Paszteciki – Tapas polacas de masa brioche con relleno de carne y repollo

Presentación

España es el país por excelencia del picoteo y de las tapas, ¡pero Polonia tiene sus ases en la manga también! 😎 🇵🇱

Los Paszteciki, literalmente «pequeños patés» en referencia a su relleno, son unas tapas de suavísima masa brioche (que puedes preparar también sin lactosa) que encierra una mezcla fina de crujiente panceta, carne picada y repollo, siendo este último uno de los ingredientes clave de la cocina polaca.

Los Paszteciki son perfectos para picar algo con una cerveza 🍻 o para servir como entremés. Al poderse servir fríos, puedes prepararlos con varias horas de antelación. Además, aunque la receta en sí requiera un poco de tiempo, la mayor parte es tiempo de reposo para la masa que lleva levadura fresca, así que podrás aprovecharlo para cocinar algo más o para relajarte.

¡Ponte ya el delantal!: con estas instrucciones súper detalladas vas a presentar un plato que parecerá haber sido preparado por una auténtica abuela polaca. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 2h 30min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de fuerza: 250 g (sustituible por harina de trigo o mitad y mitad)
  • Leche de vaca o vegetal: 50 g (si no tienes, utiliza agua)
  • Huevos: 2 medianos
  • Levadura fresca: 7 g (tipo saccaromices cerevisiae)*
  • Mantequilla/Margarina: 45 g
  • Sal: 1,5 cucharaditas

* Puede sustituirse por levadura seca en las proporciones indicadas por el fabricante en la confección.

PARA EL RELLENO:

  • Repollo liso: ¼, si es de tamaño mediano (puedes sustituir una parte por chutcrut)
  • Carne picada (de cerdo/vacuno/mixta): 250 g
  • Panceta salada/Bacon ahumado: 50 g (2-3 tiras)
  • Cebolla: ⅓
  • Aceite de oliva: unas cucharadas
  • Mejorana: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Cubito de caldo: al gusto

PARA UNTAR LA SUPERFICIE ANTES DEL HORNEADO:

  • Huevo: 1 mediano
  • Leche de vaca/vegetal: 2 cucharadas (puede suprimirse y hacer solo huevo)

Realización

Empieza preparando la masa.

En un bol grande tamiza la harina, casca los huevos y añade la sal y la mantequilla/margarina troceada, que debe estar bien blanda (pero no derretida) para que puedas incorporarla bien a la masa.
[Truco: La margarina para untar suele tener ya la consistencia perfecta aunque haya salido de la nevera. Si vas a utilizar mantequilla que tenías guardada en la nevera y tienes prisa, calienta unos trozos durante unos 10 segundos en el microondas a máxima potencia, pero vigilando que no se derrita 😉 ]

Calienta la leche para que sea tibia (no la calientes hasta el punto de que te quema la piel, si pones un dedo en el vaso). En la leche disuelve la levadura troceada (fresca o congelada) o seca.
[Truco: para no matar a los organismos de la levadura y para evitar que ésta pierda su capacidad de levantar la masa no hay que pasarse con la temperatura de la leche. Sin embargo, el hecho de que sea un poco caliente va a ayudar a que crezca mejor y más rápidamente].

Vierte la levadura disuelta en en el bol con los demás ingredientes y amasa a mano o en tu máquina durante unos 5-10 minutos: esto te permitirá trabajar el gluten y lograr una masa homogénea y elástica. Deja reposar la masa, tapada con un trapo y en un sitio caliente, durante un mínimo de 1 hora (aunque puedes llegar a 2 horas y, cuanto más repose, mejor).

En la espera, prepara el relleno, que así tendrá tiempo de enfriarse.

Limpia la cebolla y pícala finamente. Corta unas lonchas de panceta y pícala también finamente. Limpia el repollo eliminando las hojas exteriores deterioradas o secas, elimina partes oscurecidas y pícala en juliana.

En una sartén cocina a fuego alto la panceta salada hasta que esté crujiente. Añade la carne picada, la mejorana y la pimienta y deja que se dore. Si hace falta, añade un poco de aceite, aunque la panceta suelta ya su grasa al cocinarse. Prueba si está bien de sal (ojo porque la panceta está salada) y, si hace falta más, añade un poco de cubito de caldo (o simplemente sal). Aparta.

En una olla vierte un chorrito de aceite, la cebolla y sazona con un poco de pimienta, mejorana y cubito de caldo. Deja que la cebolla se dore y entonces añade el repollo picado y medio vaso de agua. Remueve y tapa. Vigila la olla: remueve con frecuencia y controla que no haga falta añadir más agua para evitar que se te queme. Cuando notes que el repollo se ha ablandado, quita la tapa y deja que el agua evapore.

Como paso opcional que hará más fácil trabajar con la masa y sacar tapas, vierte la carne picada y el repollo en tu batidora y deja que bata durante unos 10-20 segundos: buscamos una textura más fina, sin llegar a un paté completamente liso. Deja que el relleno se enfríe.

Una vez transcurrido el tiempo de reposo de la masa, notarás que ha más que duplicado su volumen. Ahora coloca la masa sobre tu encimera enharinada y trabájala con tus manos para lograr una bola uniforme. Si se te pega excesivamente a las manos y no puedes trabajarla, añade unas cucharadas de harina y sigue trabajando: esto puede pasar porque las harinas difieren en humedad y calidad. Sin embargo, no añadas más de unas 4 cucharadas y opta por enharinar la encimera y la superficie de la masa, más que hacer absorber más harina a la masa en sí.

Utilizando un rodillo, extiende la masa hasta lograr un rectángulo de unos 5-8 mm de espesor.
[Ojo: no te olvides de enharinar bien tanto la encimera como la superficie de la masa para que no tengas problemas en pasar el rodillo y en retirar la masa luego.]
Coloca el relleno en uno de los lados más largos del rectángulo de masa: crea una «serpiente» de relleno, dejando el margen exterior del rectángulo despejado para que te resulte más fácil enrollar (mira la imagen más abajo).

Entonces empieza a cubrir el relleno con la masa y a enrollar un poco más para que el punto de sellado esté por debajo del pasztecik y cubierto con masa, para que no se abra durante el horneado (mira la siguiente imagen que representa la sección de un pasztecik).

Corta la masa rozando el borde de la serpiente de masa (correspondiente a la línea blanca intermitente de la primera figura) y luego divide cada rollo en paszteciki de unos 3 cm de largo aproximadamente.

Coloca los paszteciki sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno y deja que reposen unos 20 minutos más cubiertos con el mismo trapo de antes.

Cuando falten unos 5 minutos, enciende el horno a 180ºC y deja que se vaya calentando. Mientras tanto, en un cuenco pequeño casca un huevo y añade dos cucharadas de leche de vaca o vegetal (o prescinde de la leche) y bate con un tenedor. Retira el trapo y, utilizando un pincel de silicona u otro apto para la cocina, esparce la mezcla de huevo encima de los paszteciki hasta cubrir toda la superficie.
[Truco: este paso te permite lograr una masa de aspecto muy apetecible después del horneado. Si saltas este paso la masa quedará muy mate. Si solo utilizas huevo, se pondrá dorada muy rápidamente y la superficie podría quemarse antes de que la masa esté lista. Mezclar leche y huevo te permite dar un poco de color y brillo a la masa, sin arriesgarte a que coja un color muy marrón. 😉 ]

Hornea hasta que los paszteciki estén bien dorados.

Extrae del horno. Deja enfriar unos minutos y sirve.

Paszteciki - Tapas polacas de masa brioche con relleno de carne y repollo
Paszteciki – Tapas polacas de masa brioche con relleno de carne y repollo

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Prueba a sustituir una parte de repollo por un poco de chutcrut: es una versión también popular en Polonia. Degusta también estas tapas variando los rellenos:

  • carne picada, panceta y setas;
  • setas y repollo (eventualmente con extra de chutcrut);
  • carne picada, chorizo salteado y tomates secos;
  • carne picada, pimientos del piquillo/pimientos salteados y cebolla caramelizada.

Conserva durante 3 días bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico. Guarda en la nevera si hace calor.

Puedes decorar la superficie de los paszteciki con semillas de comino, amapola o sésamo después de las pinceladas de huevo batido con leche: ¡quedan muy bonitas! 😉

Lomo de cerdo con manzanas y miel

Presentación

No es ningún secreto que las jugosas peras y las manzanas combinan de maravilla con diversos tipos de carne y que pueden aprovecharse para cocinar incluso cuando están muy maduras… algo que pasa con facilidad en días tan calurosos como los de verano.

Hoy queremos aprovechar, en un segundo plato a base de lomo de cerdo, todo el potencial de las manzanas: resaltaremos su toque ácido con la dulzura de la miel y añadiremos otro complemento que marida íncreiblemente, es decir, un poco de mostaza. 🍏🍯

Esta mezcla de sabores y el juego de texturas, las manzanas más blandas y delicadas y la carne más firme y crujiente, te harán querer repetir porción 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Lomo de cerdo: 800 g
  • Manzanas: 3
  • Mostaza (lisa o antigua): 50 g
  • Miel: 50 g
  • Limón: zumo de ½
  • Aceite de oliva: lo suficiente
  • Mejorana: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Empieza preparando la carne: límpiala eliminando eventuales partes grasas, pásala debajo del agua y sécala con papel de cocina. Corta la carne primero en rodajas y después en tiras no demasiado gruesas. Sazona con sal, pimienta y mejorana.

Ahora prepara las manzanas. Tras haberlas lavadas, retira la piel utilizando un pelador para patatas. Saca unos gajos de unos 7 mm de espesor y elimina la parte con semillas de cada uno. Rocía con zumo de limón para evitar que se oxiden.

En una sartén añade un chorrito de aceite y, cuando notes que está caliente, vierte la carne. Fríela utilizando una temperatura alta al principio y removiendo con frecuencia, para que quede uniformemente dorada. Después añade la manzana, baja la temperatura del fogón y deja cocinar unos 3 minutos más.

Añade a la sartén la miel y la mostaza y remueve bien para cubrir toda la carne de forma homogénea. Si notas que te cuesta y/o que la salsa se ha espesado demasiado, añade un poco de agua.
(Nota: No te preocupes si has añadido demasiada agua, pues puedes dejarla evaporar hasta lograr la consistencia perfecta 😉 ).
Cocina la carne durante unos 4-5 minutos más.

Divide la carne en porciones y emplata, repartiendo también la salsa.

Lomo de cerco con manzanas y miel
Lomo de cerdo con manzanas y miel

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si te gusta la mostaza antigua (la que lleva semillas), puedes utilizarla para jugar tanto con las texturas como para darle un toque extra al emplatado.

Puedes eliminar la mejorana y añadir, junto a las manzanas, un ramito de romero, si prefieres esta combinación.

Consumir enseguida.

Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo

Presentación

En verano muchas personas, cocinill@s incluidos, buscan platos deliciosos y llamativos que puedan lograrse estando poco tiempo delante de los fogones o que puedan servirse tibios o fríos. ¿A qué te sientes identificad@?

Esta receta que combina marisco, verdura y carne encarna completamente esta necesidad y se convertirá en un gran éxito para tus quedadas o para picar algo cuyo sabor iguala la pintaza que tiene. Prepara este salteado de gambas, calabacines y chorizo que despertará tus papilas gustativas y cautivará tus ojos con sus colores.

Lo tendrás listo en menos de 15 minutos (y no los pasarás todos ante los fogones, ¡prometido!) utilizando una sola sartén (= menos para fregar después) y podrás degustarlo caliente, tibio o incluso frío: ¡te va a encantar a cualquier temperatura! 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 15 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Gambas pequeñas: 200 g (pueden ser congeladas)
  • Chorizo dulce o picante: 200 g
  • Calabacines: 2-3 grandes
  • Aceite de oliva virgen extra: 2 cucharadas
  • Cúrcuma: al gusto
  • Ajo molido: al gusto
  • Sal o cubito de caldo: al gusto

Realización

Empieza lavando los calabacines y eliminando las extremidades. Corta el calabacín en 3 o 4 lonchas de igual espesor en el sentido de la mayor largueza (es decir, no tienes que obtener rodajas). Después divide las lonchas en 3 o 4 partes realizando cortes en el mismo sentido para sacar unas tiras largas cuanto el calabacín. Finalmente reduce la largueza de las tiras para que te queden de unos 4 cm de largo aproximadamente.

Retira la piel del chorizo y córtalos en medias rodajas. Si tus gambas tienen caparazón, quítalo y límpialas.

Vierte los calabacines en una sartén con un poco de aceite y sazona con un poco de cúrcuma (que es muy saludable y aporta un color llamativo), una pizca de ajo molido y una pizca de sal o un poco de cubito de caldo desmenuzado.
[Ojo: No te pases con la sal porque el chorizo suele estar ya salado. Mejor añadir después de haber mezclado todo, si hace falta. 😉 ]

Al principio deja que los calabacines se cocinen con el fogón a máxima potencia, para que adquieran rápidamente color, y luego reduce a media potencia. En total no hace falta cocinar más de 3 minutos: queremos que la verdura se quede crujiente.

Retira los calabacines y en la misma sartén añade un poco de aceite y las gambas. Sazona con una pizca de sal o el cubito de caldo desmenuzado. Deja que se doren a fuego medio alto hasta quedarse doradas.
[Ojo: si las utilizas congeladas, es normal que se encojan un poco 😉 ]

Retira las gambas y, siempre en la misma sartén, deja que el chorizo adquiera una textura crujiente. Retira el chorizo sin el exceso de aceite.

Ahora junta los tres ingredientes, mezcla, emplata y sirve.

Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo
Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Juega con el chorizo: utiliza el chorizo dulce una vez y atrévete con el picante a la siguiente.

Puedes sustituir el chorizo con tiras de bacon ahumado.

Si te gustan los platos bien especiados, puedes sazonar los calabacines con toques de curry y de jengibre molido y decidir si dejar el ajo.

Tortitas de coliflor con salsa amatriciana

Presentación

Las tortitas pueden convertirse en un verdadero as en la manga, gracias a su versatilidad, a las infinitas combinaciones de ingredientes y a su carácter apetecible. 🥞😋

Tienes que estrenar estas tortitas de coliflor con salsa amatriciana porque: 1) el conjunto tiene potencial para causar adicción, 2) es una receta con bajo contenido de hidratos de carbono (así que come sin remordimientos 😉 ), 3) en muy poco tiempo te queda un plato que tus ojos querrán devorar.

Son geniales como entremés, plato único o tapa y la coliflor pasa desapercibida a los peques. Puedes personalizar la salsa a tu gusto o para un plato 100% vegetariano: en el apartado de sugerencias encuentras unas ideas 😉

¿A qué esperas para prepararlas?


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LAS TORTITAS:

  • Coliflor: ½ grande
  • Huevos: 2 medianos
  • Harina de trigo: 4 cucharadas abundantes
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de girasol: para freír

PARA LA SALSA AMATRICIANA:

  • Tomate triturado: 300 g
  • Cebolla: ½ grande
  • Panceta salada, guanciale o bacon ahumado: 80-100 g
  • Jengibre molido o guindilla molida: al gusto (opcional)
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de girasol: para sofreír

Realización

Empieza preparando la salsa.

Corta la panceta salada o el guanciale en tiras.
(Nota: aunque la receta original italiana no utiliza el bacon ahumado, si lo tienes puedes utilizarlo junto a la panceta o sólo: la salsa queda un poco diferente pero está muy rica 😉 ).

Limpia la cebolla y pica finamente una mitad.

Vierte un poquito de aceite en la sartén y deja que se caliente. Añade la panceta y deja que se cocine a fuego alto hasta dorarse ligeramente y lograr un punto crujiente. Entonces añade inmediatamente la cebolla, remueve y baja a fuego mediano: deja que se poche.

Añade el tomate triturado, mezcla y prueba si hace falta sazonar con sal y pimienta. Si te gusta un sabor redondo y muy ligeramente picante, añade un poco de guindilla molida o de jengibre: aunque no estén tampoco en la receta original, siéntete libre de personalizar la salsa a tu gusto.

Deja que se cocine tapada durante unos 10 minutos y luego apaga.

Ahora empieza a preparar las tortitas.

Limpia la coliflor quitando las hojas y eventuales imperfecciones. Trocea un poco la mitad para que entre con facilidad en tu batidora/robot de cocina. Activa tu batidora y deja que desmenuce la coliflor hasta reducirla en algo parecido a un cous cous.
(Ojo: si tu batidora es pequeña, tal vez sea mejor que desmenuces primero un cuarto de coliflor, vacíes el recipiente y luego repitas con la otra parte 😉 ).

En un bol grande, casca dos huevos, sazona con sal y pimienta y bátelos unos 30 segundos con un tenedor. Vierte la coliflor desmenuzada en ese bol y mezcla para repartir el huevo. Añade las cucharadas de harina y mezcla bien otra vez.

Ahora vamos a ver si las tortitas tienen la consistencia correcta para ser fritas con facilidad. Calienta bien el aceite en la sartén (no tiene que ser abundante, pero sí tiene que cubrir toda la superficie de la sartén) y vierte una cucharada abundante de compuesto sobre la sartén, aunque trata de hacer unas tortitas más bien pequeñas para que te resulte fácil dar la vuelta. Aplasta un poco con la cuchara para reducir el espesor y espera a que se dore por un lado.
Cuando esté dorada, intenta dar la vuelta utilizando unos tenedores y/o una pala para fritos: si la tortita se queda firme y no se parte en trocitos, entonces puedes seguir friendo; sin embargo, si se parte, recoge la masa de la sartén, añádela al bol y pon 2 cucharadas más de harina. Mezcla y vuelve a freír.

Fríe las tortitas por ambos lados hasta que queden bien doradas o ligeramente marrones. Colócalas sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Sirve con la salsa al lado o directamente encima.

Tortitas de coliflor con salsa amatriciana
Tortitas de coliflor con salsa amatriciana

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Prueba las tortitas con otras salsas: pruébalas con un estofado de carne, con ragú, con salsa de tomates y verduras para una versión vegetariana, etc.

Si quieres que el plato resulte más fácil de digerir y reducir las molestias que puede provocar la coliflor, cocina esta verdura durante unos 3 minutos al microondas después de haberla triturado. Deja enfriar un poco antes de juntar con los huevos batidos.

Albóndigas en salsa de tomate casera con guisantes – sin lactosa

Presentación

Si te apetece un segundo plato de carne muy versátil, en el que puedas emplear la carne que prefieras o tengas, que haga feliz a toda tu familia o grupo de amigos y que incluya una sabrosísima salsa de tomate casera, has encontrado la receta correcta.

Prepara estas albóndigas súper sencillas, sin lactosa o derivados del pan, que puedes personalizar eligiendo entre un acabado bien crujiente u otro más blando. Mira también en las sugerencias: encontrarás más trucos para que te queden extra suaves 😉

Y cómo las servimos con una saludable porción de guisantes, ¿por qué no «endulzar» esta combinación a los peques, añadiendo unos espaguetis y sacando de la manga la famosa escena de la Dama y el Vagabundo? 🐶🍝🐶


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30-45 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Carne picada: 800 g (de cerdo, vacuno, pollo, pavo o mixta)
  • Guisantes: 2 latas (o 500 g escurridos)
  • Tomate triturado: 800 g
  • Huevos: 2 medianos
  • Cebolla: 1 grande
  • Ajo: 1 diente pequeño
  • Mejorana y/o orégano: al gusto
  • Tomillo: al gusto
  • Nuez moscada: una pizca
  • Jengibre molido: al gusto
  • Cúrcuma: al gusto (opcional)
  • Pimienta: al gusto
  • Cubito de caldo: al gusto (para sustituir la mayor parte de sal)
  • Sal: al gusto
  • Azúcar: ½ cucharadita
  • Aceite de oliva virgen extra: para freír
  • Harina de trigo: para rebozar

Realización

Empieza preparando la salsa.

Limpia y pica finamente la cebolla y el ajo. Calienta un poco de aceite en una sartén a fuego medio-alto. Añade el ajo y, en cuanto empiece a dorarse ligeramente, añade la cebolla y deja que se poche a fuego mediano.

Sazona con el cubito de caldo, la pimienta, la mejorana, el orégano, el tomillo, la nuez moscada, la cúrcuma y el jengibre y deja que se sofría.
(Ojo: es mejor que empieces incorporando la pimienta y la nuez moscada con prudencia, para que luego el plato no sea demasiado agresivo con tu estómago 😉 ).

Cuando la cebolla esté empezando a dorarse, vierte los guisantes escurridos y deja que se calienten. A continuación, vierte el tomate triturado y limpia la lata con medio vaso de agua: esto nos permite aprovechar todo el tomate y ganar tiempo para cocinar la salsa sin que se quede seca ;).

Añade la media cucharadita de azúcar y remueve bien. Controla si necesitas sazonar más con el cubito o con alguna especia. Tapa y deja que se cocine a fuego bajo-mediano durante unos 10-15 minutos.

En la espera, prepara las albóndigas.

Pon la carne en un bol y sazona con sal, pimienta, jengibre molido y nuez moscada. Casca los dos huevos y mezcla con tus manos durante unos 3-5 minutos: la masa tiene que absorber totalmente los huevos y quedarse lisa y densa.

Cómo formar albóndigas iguales

Forma unas bolitas uniformes del tamaño que prefieras.
(Truco: Puedes utilizar la técnica de la GIF que hay al lado. Unta la palma mano con un poco de aceite. Pon un poco de carne en la palma, ciérrala y aprieta para que la albóndiga salga del agujero que forma tu pulgar con tu índice. Utiliza una cuchara para coger la albóndiga y colocarla sobre tu tabla de cortar. 😉 )

Reboza ligeramente las albóndigas con harina.

En una sartén añade un poco de aceite. Cuando esté bien caliente, empieza a colocar las albóndigas. Si también te gustan bien crujientes por fuera, márcalas al principio y por todos los lados con fuego medio-alto; luego deja que se terminen de cocinar a fuego mediano.

Ahora queda solo juntar las albóndigas con la salsa y decidir si las albóndigas te gustan crujientes o más blanditas:

  • Si eres del equipo #AlbóndigasCrujientes: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y, o bien sirve ya, o deja cocinar como mucho durante unos 2-3 minutos, para que se mezclen los sabores.
  • Si eres del equipo #AlbóndigasBlandas: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y deja que se cocinen al menos unos 10 minutos. (Truco: Si notas que la salsa se ha espesado demasiado, puedes añadir un poco de agua al principio de esta segunda cocción ;))
Albóndigas con salsa de tomate casera y guisantes

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si las albóndigas te gustan bien suaves por dentro, independientemente del acabado exterior, puedes utilizar dos trucos más que, además, hacen que puedas servir raciones más económicas:

  • Versión sin lactosa: añade entre 100 y 200 g de pan rallado a la carne picada antes de mezclarla para que absorba los huevos.
  • Versión con lactosa: desmenuza entre 100 y 200 g de miga de pan o pan para sándwich en un plato hondo donde has vertido medio vaso de leche (o un poco más). Cuando el pan esté bien empapado, escurre un poco, añádelo a la carne ya amasada y vuelve a amasar bien para que quede una masa lisa.

Puedes conservar este plato en la nevera durante 1 día y volver a calentarlo antes de consumirlo. También puedes congelar unas porciones utilizando un recipiente hermético o una bolsita de plástico apta para alimentos.

Rollitos primavera – con receta para la masa

Presentación

Cocinillas amantes de la comida china, ¡esta receta es para vosotr@s! 🐉🥡🥢

Si pensabais que para saborear los deliciosos rollitos primavera no teníais más remedio que ir al restaurante o al supermercado, ¡estáis a punto de vivir una epifanía, una revolución culinaria!

No estoy exagerando: podéis recrear los rollitos desde cero, ¡masa incluida!, en vuestras cocinas y con ingredientes que seguramente tenéis en la nevera y en la despensa. El resultado no tiene absolutamente nada que envidiar a los rollitos de los restaurantes y es mucho más rico y saludable que el de los supermercados.

El relleno podéis adaptarlo a vuestros gustos (yo por ejemplo no tenía brotes de soja y decidí añadir puerro) y podéis decidir si utilizar carne o preparar una versión vegetariana.

La masa, por otra parte, es la bomba de esta receta: se prepara con ingredientes básicos y, empleando a la técnica con pincel de silicona de Anna, lograréis una masa del espesor correcto para que quede súper crujiente después de freírla.

Esta receta es también perfecta para «ocultar» verduras a los peques en un plato que les va a encantar y que es muy saludable.

¿A qué esperas? Esta receta va a convertirse seguramente en tu nuevo ritual de comfort food semanal 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas (24 rollitos)

Ingredientes

PARA EL RELLENO:

  • Repollo: ½ si es mediano o ⅓ si es grande
  • Zanahorias: 2 medianas
  • Cebolla: 1 pequeña
  • Puerro: trozo de unos 15 cm
  • Ajo: ½ diente
  • Carne picada: 200 g (mixta/ de cerdo/ de vacuno – o sin carne para vegetarianos)
  • Cubitos para el caldo: 1-2 (depende de cuanta sal llevan)
  • Pimienta: al gusto
  • Jengibre molido: al gusto (o fresco, si lo prefieres)
  • Mejorana: al gusto
  • Salsa picante Louisiana/Guindilla molida: al gusto (opcional)
  • Aceite de girasol: 3-4 cucharadas
  • Salsa de soja: para servir al lado (opcional – sustituible por sazonador líquido Maggi)

PARA LA MASA:

  • Harina de trigo: 1 vaso (= 125 g)
  • Agua: 1 vaso (= 250 ml)
  • Aceite de girasol: 1 cucharadita + para freír
  • Sal: ⅓ cucharadita
  • Colorante para paella: 1 pizca (opcional)

Realización

Empieza preparando las verduras para el relleno. Corta el repollo en juliana; pica finamente la cebolla; tritura un ajo con una prensa para ajos (o pica finamente con un cuchillo); pela las zanahorias y rállalas por la malla gruesa de un rallador, lava bien el puerro, córtalo por la mitad en el sentido de la largueza y córtalo en juliana.

Ahora calienta una sartén grande, añade un chorrito de aceite y vierte la cebolla y el ajo. Cuando empiezan a ponerse dorados, añade el repollo y sazona con un poco de cubito para caldo desmenuzado, pimienta, jengibre molido y mejorana. Añade medio vaso de agua y tapa. Cuando se hayan ablandado un poco, pero siguen crujientes, quita la tapa y sube el fogón al máximo para que el agua evapore completamente y el repollo se dore ligeramente. Vierte el contenido de la sartén en un bol grande, porque hay que cocinar más verduras.

En la misma sartén, que no hace falta limpiar, vierte otro chorrito de aceite y las zanahorias y el puerro. Sazona con las mismas especias que antes y, si te gusta, añade unas gotas de salsa picante o una pizca de guindilla molida: no hace falta que pique mucho, pero queda bien porque redondea el sabor. Cuando las verduras se hayan ablandado un poco, sin perder su punto crujiente, y no quede líquido de cocción, vacía el contenido de la sartén en el bol con el repollo.
(Ojo: es importante que todos los ingredientes del relleno estén suficientemente secos porque no queremos líquido en el interior de los rollitos.)

El último ingrediente del relleno es la carne picada: viértela en la misma sartén a la que habrás añadido otro poco de aceite. Pon el fogón a máxima temperatura para que la carne se quede crujiente y cobre un bonito color. Sazona nuevamente con las mismas especias: cubito de caldo, pimienta, mejorana, jengibre molido y, si quieres, salsa picante.
(Nota: puedes prescindir del picante en las verduras y quizás acentuar su intensidad en la carne 😉 ).
Cuando esté lista, junta la carne con las verduras y mezcla todo bien.

Mientras el relleno se enfría, vamos a preparar la masa para los rollitos.

En un bol mediano vierte la harina, la sal y, si quieres, una pizca de colorante para paella.
(Nota: el colorante es opcional, pero me parece que hace que el resultado final gane en parecido a los rollitos de los restaurantes 😉 )
Añade el vaso de agua y el aceite y mezcla bien con un batidor de varillas hasta lograr un compuesto homogéneo.

Pon una sartén antiadherente mediana (yo utilicé una de unos 21 cm de diámetro) sobre el fogón programado a un nivel de calor medio-alto. Cuando la sartén se caliente, apártala del fuego y utiliza un pincel de silicona bañado en la masa para pintar unas líneas perpendiculares y otras circulares que vayan a formar la tortilla. Verás como la masa se va secando mientras das pinceladas, lo que te permite añadir capas en diferentes direcciones.

Tortilla casera para rollitos primavera
Tortilla casera para rollitos primavera

El resultado no tiene que ser una tortilla espesa, sino que simplemente buscamos crear una superficie suficientemente robusta y sin agujeros para que no se nos rompa a la hora de crear los rollitos. Tendrías que sacar 24 tortillas.

Lo siguiente es enrollar nuestros rollitos. Sigue las instrucciones de la imagen que hay a continuación para lograr unos rollitos que no se abrirán mientras los frías.

Ahora solo nos queda por freír los rollitos en una sartén con aceite bien caliente: coloca el rollito como en la imagen 5 (es decir con la parte «abierta» boca abajo) y, cuando se haya dorado por ese lado, da la vuelta y deja que se dore por el otro también. Coloca los rollitos cocinados sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Sírvelos calientes con un mini cuenco con salsa de soja al lado y ¡listos!

Rollitos primavera
Rollitos primavera

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Prueba esta receta con brotes de soja para una versión más típica. Degústala también con salsa agridulce.

Los rollitos son sabrosos incluso al día siguiente, pero para disfrutar de su punto crujiente es aconsejable consumirlos recién fritos.

Vegetarianos y veganos podéis preparar la receta sin carne, aumentando de 200 g la cantidad de las verduras 😉

Pollo a la hawaiana con arroz aromatizado al curry

Presentación

¡Lleva un poco de chispa y osadía a tu mesa con este toque hawaiano! 🌴

Innova tus segundos platos con este suave pollo dorado: añade unas lonchas de jugoso jamón cocido, unas tropicales rodajas de piña y goloso queso fundido… y decora con una cereza para que los ojos de tus invitados no se resistan a la vista del plato 😉

Sirve al lado un poco de arroz aromatizado al curry y con una nota de piña y el plato estará completo.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA EL POLLO:

  • Filetes de pollo: 4
  • Jamón cocido: 4 lonchas
  • Piña en almibar: 4 rodajas
  • Cerezas en almíbar: 4
  • Queso gouda/edam: 100 g
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Curry: al gusto
  • Aceite de oliva: para freír

PARA EL ARROZ:

  • Arroz: 300 g
  • Almíbar de piña: 100 ml
  • Nata líquida: 150 ml
  • Mantequilla: 1 cucharadita
  • Curry: 2 cucharaditas
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Cocina el arroz en agua salada hasta que esté listo.

En la espera, machaca un poco los filetes de pollo para que no sean demasiado espesos y sazona con sal, pimienta y un poco de curry.

En una sartén caliente añade un chorrito de aceite y cocina el pollo por ambos lados hasta que esté dorado. Retira el pollo y, sobre la misma sartén bien caliente, añade otro chorrito de aceite dora ligeramente las rodajas de piña.

En una bandeja para horno coloca el pollo y sobre cada filete coloca una loncha de jamón cocido y una rodaja de piña. Por último, ralla un poco de queso encima.

Hornea en horno ya caliente a 200ºC durante unos 15 minutos.

En este tiempo el arroz estará ya cocido, así que escúrrelo.

Prepara la salsa para el arroz: en una olla derrite la mantequilla, añade la nata y las especias (sal, pimienta y curry). Deja que hierva y, desde ese momento, deja que se cocine unos 8 minutos para que la salsa se quede más espesa.

Vierte la salsa caliente sobre el arroz y mezcla bien. Deja que repose unos 2-3 minutos antes de servir el arroz.

Extrae el pollo del horno, añade una cereza en almíbar para decorar y sirve con el arroz.

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Servir caliente o tibio. 

Pollo con tomate, aceitunas y Parmigiano Reggiano

Presentación

Déjate cautivar por este segundo plato de pollo… ¡tendrás que volver a prepararlo en cuanto tus comensales le hayan sacado brillo a la olla que pongas en la mesa!

Este segundo de carne está muy rico y es una exitosa mezcla de ingredientes y texturas.

El tierno pollo está envuelto en una espesa salsa de tomate, aromatizada por un sabroso sofrito, aterciopelada gracias al queso… que también te encontrarás en indulgentes trocitos. El todo, resaltado por el rotundo y ácido sabor de las aceitunas 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechugas de pollo: 2 enteras o 4 mitades
  • Tomate triturado: 350 g
  • Cebollas: 1 grande
  • Aceitunas manzanilla con anchoas/aceitunas negras: 150 g (peso escurrido = 1 lata)
  • Aceite de oliva: lo suficiente
  • Ajo deshidratado: al gusto
  • Orégano: al gusto
  • Guindilla molida: al gusto
  • Cubo para caldo: 1
  • Pimienta: al gusto
  • Parmigiano Reggiano: al gusto

Realización

Limpia la cebolla y pícala finamente. Deja que se sofría en una olla con aceite de oliva. Incorpora el cubo de caldo para que se disuelva y sazona con ajo y pimienta.

Pica la pechuga de pollo en cubitos o tiras y añádela a la olla (con el fogón a máxima temperatura) cuando la cebolla esté bien dorada. Deja que se dore hasta que esté bien cocinado. Pollo olivas y tomate.jpg

Incorpora el tomate triturado y las aceitunas cortadas por la mitad. Sazona con orégano y verifica si hace falta corregir la cuantía de las demás especias.

Mientras se cocina unos minutos, ralla el Parmigiano Reggiano por la malla fina y, si te sobra la cáscara de queso, pícala en cubitos y deja que se cocine con el pollo: se ablandará y aportará mucho sabor.

Cuando hayas finalizado la cocción y la salsa haya absorbido los sabores y se haya espesado, esparce el queso rallado por encima y cubre con tapa unos minutos.

¡Sirve!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes utilizar Grana Padano u otro queso curado, si lo prefieres.

Puedes jugar mucho con las aceitunas: verdes, negras, sin relleno o con anchoas o pimientos 😉

Conserva durante 1 día en la nevera. Se puede volver a calentar.

Medallas de pollo y calabacín

Presentación

Trae originalidad a tu mesa con este segundo plato de pollo… ¡sí, exacto!

Una receta original preparada con pollo, para terminar con aburridas recetas que ya todos conocen de memoria: las medallas de pollo con calabacines y una combinación de aromáticas especias, cubiertas por una capa crujiente y jugosas en el interior.

El plato perfecto para un día caluroso, pues se pueden servir también tibias o frías, al natural o con salsas, y se acompañan de maravilla con verduras crudas, cocinadas o incluso con patatas fritas, haciendo felices a grandes y pequeños.

Son muy versátiles y también puedes emplearlas en tus hamburguesas caseras y se preparan de forma muy sencilla.

¡Venga, empecemos ya!


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechugas de pollo: 2 grandes
  • Calabacines: 2 medianos
  • Pan rallado: lo suficiente
  • Parmigiano Reggiano: 4 cucharadas, rallado
  • Cebolla: ½
  • Curry: al gusto
  • Guindilla molida: al gusto
  • Cubo de caldo: 1
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva: 2 cucharadas
  • Aceite de girasol: para freír

Realización

Limpia y pica media cebolla. Haz sofreír con un poco de aceite de oliva.

Lava los calabacines y elimina las extremidades. Ralla cada calabacin por la mala gruesa de un rallador.

Incorpora los calabacines a la cebolla y cierra la sartén con tapa durante unos minutos, removiendo de vez en cuando. Cuando la verdura se haya ablandado, quita la tapa para que el agua empiece a evaporar: nos interesa que la verdura lleve cuanta menos agua posible. Sazona con las especias y el cubo de caldo.

Limpia las pechugas de pollo y trocéalas un poco y ponlas en la picadora. Deja que pique hasta que la carne cruda esté bien triturada. Entonces incorpora los calabacines ya bien evaporados, el Parmigiano rallado y unas 8-10 cucharadas de pan rallado y mezcla un poco más para lograr una masa uniforme. Si notas que la masa está demasiado blanda (lo que depende de los calabacines y del pollo, por lo que no hay formula universal) añade más cucharadas de pan rallado.

Cuando estés satisfech@ con la consistencia, coge una cuchara grande (para que sea una unidad uniforme) y empieza a preparar porciones/bolitas. Empana las bolitas en pan rallado por toda su superficie y luego, con tus manos, forma una medalla/disco: aplasta ligeramente el centro y luego moldea los bordes, ajustando hasta que te salgan de la forma deseada.

Fríe en abundante aceite de girasol, bien caliente, hasta que estén bien dorados por ambas partes.

(Nota: si no estás segur@ de que la consistencia sea la correcta y quieres evitar que la medalla se desmorone mientras se fríe o que quede demasiado dura por exceso de pan rallado, haz una medalla de prueba y fríela. Comprueba la textura y, si hace falta haz los ajustes necesarios, antes de seguir 😉 )

Escurre sobre papel de cocina, para absorber el exceso de aceite y sirve.

Medallas de pollo y calabacín
Medallas de pollo y calabacín

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes acompañar con varias salsas, delicadas y picantes, para mojar estas deliciosas medallas: atrévete también a mezclar mayonesa, ajo picado y pepino fresco rallado para lograr el acompañamiento de la foto 😉

Prueba a realizar estas medallas con espinacas en lugar de calabacines… ¡el resultado es muy goloso!

Brochetas de pollo caprese

Presentación

¿Qué forma mejor de aprovechar esta maravillosa estación que hacer una barbacoa?

Si quieres probar una combinación exitosa prueba con estas brochetas de pollo caprese: ¡se convertirán en un must tus cenas veraniegas!

Imagínatelas: bocaditos de pollo e frescos tomates cherry deslizados sobre brochetas y cocinados absorbiendo todo el aroma de la barbacoa y completadas con suave y cremosa mozzarella y un toque muy intenso de pesto de albahaca fresco y gotas de dulce y ácida crema balsámica… ¡a que suena cautivador! 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechugas de pollo: 600 g
  • Tomates cherry: 400 g
  • Aceite de oliva virgen extra: 1 cucharada
  • Bocaditos de mozzarella fresca: 200 g
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Crema de vinagre balsámico: 3 cucharadas

PESTO A LA GENOVESA CASERO:

  • Albahaca (hojas): 40 g
  • Parmigiano Reggiano rallado: 3 cucharadas
  • Piñones (o anacardos): 2 cucharadas finamente picadas
  • Diente de ajo: 1 (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra: 1/3 taza

Realización

Si vas a emplear unas brochetas de madera (de 20-25 cm de largo), ponlas a remojo en agua durante una hora por lo menos, para que cuando luego las pongas en la barbacoa.

Calienta la barbacoa.

Pica las pechugas de pollo en trozos para poner 4 en cada brocheta. Coloca el pollo alternando con 3 tomates cherry.

Esparce con un pincel de cocina 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra por ambos lados de las brochetas y sazona con sal y pimienta.

Cocina sobre la barbacoa las brochetas durante aproximadamente 5 minutos por lado.

En la espera, prepara el pesto: en un mortero (o si tienes prisa en tu batidora) forma una crema con hojas de albahaca, Parmigiano Reggiano rallado, piñones (o anacardos) y ajo [opcional]. Sazona con sal, pimienta e incorpora aceite poco a poco mientras sigues mezclando.

Cuando las brochetas están listas, retira de la barbacoa y desliza una bolita de mozzarella en cada extremidad.

Esparce sobre cada brocheta pesto por encima y unas gotas de crema de balsámico.

Sirve calientes.

Brochetas de pollo caprese
Brochetas de pollo caprese

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si tienes mucha prisa o tratas de preparar varios platos a la vez para unos comensales inesperados puedes preparar la receta con un pesto del supermercado. Puedes prescindir del toque de crema de balsámico si no te gusta su dulce y ligeramente ácida aportación.

Si quieres otras originales ideas para brochetas en la barbacoa prueba las deliciosas brochetas hawaianas o, si buscas algo con marisco, las gustosas brochetas con gambas y piñas 😉