Pierogi – pasta rellena polaca

Presentación

Si has oído hablar de la gastronomía polaca, seguramente habrás oído hablar de los pierogi, la más famosa pasta rellena de Polonia 🇵🇱.

Los pierogi 🥟 (al singular pieróg) son unos maravillosos ravioli a forma de media luna o mini empanadilla que tienen cautivados a todos los polacos y a los extranjeros que han tenido la suerte de probarlos. Una parte del éxito se debe a la textura de la masa, que puede degustarse tanto tras un simple hervido que la deja suave, como después de un salteado en la sartén, lo que le confiere una capa crujiente irresistible. La otra parte del éxito es sin duda que la variedad de rellenos tradicionales y más modernos es tan amplia que consigue satisfacer literalmente a todos. Esta vez proponemos el sabroso relleno a base de carne picada 🥩 y repollo 🥬, aunque en el apartado de sugerencias te dejamos muchísimas más ideas para que experimentes numerosas variantes de esta deliciosa pasta rellena.

A partir de hoy deja de ser una suerte el poder probar los pierogi fuera de Polonia: con esta receta y sus detalladas e infalibles instrucciones no tienes más excusas para retrasar la degustación y conseguirás emplatar unos pierogi que cualquier abuela polaca aplaudiría 😉

Estrena esta receta para acabar la Semana Santa con un planazo culinario o sírvela en cualquier día normal para que se convierta automáticamente en un momento de fiesta: ¡este es el poder de los pierogi!


Información

  • Dificultad: mediana
  • Tiempo preparación: 1,5 h
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de trigo: 700 g
  • Agua: 400 ml
  • Sal: 1 cucharadita
  • Huevo: 1
  • Aceite de oliva/ girasol: 3 cucharadas

PARA EL RELLENO:

  • Repollo liso: ¾ de uno mediano
  • Carne picada (vacuno/cerdo/mixta): 400 g
  • Panceta curada salada/Bacon ahumado: 80 g
  • Mantequilla/Margarina/Aceite: unas cucharadas
  • Cebolla: 1 pequeña
  • Mejorana: al gusto
  • Cubito de caldo/Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Empieza preparando el relleno.

Limpia la cebolla y pícala en cubitos pequeños. Pica también la panceta en cubitos pequeños o pequeñas tiras. Coge el repollo, elimina las hojas exteriores si es necesario y luego, utilizando una mandolina o un cuchillo grande de lama lisa, saca unas láminas de unos 2-3 mm (como si lo cortases en juliana).

En una olla, pon una cucharada de mantequilla/margarina/aceite y vierte el repollo laminado. Sazona con el cubito de caldo, la mejorana y la pimienta. Vierte medio vaso de agua y remueve. Tapa y deja que se cocine a fuego mediano hasta que se ablande. Controla con frecuencia si hace falta más agua y remueve para que la cocción sea homogénea.

Mientras tanto, en una sartén deja que la panceta se dore y vuelva crujiente antes de añadir la carne picada. Sazona con cubito de caldo, mejorana y pimienta (aunque puedes añadir sazonadores para carne, si te gustan) y deja que la carne se cocine a fuego mediano-alto hasta coger un bonito color ligeramente marrón antes de apagar.

Cuando el repollo esté casi listo, quita la tapa y deja que todo el líquido evapore antes de incorporarlo a la sartén con la carne y mezclar. Deja enfriar en la sartén o transfiriendo el relleno en un bol frío para acelerar los tiempos.

Mientras el relleno se enfría, prepara la masa para los pierogi.

En un bol vierte la harina, la sal, el agua (mucho mejor si tibia), el aceite de oliva y los huevos previamente cascados en un pequeño bol y batidos ligeramente. Mezcla con tus manos en el bol hasta lograr una masa compacta, entonces amasa sobre la encimera ligeramente enharinada hasta lograr una masa lisa (puedes utilizar tu robot de cocina, si lo prefieres). Cubre la masa con un trapo limpio o ponlo en un recipiente hermético y deja reposar durante unos 15 minutos.

Cuando falte poco antes de que se acabe el cuarto de hora, vierte el relleno de carne y repollo en tu batidora y bate durante unos segundos para que los ingredientes se desmenucen un poco y sea más fácil rellenar los pierogi.
[Ojo: no te pases con el tiempo de batido porque no queremos un paté uniforme en el que ya no se puedan distinguir los ingredientes 😉 ]
Aparta el relleno de momento.

Coge un trozo de masa y deja el resto cubierto. Con tus manos, dale una forma aproximada de rectángulo aplastándolo sobre la encimera ligeramente enharinada. Empieza a laminar el rectángulo utilizando tu máquina para hacer pasta fresca o un simple rodillo de cocina. Asegúrate de que la masa esté en todo momento suficientemente enharinada por ambos lados, pues evitarás que se te pegue a la encimera o a los rodillos.
[Nota: Si utilizas máquina para hacer pasta, tal vez al principio necesites doblar la masa recién salida de la máquina sobre sí un par de veces, pues la presión excesiva de los rodillos sobre una masa inicialmente muy espesa puede devolverte unas láminas irregulares y poco lisas.]

Ajustando de forma progresiva el espacio entre los rodillos o la presión del rodillo de cocina, consigue una lámina de 1-2 mm de espesor (no más). Ahora utiliza un cortador de masa circular o un simple vaso (te sugiero un diámetro de 8 cm, aunque en Polonia también los puedes comer más grandes) para sacar cuantos más círculos posible de una lámina. Coloca los círculos sobre una encimera bien enharinada y junta la masa que te ha sobrado a la masa por laminar.

Ahora ha llegado la parte más divertida: ¡vamos a rellenar y sellar los pierogi! Déjate guiar por la gif que hay a continuación y por las instrucciones.

Cómo sellar los Pierogi polacos

Acerca el dedo índice y el pulgar de tu mano izquierda (la derecha si eres zurdo) dejando 1 cm de distancia entre los dedos. Coge un círculo y deposítalo de tal forma que su centro esté en el espacio entre los dedos. Con la otra mano coge una cucharadita de té abundante de relleno y deposítalo en el centro del círculo de masa, utilizando el dedo medio como soporte. Empieza a acercar los dos lados del pieróg moviendo y apretando ligeramente hacia arriba el índice y pulgar izquierdos. Aplasta ligeramente el relleno con la otra mano para que tenga la forma correcta y quede un espacio despejado para los bordes. Entonces sella una primera vez el pieróg apretando con el índice y pulgar de tu otra mano (la derecha) a lo largo de todo el borde de la media luna de tu raviolo. Para asegurarnos que la masa se quede bien pegada, vamos a repasar el sellado una vez más de la misma forma o haciendo un borde decorativo: empezando por el extremo derecho y yendo hacia el extremo izquierdo, empieza a apretar el borde deslizando simultáneamente el pulgar derecho hacia arriba y el índice derecho hacia abajo (mira el vídeo para ver la técnica), luego desplaza tus dedos unos mm más adelante y repite hasta acabar el borde. Por el otro lado del pieróg tendrás un borde muy bonito y un sellado hermético 😉
[Truco: si has sacado muchos círculos a la vez y no los has cubierto con un trapo húmedo o se están secando y no se pegan fácilmente, puedes untar una yema en agua y pasarla sobre el borde del círculo (en el lado donde pones el relleno, no el exterior) antes de sellar el pieróg.]

Coloca los pierogi preparados sobre una tabla de cortar de madera (u otra superficie no pegadiza) bien cubierta de harina para evitar que se te pegue y cúbrelos con un trapo limpio.

Pierogi polacos crudos
Pierogi polacos crudos

Acaba los círculos de la primera lámina, luego saca otra y vuelve a rellenar los círculos que has sacado para crear más pierogi. Te desaconsejo sacar de golpe todos los círculos para agotar la masa y rellenarlos después: la masa tiende a secarse antes de que termines.

Una vez que tengas todos los pierogi preparados, llena una gran olla de agua salada y espera a que hierva intensamente. Entonces crea un remolino en el agua removiéndola con una cuchara de madera y vierte con delicadeza una parte de los pierogi: así no se pegarán. Cuando empiecen a flotar, espera 30 segundos y sácalos, depositándolos en un colador colocado sobre un bol (así se escurrirán bien y el agua en exceso se quedará en el bol).
Vuelve a crear el remolino, a verter otra porción de pierogi y a cocinarlos hasta acabar todos.

Los pierogi ya preparados puedes, o bien emplatarlos directamente desde el colador o ponerlos en una fuente en la que habrás echado un buen chorro de aceite para evitar que se peguen entre sí, a la espera de emplatarlos cuando todos los pierogi estén cocinados.

Pierogi polacos hervidos (en la fuente)
Pierogi polacos hervidos (en la fuente)

Por último, queda por abordar la forma de servirlos: puedes servirlos recién hervidos o, por otra parte, hacer el paso extra de saltearlos en la sartén con un poco de mantequilla/margarina o aceite para que se forme una capa exterior crujiente. Lo más habitual es servirlos condimentados con abundante mantequilla/margarina en la que habrás dorado ligeramente un poco de cebolla cortada en juliana, aunque también puedes echar solo mantequilla/margarina.

Pierogi polacos salteados en la sartén
Pierogi polacos salteados en la sartén

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Conserva los pierogi hervidos en una bolsita o en un recipiente hermético durante 1 día en la nevera, recordando de rociarlos con un poco de aceite recién hervidos para evitar que se peguen entre sí.

Puedes congelar los pierogi hervidos y enfriados en bolsitas para el congelador y conservarlos durante algunos meses. Cuando quieras comerlos, sácalos unas horas antes para que se descongelen naturalmente y sea más fácil separarlos sin que se rompan. Para servirlos, caliéntalos en una sartén con mantequilla/margarina a fuego mediano al principio y luego deja que se forme la capa crujiente por fuera subiendo la temperatura, si necesario.

Tienes que probar los pierogi con otros rellenos también. Te sugerimos tanto los más clásicos, como otros fruto de nuestra fantasía:

  • relleno de patatas hervidas y machacadas, con queso fresco (requesón, ricotta o el original twaróg) o queso crema [versión conocida como pierogi ruskie];
  • relleno de patatas hervidas y machacadas, panceta crujiente/jamón ibérico crudo en cubitos y cebolla sofrita;
  • relleno de patatas hervidas y machacadas mezcladas con brócoli hervidos y batidos (y eventualmente panceta crujiente o queso fresco o curado rallado): aquí encuentras la receta exacta;
  • relleno de patatas hervidas y machacadas, queso crema y queso azúl/queso curado aromático rallado (Pecorino romano o Idiazábal);
  • relleno de repollo liso cocinado con cebolla y chutcrut;
  • relleno de repollo liso cocinado con cebolla y champiñones salteados y picados;
  • relleno de carne picada, cebolla salteada y setas salteadas y picadas;
  • relleno de inspiración italiana con espinacas salteadas y quesos blancos frescos (requesón, ricotta o feta).

Pasta con crema de tomates frescos y cebolla, setas salteadas y panceta crujiente

Presentación

Para la sección de primeros platos italianos de pasta 🍝, aquí viene una nueva receta que te dejará limpiando el plato con un dedo, para no desperdiciar ni un poquito de esta golosísima salsa.

Hoy proponemos unas tagliatelle (sustituibles por cualquier tipo de pasta larga o corta que te apetezca 😉 ) con gustosas láminas de setas salteadas 🍄 y crujientes trocitos de panceta curada 🥓, el todo envuelto por una sabrosa crema de tomates frescos 🍅 y cebollas sofritas 🧅.

Es un plato que no requiere muchos ingredientes, pero cada uno de ellos destaca de forma especial a esta delicia, contribuyendo a esta armonía de sabores y texturas.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Tagliatelle: 350 g (sustituible por otro tipo de pasta larga o corta)
  • Tomates: 4-5
  • Cebolla: 1
  • Champiñones: 5-6
  • Panceta curada salada/bacon ahumado: 100 g
  • Mantequilla/margarina/aceite de oliva: 2 cucharadas
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Parmigiano Reggiano: al gusto (para rallar encima)

Realización

Empieza calentando agua salada en una olla. Cuando el agua llegue a ebullición, vierte la pasta y mezcla con frecuencia desde el principio para que no se pegue.

Aprovecha el tiempo necesario para que el agua llegue a hervir y la pasta se cocine para preparar los ingredientes para la salsa.

Pica la panceta salada en cubitos o pequeñas tiras y la cebolla previamente limpiada también en cubitos (cuanto más finos, más rápido se pocharán). Limpia las setas (corta la base del tallo y elimina la tierra utilizando una esponja o un trapo ligeramente húmedo) y córtalas en láminas. Lava los tomates, córtalos por la mitad para eliminar más fácilmente el punto desde el cual sale la rama y pícalo en cubitos.

En una sartén añade una cucharada de mantequilla y la panceta salada picada. Deja que esta última se dore ligeramente y adquiera una textura crujiente antes de añadir las setas laminadas y cocinarlas. Retira las setas con la panceta utilizando una espumadera y colócalas, de momento, en un plato.

A la sartén donde ha quedado un poco de grasa y los sabores de la anterior cocción, añade la otra cucharada de mantequilla y la cebolla picada. Deja que ésta se dore. Añade los tomates frescos picados y deja cocinar unos minutos. Sazona con sal y pimienta (recordando que las setas y sobre todo la panceta ya llevan sal, así como el queso que rallarás encima después).

Vierte el contenido de la sartén en un recipiente alto y posiblemente no muy ancho para utilizar la batidora de mano y conseguir que la cebolla y el tomate se conviertan en una crema lisa: así tendrás la salsa de nuestro condimento.

Vierte la salsa en la sartén y añade las setas y la panceta. Mezcla para repartir bien los sabores y deja que se cocine unos minutos hasta lograr la consistencia deseada.

Cuando la pasta esté en su punto, escúrrela y añádele el condimento. Mezcla y emplata. Añade un poco más de salsa sobre la pasta y, como toque final, ralla encima un poco de queso Parmigiano Reggiano (paso opcional).

Pasta con crema de tomates frescos y cebolla, setas salteadas y panceta crujiente
Pasta con crema de tomates frescos y cebolla, setas salteadas y panceta crujiente

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes conservar la pasta preparada en un recipiente hermético y guardarla en la nevera durante un día. Vuelve a calentarla en la sartén con un poquito de mantequilla/margarina o aceite o, si lo prefieres, al microondas, removiendo de vez en cuando para lograr que se caliente de forma homogénea.

Croquetas a la italiana (Crocchette) – con patatas y panceta salada – sin lactosa

Presentación

Un italiano que, en España, pide por primera vez una ración de «croquetas» se lleva una gran sorpresa, porque estas delicias españolas no son el equivalente de las casi homónimas crocchette italianas 🇮🇹. Hoy queremos hacer el experimento inverso: dejar que los hispanohablantes degusten las crocchette de Italia, que están hechas de patatas hervidas y machacadas, rebozadas y fritas. 🥔

Para añadir un toque muy goloso, que admitimos ser de inspiración española (¡pues hay que fusionar lo mejorcito de las diferentes gastronomías!), añadiremos al relleno unos crujientes cubitos de panceta salada 🥓.

Esta receta, que es sin lactosa y puede utilizarse como guarnición y como entremés, también puedes prepararla de forma vegetariana: en el apartado de sugerencias encuentras unas ideas para el relleno y también para eventuales salsas con las que acompañar las croquetas a la italiana.


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 45 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Patatas: 6-7 grandes
  • Panceta salada/Chorizo/Jamón ibérico: 80 g (opcional)
  • Pan rallado: para rebozar
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva/girasol: para freír

Realización

Pela las patatas, lávalas y trocéalas. Pon a hervir los trozos de patata en agua salada hasta que estén blandos. Escurre las patatas y deja que se enfríen durante unos minutos.

Mientras tanto, corta la panceta salada (sustituible por panceta ahumada, jamón ibérico o chorizo dulce o picante) en cubitos pequeños. Deja que la panceta se cocine en una sartén a fuego mediano-alto hasta que esté crujiente (y empiece a dorarse muy ligeramente).
[Nota: si utilizas jamón ibérico salta este paso 😉 ]
Retira los cubitos de panceta da sartén, tratando de dejar la grasa ahí.

Con una prensa para patatas o con un machacador de patatas, convierte los trozos de patata en un puré liso. Sazona con pimienta y añade los cubitos de panceta salada. Mezcla bien para repartir homogéneamente.

Moja las palmas de tus manos y coloca encima dos cucharadas de puré. Intenta crear un disco y deposítalo sobre un plato lleno de pan rallado. Tras haberlo rebozado completamente por ambos lados y por los bordes, coloca la croqueta sobre tu encimera o sobre una tabla de cortar y, si es necesario, aprovecha la base llana para nivelar la superficie del disco o conseguir que tenga una forma más redonda.
[Nota: si quieres servir las crocchette en su forma más auténtica, entonces confiere a la masa una forma de cilindro largo unos 3 cm. En esta versión con espinaca puedes ver cómo deberían quedar 😉 ]

Croquetas a la italiana rebozadas

Repite el procedimiento hasta agotar las patatas.

Vierte suficiente aceite en una sartén como para que toda la superficie plana esté bien cubierta y deja calentar a fuego mediano-alto. Cuando esté caliente, coloca algunas croquetas (deberías poder oír cómo el rebozado reacciona burbujeando con el aceite) y deja que se doren antes de darles la vuelta. Cuando estén doradas por ambas partes, retíralas y colócalas sobre un plato cubierto con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Emplata y sirve solas o con salsas (algunas ideas más abajo 😉 ).

Croquetas a la italiana - con patatas y panceta salada - sin lactosa
Croquetas a la italiana (Crocchette) – con patatas y panceta salada – sin lactosa
Croquetas a la italiana - con patatas y panceta salada - sin lactosa
Croquetas a la italiana (Crocchette) – con patatas y panceta salada – sin lactosa

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Para un toque extra, puedes utilizar un pan rallado comprado o casero que esté aromatizado con ajo u otras verduras deshidratadas (como trocitos de tomate deshidratado) o con hierbas aromáticas (perejil, romero, etc).

Si quieres realizar una versión vegetariana de las croquetas italianas, prescinde de la panceta salada o sustitúyela por setas salteadas y picadas finamente o, alternativamente, por trocitos de tomates secos escurridos. Mira también esta receta de croquetas de patatas con espinacas: puede que sea justo lo que buscas 😉

Si bien habitualmente las crocchette se coman solas o como guarnición para un plato de carne, si decides servirlas como entremés con alguna salsa (tanto si las haces de solas patatas, como si añades panceta salada u otro ingrediente en el relleno), alguna de las siguientes propuestas combinará increíblemente:

  • una voluptuosa fondue de quesos,
  • una salsa espesa de nata y queso azúl,
  • una salsa casera de tomate,
  • salsa de setas, nata y, eventualmente, puerro,
  • salsa boloñesa.

Paszteciki – Tapas polacas de masa brioche con relleno de carne y repollo

Presentación

España es el país por excelencia del picoteo y de las tapas, ¡pero Polonia tiene sus ases en la manga también! 😎 🇵🇱

Los Paszteciki, literalmente «pequeños patés» en referencia a su relleno, son unas tapas de suavísima masa brioche (que puedes preparar también sin lactosa) que encierra una mezcla fina de crujiente panceta, carne picada y repollo, siendo este último uno de los ingredientes clave de la cocina polaca.

Los Paszteciki son perfectos para picar algo con una cerveza 🍻 o para servir como entremés. Al poderse servir fríos, puedes prepararlos con varias horas de antelación. Además, aunque la receta en sí requiera un poco de tiempo, la mayor parte es tiempo de reposo para la masa que lleva levadura fresca, así que podrás aprovecharlo para cocinar algo más o para relajarte.

¡Ponte ya el delantal!: con estas instrucciones súper detalladas vas a presentar un plato que parecerá haber sido preparado por una auténtica abuela polaca. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 2h 30min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de fuerza: 250 g (sustituible por harina de trigo o mitad y mitad)
  • Leche de vaca o vegetal: 50 g (si no tienes, utiliza agua)
  • Huevos: 2 medianos
  • Levadura fresca: 7 g (tipo saccaromices cerevisiae)*
  • Mantequilla/Margarina: 45 g
  • Sal: 1,5 cucharaditas

* Puede sustituirse por levadura seca en las proporciones indicadas por el fabricante en la confección.

PARA EL RELLENO:

  • Repollo liso: ¼, si es de tamaño mediano (puedes sustituir una parte por chutcrut)
  • Carne picada (de cerdo/vacuno/mixta): 250 g
  • Panceta salada/Bacon ahumado: 50 g (2-3 tiras)
  • Cebolla: ⅓
  • Aceite de oliva: unas cucharadas
  • Mejorana: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Cubito de caldo: al gusto

PARA UNTAR LA SUPERFICIE ANTES DEL HORNEADO:

  • Huevo: 1 mediano
  • Leche de vaca/vegetal: 2 cucharadas (puede suprimirse y hacer solo huevo)

Realización

Empieza preparando la masa.

En un bol grande tamiza la harina, casca los huevos y añade la sal y la mantequilla/margarina troceada, que debe estar bien blanda (pero no derretida) para que puedas incorporarla bien a la masa.
[Truco: La margarina para untar suele tener ya la consistencia perfecta aunque haya salido de la nevera. Si vas a utilizar mantequilla que tenías guardada en la nevera y tienes prisa, calienta unos trozos durante unos 10 segundos en el microondas a máxima potencia, pero vigilando que no se derrita 😉 ]

Calienta la leche para que sea tibia (no la calientes hasta el punto de que te quema la piel, si pones un dedo en el vaso). En la leche disuelve la levadura troceada (fresca o congelada) o seca.
[Truco: para no matar a los organismos de la levadura y para evitar que ésta pierda su capacidad de levantar la masa no hay que pasarse con la temperatura de la leche. Sin embargo, el hecho de que sea un poco caliente va a ayudar a que crezca mejor y más rápidamente].

Vierte la levadura disuelta en en el bol con los demás ingredientes y amasa a mano o en tu máquina durante unos 5-10 minutos: esto te permitirá trabajar el gluten y lograr una masa homogénea y elástica. Deja reposar la masa, tapada con un trapo y en un sitio caliente, durante un mínimo de 1 hora (aunque puedes llegar a 2 horas y, cuanto más repose, mejor).

En la espera, prepara el relleno, que así tendrá tiempo de enfriarse.

Limpia la cebolla y pícala finamente. Corta unas lonchas de panceta y pícala también finamente. Limpia el repollo eliminando las hojas exteriores deterioradas o secas, elimina partes oscurecidas y pícala en juliana.

En una sartén cocina a fuego alto la panceta salada hasta que esté crujiente. Añade la carne picada, la mejorana y la pimienta y deja que se dore. Si hace falta, añade un poco de aceite, aunque la panceta suelta ya su grasa al cocinarse. Prueba si está bien de sal (ojo porque la panceta está salada) y, si hace falta más, añade un poco de cubito de caldo (o simplemente sal). Aparta.

En una olla vierte un chorrito de aceite, la cebolla y sazona con un poco de pimienta, mejorana y cubito de caldo. Deja que la cebolla se dore y entonces añade el repollo picado y medio vaso de agua. Remueve y tapa. Vigila la olla: remueve con frecuencia y controla que no haga falta añadir más agua para evitar que se te queme. Cuando notes que el repollo se ha ablandado, quita la tapa y deja que el agua evapore.

Como paso opcional que hará más fácil trabajar con la masa y sacar tapas, vierte la carne picada y el repollo en tu batidora y deja que bata durante unos 10-20 segundos: buscamos una textura más fina, sin llegar a un paté completamente liso. Deja que el relleno se enfríe.

Una vez transcurrido el tiempo de reposo de la masa, notarás que ha más que duplicado su volumen. Ahora coloca la masa sobre tu encimera enharinada y trabájala con tus manos para lograr una bola uniforme. Si se te pega excesivamente a las manos y no puedes trabajarla, añade unas cucharadas de harina y sigue trabajando: esto puede pasar porque las harinas difieren en humedad y calidad. Sin embargo, no añadas más de unas 4 cucharadas y opta por enharinar la encimera y la superficie de la masa, más que hacer absorber más harina a la masa en sí.

Utilizando un rodillo, extiende la masa hasta lograr un rectángulo de unos 5-8 mm de espesor.
[Ojo: no te olvides de enharinar bien tanto la encimera como la superficie de la masa para que no tengas problemas en pasar el rodillo y en retirar la masa luego.]
Coloca el relleno en uno de los lados más largos del rectángulo de masa: crea una «serpiente» de relleno, dejando el margen exterior del rectángulo despejado para que te resulte más fácil enrollar (mira la imagen más abajo).

Entonces empieza a cubrir el relleno con la masa y a enrollar un poco más para que el punto de sellado esté por debajo del pasztecik y cubierto con masa, para que no se abra durante el horneado (mira la siguiente imagen que representa la sección de un pasztecik).

Corta la masa rozando el borde de la serpiente de masa (correspondiente a la línea blanca intermitente de la primera figura) y luego divide cada rollo en paszteciki de unos 3 cm de largo aproximadamente.

Coloca los paszteciki sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno y deja que reposen unos 20 minutos más cubiertos con el mismo trapo de antes.

Cuando falten unos 5 minutos, enciende el horno a 180ºC y deja que se vaya calentando. Mientras tanto, en un cuenco pequeño casca un huevo y añade dos cucharadas de leche de vaca o vegetal (o prescinde de la leche) y bate con un tenedor. Retira el trapo y, utilizando un pincel de silicona u otro apto para la cocina, esparce la mezcla de huevo encima de los paszteciki hasta cubrir toda la superficie.
[Truco: este paso te permite lograr una masa de aspecto muy apetecible después del horneado. Si saltas este paso la masa quedará muy mate. Si solo utilizas huevo, se pondrá dorada muy rápidamente y la superficie podría quemarse antes de que la masa esté lista. Mezclar leche y huevo te permite dar un poco de color y brillo a la masa, sin arriesgarte a que coja un color muy marrón. 😉 ]

Hornea hasta que los paszteciki estén bien dorados.

Extrae del horno. Deja enfriar unos minutos y sirve.

Paszteciki - Tapas polacas de masa brioche con relleno de carne y repollo
Paszteciki – Tapas polacas de masa brioche con relleno de carne y repollo

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Prueba a sustituir una parte de repollo por un poco de chutcrut: es una versión también popular en Polonia. Degusta también estas tapas variando los rellenos:

  • carne picada, panceta y setas;
  • setas y repollo (eventualmente con extra de chutcrut);
  • carne picada, chorizo salteado y tomates secos;
  • carne picada, pimientos del piquillo/pimientos salteados y cebolla caramelizada.

Conserva durante 3 días bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico. Guarda en la nevera si hace calor.

Puedes decorar la superficie de los paszteciki con semillas de comino, amapola o sésamo después de las pinceladas de huevo batido con leche: ¡quedan muy bonitas! 😉

Empanadas con calabacín, atún y crujiente panceta

Presentación

Las empanadas son uno de las tapas o entrantes más amados y versátiles: su crujiente envoltorio puede encerrar rellenos muy diversos y siempre deliciosos. 🥟 Hoy vamos a preparar una versión express, ahorrando tiempo con una masa ya preparada, y dejando todo el protagonismo al relleno.

El atún es una elección típica para el relleno, pero en lugar de juntar este ingrediente con el clásico tomate o con huevo cocido, vamos a optar por los calabacines y a añadir un toque crujiente y sabroso con la panceta. De esta forma incluirás unas saludables verduras en tus empanadas y probarás una nueva combinación que ya no dejarás de preparar. 😉

Además, en el apartado de sugerencias no te pierdas una combinación vegetariana con 2 pescados que te gustará tanto como ésta 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Obleas gigantes para empanadillas: 16 (= 280 g)
  • Calabacines: 2 medianos
  • Cebolla: ½
  • Atún en aceite de oliva: 2 latas (= 160 g escurridos)
  • Panceta salada/Bacon ahumado: 80 g
  • Mejorana: al gusto (opcional)
  • Cubito para caldo: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Empieza preparando el relleno.

Corta la panceta salada en tiras cortas o cubitos pequeños. Limpia la cebolla y pícala finamente. Lava los calabacines y elimina las extremidades. Ralla los calabacines por la malla gruesa de tu rallador.

Vierte un chorrito de aceite en la sartén y primero dora la panceta: queremos una textura crujiente. Entonces incorpora la cebolla y, cuando esté dorada, añade los calabacines. Sazona con pimienta, el cubito de caldo (en lugar de la sal) y mejorana. Deja que se hagan hasta estar blandos. El líquido de los calabacines tiene que haber evaporado completamente para que las empanadas salgan bien. Apaga el fuego, añade el atún desmenuzado, mezcla bien y deja enfriar.

Cuando el relleno esté frío o, al menos, tibio, coge las obleas de masa. Coloca un par de cucharadas abundantes de relleno en el centro, teniendo cuidado de dejar 1 cm libre para sellar el borde sin problema. Dependiendo de lo que te resulte más cómodo, dobla la oblea sobre la encimera o sujetándola entre tus manos (entre el pulgar y los otros dedos) y aprieta con las yemas de los dedos de la otra mano para sellar los bordes.
[Truco: si la masa se despega, puedes humedecer los bordes con un poquito de agua. Esto hará que se pegue más fácilmente 😉 ]
Para asegurarte de haber sellado perfectamente las empanadas, aprieta los bordes con un tenedor.

Vierte abundante aceite en una olla y fríe unas pocas empanadas a la vez hasta que se queden bien doradas por ambos lados. Coloca las empanadas fritas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

Empanadas con calabacín, atún y crujiente panceta
Empanadas con calabacín, atún y crujiente panceta

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Las empanadas pueden consumirse al día siguiente también, pero su textura crujiente está en su mejor punto durante unas horas después de su preparación: después tienden a ablandarse.

Si lo prefieres, sustituye la panceta salada por chorizo (dulce o picante) picado y salteado en una sartén para que esté crujiente.

Si no quieres juntar carne con pescado o buscas una versión vegetariana, puedes sustituir la panceta por cubitos de salmón ahumado y salteado en una sartén: ¡queda exquisito!

Repollitos de Bruselas con panceta, nueces y almendras

Presentación

Prepara este deliciosa receta para dar un rumbo completamente diferente a los repollitos de Bruselas.

El toque crujiente de las nueces y almendras aportará una textura que contrasta con la suavidad de los repollitos y la sabrosa panceta rematará el sabor con su intensa aportación.

Esta guarnición hará que todos, incluidos los más escépticos, adoren los repollitos 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 15 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Repollitos de Bruselas: 500 g
  • Panceta fresca: 170 g
  • Nueces: 60 g
  • Almendras: 60 g
  • Aceite de oliva virgen extra: lo suficiente
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Limpia los repollitos eliminando las hojas exteriores y cortando la base. Parte cada uno por la mitad en sentido vertical (es decir, partiendo con el corte la base por la mitad).

Pon a cocinar los repollitos en una olla con agua salada durante 5 minutos.

En la espera, pica la panceta y deja que se fría en una sartén caliente hasta que esté crujiente.

Pica también nueces y almendras, aunque no hace falta desmenuzarlas excesivamente.

Escurre los repollitos y añádelos a la sartén. Añade aceite, si es necesario y sazona con sal y pimienta.

Incorpora las nueces y almendras, mezcla y emplata.

Repollitos de Bruselas con panceta, nueces y almendras
Repollitos de Bruselas con panceta, nueces y almendras

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes emplear unicamente nueces si lo prefieres.

Si tienes panceta curada y no fresca, puedes emplearla igualmente, aunque ten cuidado con la sal 😉

Pajaritas con calabaza, speck y taleggio

Presentación

Un primer plato cuyos colores cálidos y olores intensos rinde homenaje a la estación que acaba de llegar, el otoño, y que ya nos trae sus frutos e ingredientes.

Prepara este sorprendente plato de pajaritas con calabaza, speck Taleggio para deleitarte con esta variedad de sabores italianos que se complementan a la perfección y que ofrecen una mezcla de texturas envuelta en la cremosidad del queso derretido.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pajaritas: 400 g
  • Calabaza: 500 g
  • Speck: 100 g (sustituible por bacon)
  • Queso Taleggio: 100 g (sustituible por Brie o Camembert)
  • Cebolla: 1 mediana
  • Aceite virgen extra: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Queso Parmigiano Reggiano: al gusto

Realización

Empieza limpiando la calabaza: hay que trocearla y eliminar las semillas y la corteza. Lava los trozos bajo el agua y sécalos. Pica en cubitos y aparta.

(Truco: para ahorrar tiempo trata de que los cubitos no sean muy grandes y así se cocinarán antes 😉 ).

Pica finamente la cebolla en cubitos y el speck a la julienne.

Pon a hervir en una olla agua y sal para la pasta.

En la espera de que llegue a ebullición, en una sartén vierte un poco de aceite virgen extra y añade la cebolla para que se dore.  En cuanto la cebolla esté dorada, añade una parte del speck y mezcla.

(Nota: no vamos a añadir todo el speck, porqué al estar curado, dejamos una parte cruda para la decoración. Sin embargo, si empleas bacon o panceta, añade todo a la sartén para que se haga crujiente).

Cuando notes que todo se ha dorado, incorpora los cubitos de calabaza y deja cocinar.

Tras unos minutos, aplasta una parte de los cubitos de calabaza con un tenedor, añade un poquito de agua y tapa la sartén. Sazona con sal y pimienta. Deja cocinar durante unos 10-15 minutos o hasta que la calabaza se haya ablandado. farfalle con calabaza, speck y taleggio 2.jpg

En la espera, cocina la pasta en agua salada hirviendo, recordando de remover desde el principio y con frecuencia: evitarás que las pajaritas se peguen entre sí.

Escurre la pasta poco antes de que esté hecha, incorporala a los ingredientes de la sartén (con el fogón encendido a baja temperatura), añade trocitos de queso Taleggio, que se derretirán, y remueve hasta completar la cocción.

Emplata y espolvorea un poco de queso Parmigiano Reggiano rallado por encima.

Sirve caliente y ¡listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes modificar los ingredientes italianos con los que tengas en tu cocina: bacon, panceta, queso Brie, queso Camembert, queso Grana Padano, etc…

Mezze maniche con calabacines y panceta

Presentación

Las mezze maniche con calabacines y panceta son un primer plato muy cremoso, sabroso y sencillo de realizar.

Puedes preparar esta receta con pocos ingredientes cuando lleguen improvisamente unos amigos sin avisar o cuando tengas que hacer felices a unos niños 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Mezze maniche: 400 g (u otro tipo de pasta corta)
  • Calabacines: 3 medianos
  • Panceta: 100 g
  • Nata para cocinar: 200 ml (=1 confección)
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Nuez moscada: al gusto
  • Parmigiano Reggiano: al gusto (opcional)

Realización

Pon el agua a hervir en una olla y añade la sal.

Corta la panceta en cubitos y deja que se dore en una sartén.

Mezze maniche con calabacines y panceta 2.jpg

Lava los calabacines, elimina las extremidades y corta cubitos.

Añade los calabacines a la sartén y deja que que cocinen.
[Ojo: no debería hacer falta más grasa, pero si la panceta es muy magra (o si has empleado bacon) quizás tengas que añadir un poco de aceite o mantequilla]

Sazona con nuez moscada, pimienta y sal (pero cuidado, porque la panceta suele ser salada).

Añade la nata y mezcla.

Cocina la pasta y, cuando esté lista escúrrela, guardando una taza de agua de cocción.

Mezcla la pasta con la salsa y, si notas que la salsa no es suficientemente cremosa, añade un poco de agua de cocción.

Emplata y decora con un poco de pimienta.

Si te gusta el queso, ralla un poco de Parmigiano Reggiano y espárcelo por encima.

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes sustituir la panceta con jamón o jamón cocido.

 

Patatas acordeón rellenas

Presentación

La música trae alegría en cualquier casa y a cualquier cocinero… así que porqué no traer un poco hoy en TU cocina con estas patatas acordeón?

Lo mejor de la receta aún está por llegar: las ricas patatas horneadas están rellenas de delicioso queso fundido, crujiente bacon y aromático cebollino… ¡algo que se derrite en la boca!


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Patatas: 4 grandes
  • Queso Cheddar (o Gouda): 250 g
  • Bacon: 15 lonchas
  • Queso Parmigiano Reggiano: 70 g
  • Mantequilla: 50 g
  • Cebollino: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Limpia las patatas y si la piel no es fina, pélalas.

Corta las patatas verticalmente, distanciando cada incisión unos 4-5 mm, pero sin llegar a cortar nunca hasta el fondo: queremos un acordeón, no lonchas de patatas 😉

[Truco: si no quieres que las patatas se muevan, para lograr más estabilidad al principio puedes cortar una loncha del fondo: obtendrás una superficie lisa]

Coge el queso Cheddar e inserta cada loncha (o partes de loncha si son muy grandes) dentro de cada corte.patatas acordeon rellenas.jpg

Corta el bacon en trozos y coloca uno en cada corte, al lado del queso.

Derrite un poco de mantequilla y esparce por encima de cada patata. Si lo prefieres, puedes utilizar aceite de oliva como alternativa.

Sazona con sal, pimienta.

Ralla un poco de Parmigiano Reggiano y coloca por encima de cada patata.

Hornea, en horno pre calentado a 200°C, durante 30-40 min.

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes sustituir el cebollino con perejil o romero, dependiendo de tus gustos.

Tagliatelle con berenjenas y panceta

Presentación

La cocina italiana es muy variada y uno de sus pilares fundamentales son los ingredientes frescos.

Por esta razón existen muchas versiones de recetas con el mismo nombre y aún más recetas con los mismos ingredientes porque la creatividad es el único límite en cocina 🙂

Hoy prepararemos las tagliatelle con una salsa deliciosa cuyos ingredientes estrella son las berenjenas y la panceta.

Es una re-visitación familiar de la pasta alla Norma, una receta siciliana 🙂


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Tagliatelle: 400 g
  • Berenjena: 1 grande
  • Panceta curada: 100 g
  • Mantequilla: 1 cucharada
  • Cebolla: 1/2
  • Ajo deshidratado: una pizca
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Guindilla molida: una pizca
  • Tomate triturado: 250 g

Realización

Lava la berenjena.

Quita la parte superior de la berenjena y empieza a cortarla en cubitos.

Corta la panceta en palillos y deja que se vuelva crujiente en una sartén.

Retira la panceta (apártala en un plato) dejando su grasa en la sartén.

A la grasa añade el ajo deshidratado y la cebolla picada y deja que se doren ligeramente, entonces añade la berenjena y sazona con pimienta y sal (OJO: cuidado con la sal porque puede que la panceta ya lleve suficiente).

Pon a hervir el agua con un poco de sal en una olla, para las tagliatelle.

La berenjena tiene que dorarse y ablandarse (si hace falta añade un poquito de agua).

Entonces añade el tomate triturado, la guindilla y mezcla.

(OJO: no es necesario que la cantidad de guindilla sea tal que haga la salsa picante. Es suficiente que redondee el sabor.)

Deja que la salsa se cocine a fuego lento con una cucharada de mantequilla.

tagliatelle berenjena y panceta(Nota: la mantequilla quita un poco de acidez al tomate triturado que en España suele ser más ácido que la Passata italiana)

Verte las tagliatelle y mezcla en seguida. Vuelve a mezclar cada 1-2 minutos para que no se pegue la pasta.

Escurre la pasta cuando esté lista.

Añade a la salsa la panceta crujiente y mezcla.

Condimenta las tagliatelle con la salsa y mezcla.

Emplata y ¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si quieres un toque de queso, puedes rallar un poco de Parmigiano Reggiano aunque la mejor combinación es la Ricotta curada o el Primo Sale, pero es complicada de encontrar incluso en algunas regiones italianas, así que fuera de Italia lo es aún más 😦

Es aconsejable comer el plato recién hecho, aunque puede volverse a calentar posteriormente.

Conservar durante un día en la nevera cubierto con película transparente o en otro lugar lejos de excesivo calor y luz.