto de huevos enriquecido con algunos ingredientes extra.

Esta vez vamos a servir un revuelto de saludables judías verdes, que pueden ser indistintamente redondas o planas. Este plato lo vamos a enriquecer con el inconfundible sabor y la crujiente textura del chorizo, porque, no vamos a engañarnos, ¡el chorizo hace que todo sepa mejor! 😉
Además, el embutido desprenderá su pimentón y colorará los huevos con un tono chillón que va a cautivarte incluso antes de que puedas comerte un bocado de esta delicia.

Puedes tener todo listo en menos de media hora o, si ya tienes las judías cocinadas y buscas una forma de aprovecharlas, incluso en tan solo 5 minutos. ¡Más rápido y gustoso no se puede!


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 25 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Judías verdes redondas: 600 g
  • Chorizo: 120 g
  • Huevos: 10 medianos
  • Cebolla: ¼ (opcional)
  • Sal: al gusto
  • Aceite de oliva/mantequilla: un chorrito

Realización

Elimina las extremidades de las judías y ponlas en una olla. Cubre con agua, añade un poco de sal y deja que se cocinen tapadas a fuego mediano hasta estar blandas.

En la espera elimina la piel del chorizo y pícalo en cubitos.

En la sartén deja que el chorizo se cocine hasta tener una textura crujiente y entonces añade la cebolla finamente picada. Si hace falta añade un poco de mantequilla o un chorrito de aceite de oliva y deja que se dore ligeramente.

Cuando las judías estén listas escúrrelas y pícalas en trozos de unos 2-3 cm de largo. Añade las judías a la sartén con el chorizo, mezcla y pon el fogón a temperatura mediana. Añade un poco de mantequilla o aceite si hace falta.

Casca los huevos en un bol, añade un poco de sal (ojo porque el chorizo ya lleva), mezcla con un tenedor y vierte a la sartén. Remueve constantemente hasta que el huevo esté uniformemente cocinado. Emplata.

Revuelto de judías verdes redondas y chorizo

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes sustituir el chorizo por panceta salada, guanciale o bacon ahumado.

Prescinde de la cebolla, si lo prefieres.

Tortitas de calabaza

Presentación

¿Quién no se ilusiona al oír que va a haber tortitas para comer? Sean dulces o saladas, las tortitas suelen asociarse a un buen momento. Por ello hay que apostar por nuevas fórmulas que puedan permitirnos saborear las verduras en este formato tan apetecible y perfecto tanto para una comida como para el picoteo entre amigos.

Las tortitas de calabaza son toda una experiencia para los ojos y para el paladar. Su color chillón es lo primero que nos atrae, pero es el sabor y la textura lo que te atrapa de verdad: el suave dulzor y aroma de la calabaza, exaltado con la nuez moscada, y la textura, súper suave y parecida a la de una mousse, te dejarán apilando tortitas en tu plato. 🎃🥞

Degústalas solas o con las diversas salsas que te animamos a probar en el apartado de sugerencias: en todo caso se convertirán en una forma de proponer la calabaza a la que recurrirás con frecuencia.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Calabaza: 320 g (peso sin piel ni semillas)
  • Huevos: 2 medianos
  • Harina de trigo: 2-3 cucharadas
  • Sal: al gusto
  • Nuez moscada: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva/de girasol: para freír

Realización

Ralla la calabaza por la malla gruesa de tu rallador (manual o eléctrico) para disminuir los tiempos de cocción. Pon la calabaza rallada en un bol grande y deja que se cocine unos 5 minutos en el microondas.

Saca la calabaza y viértela en tu batidora. Deja que se enfríe un poco antes de cascar los huevos y sazonar con sal, pimienta y nuez moscada. Bate hasta lograr una mousse uniforme. Añade unas dos cucharadas de harina y bate otra vez. Vierte la mezcla en el bol.

Vierte un buen chorro de aceite en una sartén y deja que se caliente a fuego medio-alto. Cuando haya llegado a temperatura, empieza a formar tortitas de 1-2 cucharadas de masa cada una. Cuando estén doradas por un lado, da la vuelta y deja que se doren por el otro lado también. Cuando estén listas, coloca sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Tortitas de calabaza
Tortitas de calabaza

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Prueba las tortitas de calabaza con salsa de asado espesada con un poco de maizena, con salsa amatriciana o, si quieres una versión 100% vegetariana, con salsa de setas o con una crema de quesos derretidos: te encantarán.

Si te gustan mezclas de especias como las nórdicas (parecidas al pumpkin spice), que combinan de muerte con la calabaza, prueba a añadir una pizca de la mezcla marroquí Ras El Hanout, que lleva también pimienta negra y nuez moscada, pero también cardamomo, canela, jengibre, pimentón y comino 😉

Berenjenas con sofrito verde

Presentación

Estas berenjenas con sofrito verde son una guarnición rápida, sencilla y llena de saludables verduras de dos colores: las berenjenas y la cebolla, con su carne blanca, y el apio y el puerro, con su brillante verde. 🍆🧅

Una combinación muy sabrosa, pese a su fácil realización, combina de maravilla con platos muy variados de carne o pescado, como entremés o incluso como relleno para muchas cosas: mira algunas ideas en el apartado de sugerencias. 😉

Prepáralas en tan solo 15 minutos y disfrútalas incluso al día siguiente, volviendo a calentarlas en la sartén.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 15 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Berenjenas: 3 grandes
  • Puerro: ½
  • Apio: 1 tallo
  • Aceite de oliva virgen extra: 2 cucharadas
  • Cebolla: ¼
  • Cubito de caldo: 1
  • Pimienta: al gusto

Realización

Quita la piel de la cebolla y elimina las extremidades del puerro y del apio. Lava muy bien el puerro y el apio para eliminar cualquier impureza. Pica las tres verduras finamente.

Elimina las extremidades de la berenjena y quita la piel con un pelador para patatas. Pica las berenjenas en cubitos.

En una sartén pon dos cucharadas de aceite y la cebolla. Deja que se dore. Añade el apio y el puerro, un tercio de vaso de agua y deja que se pochen durante unos 3-4 minutos a fuego medio. Sazona con el cubito de caldo (sustituible por sal) y una pizca de pimienta.

Añade la berenjena y medio vaso de agua. Mezcla y deja que se cocine tapado a fuego medio durante unos 5-7 minutos, mezclando de vez en cuando y comprobando si hace falta un poco más de agua. Intenta hacer evaporar toda el agua cuando las berenjenas lleguen a punto de cocción que desees. Comprueba si hace falta sazonar más.

Emplata y sirve.

Berenjenas con sofrito verde

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si quieres que tus berenjenas no se conviertan en marrones (por la oxidación, es decir la exposición al oxígeno del aire), pícalas en cubitos justo antes de ponerlas en la sartén y remueve bastante al principio para que la mayor parte de los cubitos quede expuesta al calor, lo que evita ese cambio de color. 😉

Puedes conservarlas en la nevera durante 1 día y volver a calentarlas en la sartén.

Utiliza estas berenjenas para rellenar empanadillas y tartas o rollos vegetarianos de masa de hojaldre. Si quieres un toque de carne al relleno, añade un poco de bacon ahumado, panceta salada o chorizo picados y salteados.

Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo

Presentación

En verano muchas personas, cocinill@s incluidos, buscan platos deliciosos y llamativos que puedan lograrse estando poco tiempo delante de los fogones o que puedan servirse tibios o fríos. ¿A qué te sientes identificad@?

Esta receta que combina marisco, verdura y carne encarna completamente esta necesidad y se convertirá en un gran éxito para tus quedadas o para picar algo cuyo sabor iguala la pintaza que tiene. Prepara este salteado de gambas, calabacines y chorizo que despertará tus papilas gustativas y cautivará tus ojos con sus colores.

Lo tendrás listo en menos de 15 minutos (y no los pasarás todos ante los fogones, ¡prometido!) utilizando una sola sartén (= menos para fregar después) y podrás degustarlo caliente, tibio o incluso frío: ¡te va a encantar a cualquier temperatura! 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 15 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Gambas pequeñas: 200 g (pueden ser congeladas)
  • Chorizo dulce o picante: 200 g
  • Calabacines: 2-3 grandes
  • Aceite de oliva virgen extra: 2 cucharadas
  • Cúrcuma: al gusto
  • Ajo molido: al gusto
  • Sal o cubito de caldo: al gusto

Realización

Empieza lavando los calabacines y eliminando las extremidades. Corta el calabacín en 3 o 4 lonchas de igual espesor en el sentido de la mayor largueza (es decir, no tienes que obtener rodajas). Después divide las lonchas en 3 o 4 partes realizando cortes en el mismo sentido para sacar unas tiras largas cuanto el calabacín. Finalmente reduce la largueza de las tiras para que te queden de unos 4 cm de largo aproximadamente.

Retira la piel del chorizo y córtalos en medias rodajas. Si tus gambas tienen caparazón, quítalo y límpialas.

Vierte los calabacines en una sartén con un poco de aceite y sazona con un poco de cúrcuma (que es muy saludable y aporta un color llamativo), una pizca de ajo molido y una pizca de sal o un poco de cubito de caldo desmenuzado.
[Ojo: No te pases con la sal porque el chorizo suele estar ya salado. Mejor añadir después de haber mezclado todo, si hace falta. 😉 ]

Al principio deja que los calabacines se cocinen con el fogón a máxima potencia, para que adquieran rápidamente color, y luego reduce a media potencia. En total no hace falta cocinar más de 3 minutos: queremos que la verdura se quede crujiente.

Retira los calabacines y en la misma sartén añade un poco de aceite y las gambas. Sazona con una pizca de sal o el cubito de caldo desmenuzado. Deja que se doren a fuego medio alto hasta quedarse doradas.
[Ojo: si las utilizas congeladas, es normal que se encojan un poco 😉 ]

Retira las gambas y, siempre en la misma sartén, deja que el chorizo adquiera una textura crujiente. Retira el chorizo sin el exceso de aceite.

Ahora junta los tres ingredientes, mezcla, emplata y sirve.

Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo
Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Juega con el chorizo: utiliza el chorizo dulce una vez y atrévete con el picante a la siguiente.

Puedes sustituir el chorizo con tiras de bacon ahumado.

Si te gustan los platos bien especiados, puedes sazonar los calabacines con toques de curry y de jengibre molido y decidir si dejar el ajo.

Zanahorias especiadas al horno

Presentación

Si te apetece una guarnición deliciosa que vas a preparar en menos de 5 minutos y tendrás en tu mesa en 20 has llegado al sitio adecuado.

Estas zanahorias especiadas son tan sorprendentes que cada bocado te hará preguntar cómo es que no se te había ocurrido prepararlas antes… sobre todo porque solo requieren un ingrediente bien sazonado 😉


Información

  • Dificultad: muy baja
  • Tiempo preparación: 20 min (5 preparación + 15 horneado)
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Zanahorias: 7 medianas
  • Guindilla molida: al gusto
  • Jengibre molido: al gusto
  • Orégano: al gusto
  • Tomillo: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra: al gusto

Realización

Pela las zanahorias. Córtalás en 2 o 3 partes (en el sentido largo) y parte cada sección en otras 3 o 4 partes, para lograr un corte similar al de la foto.

Zanahorias especiadas al horno

Cubre una bandeja con papel para horno y coloca encima las zanahorias.

Sazona con todas las especias y finalmente rocíalas con aceite. Mezcla con tus manos y vuelve a sazonar si notas que no habías puesto suficiente.

Hornea en horno ya caliente a 180ºC durante unos 15 minutos aproximadamente (Ojo: el tiempo exacto depende de cada horno, así que, como siempre, ante la duda prueba si ya tienen la consistencia que deseas).

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes utilizar romero o cualquier tipo de hierba aromática que prefieras, añadir o sustituir otras especias, utilizar el caldo en cubito (desmenuzado) en lugar del sal… es completamente personalizable a tus gustos.

Pruébalas con queso blanco (requesón, cottage, feta).

Ensalada de espinacas con clementinas, aguacate, nueces y granada

Presentación

Empieza a imaginar unas hojas de crujiente espinaca mezcladas con dulces y jugosas clementinas, unos trozos aterciopelados de aguacate y para rematar el toque de las nueces tostadas y de la ácida granada. Todo envuelto con una vinagreta de miel y semillas de amapolas que exalta los sabores.

¿Suena bien verdad? Y lo mejor es que podrás llevar esta maravilla a tu mesa en un chasquido de dedos, así que no esperes más, para deleitarte con esta explosión de sabores 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 15 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 6 personas

Ingredientes

PARA LA ENSALADA:

  • Espinacas: 240 g
  • Clementinas: 6 medianas
  • Aguacate: 1 mediano y maduro
  • Nueces pecan: 50 g
  • Granada: 80 g (solo las semillas)

PARA LA VINAGRETA:

  • Aceite virgen extra: 140 ml
  • Vinagre balsámico: 80 ml
  • Miel: 40 ml
  • Mostaza de Dijón suave: 5 g
  • Semillas de amapola: 20 g
  • Ajo: ½ diente, picado muy finamente
  • Sal: 5 g
  • Pimienta: 1 g

Realización

Ensalada de espinacas con clementinas, aguacate, nueces y granada

Empieza preparando la vinagreta: es suficiente poner a todos los ingredientes para la misma en un tarro y sacudirlo durante un rato. Así de sencillo 😉

Ahora vierte las hojas de espinaca en un bol, coloca encima los gajos de clementinas, los trozos de aguacate (aquí encuentras las instrucciones gráficas para aprender a abrirlos de la forma más cómoda), las semillas de granate y las nueces, previamente tostadas durante un minuto.

Sazona con la vinagreta y ¡lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Esta vinagreta es tan adictiva que deberías plantearte prparar más y guardarla en la nevera para sazonar otras ensaladas 😉

Si quieres otras ensaladas divertidas y con chispa aquí tienes una de hinojo fresco y manzana u otra con achicoria roja, salmón, naranjas y granada, aunque te aconsejo que eches un vistazo a la sección de ensaladas y ensaladillas porque encontrarás muchas más propuestas sorprendentes ahí.

Ensalada de rúgula con melocotones, cecina y frutos secos

Presentación

Lleva tus ensaladas a otro nivel: empieza con una base de rúgula y añáde todo tipo de colores, texturas y sabores.

Los melocotones van a sorprenderte y su combinación con el intenso y salado queso feta y los crujientes frutos secos te harán desear comer este plato tan saludable y rico.

Además, este plato vegetariano puede convertirse en algo aún más goloso con unas rosas de cecina 😉

A mi se me está haciendo agua la boca… ¿y a tí?


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 10 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Rúgula: 2 confecciones
  • Melocotones: 4 grandes, maduras pero firmes
  • Cecina: 100 g
  • Feta: 50 g
  • Mezcla de frutos secos sin cáscara (pipas de girasol, almendras, nueces, piñones, cacahuetes): al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra: al gusto
  • Maggi o vinagre balsámico: al gusto

Realización

Lava los melocotones y córtalos en trozos pequeños.

Lava la rúgula y escúrrela.

Coloca sobre un plato la rúgula, los melocotones, enrolla de cecina y añádela al plato. Sazona con aceite y maggi o vinagre.

Añade por último el queso feta troceado y los frutos secos.

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si no te gusta el queso feta, puedes sustituirlo por trozos de Parmigiano Reggiano o por trozos de otros quesos frescos o incluso algo más atrevido e intenso como el Roquefort o el Gorgonzola.

Si quieres una versión vegetariana, puedes prescindir de la cecina 😉