Babka ziemniaczana – tarta «polaca» de patatas ralladas, carne y panceta

Presentación

Cuanto más se exploran las gastronomías de diversos países, tanto más se aprende lo transnacionales que son las recetas que se consideran emblemáticas de una nación y cómo todo lo bueno acaba siendo importado (o conservado) y versionado por nuestros vecinos.

La babka ziemniaczana («tarta de patatas» 🥔 en polaco) o rejbak, es una receta típica de las regiones polacas 🇵🇱 de Podlasie y Suwalszczyźna, que se conoce también con muchos (¡realmente muchos!) nombres diferentes en otras zonas de Polonia o por colectivos determinados, lo que revela mucho sobre los cambios de frontera y los flujos de personas que experimentó el país en los últimos siglos. Por ejemplo, es llamado kartoflarz en la región de Silesia (donde se nota la germanización de la palabra patatas, de ziemniaki a kartofle) o bulbynek por parte de los polacos originarios de Leópoli (hoy territorio ucraniano).

Otro nombre con el que este plato se conoce también en Polonia es kugiel, un nombre parecido a kugel, el utilizado por los judíos ashkenazi ✡️ (originarios de Alemania, Europa del este y Rusia) y también parecido al que los vecinos lituanos 🇱🇹 utilizan (kugelis) para etiquetar esta delicia que los polacos llevaron en su territorio durante los siglos en los que Polonia y Lituania estuvieron unificados (hasta 1795). Sin embargo, la tarta de patatas se encuentra en las gastronomías de otros países: me refiero a Bielorrusia 🇧🇾, otro país lindante donde se considera como plato tradicional nacional y donde conserva el nombre de babka de patatas.

Cada país o región aporta pequeñas variaciones a la receta, versionándolas como decíamos al principio. En términos de ingredientes, la base está siempre compuesta por patatas 🥔 crudas finamente ralladas, pero la fantasía y los gustos se imponen a la hora de determinar los demás: hay quien pone cebollas sofritas 🧅, quien panceta 🥓 salada frita o ahumada y cocida, quien diversos tipos de longaniza y quien carne picada. Dependiendo del cocinero, además, la consistencia varía: la muy curiosa textura que confieren las patatas ralladas en crudo y luego horneadas (que es agradablemente gomosa) puede resultar en una tarta más delicada o en una más compacta.

Sin más historia ni explicaciones os revelamos qué tipo de babka ziemniaczana os enseñamos a preparar hoy: en la nuestra habrá cebolla sofrita, panceta y carne picada bien sazonada (para que la mezcla recuerde un poco la longaniza)- Además, optaremos por una versión más delicada donde destaque la especial textura de los trocitos de patata (aunque reconocemos que hemos sido muy generosas con la cantidad de carne jeje).

Atrévete a degustar la babka ziemniaczana: ¡si tantas naciones y personas han decidido mantener y dar un lugar especial a esta receta, tendrá que ser necesariamente porque está deliciosa y adictiva! 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Patatas: 6-7 grandes (aunque puedes ser más abundante)
  • Carne picada/Longaniza: 400 g
  • Panceta salada curada/Bacon ahumado/Guanciale: 80 g
  • Cebolla: 1 mediana
  • Huevo: 1
  • Sal/Cubito de caldo: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Mejorana/Tomillo: al gusto
  • Ajo deshidratado: al gusto
  • Jengibre: al gusto [opcional]
  • Aceite/Mantequilla/Margarina: 1 cucharada

Realización

Limpia la cebolla y pícala en cubitos de mediana dimensión. Pica la panceta salada en cubitos pequeños.

En una sartén, vierte la panceta picada y deja que se derrita y se vuelva crujiente. Cuando empieza a dorarse, añade la cebolla y deja que ésta se dore también. Retira la cebolla y la panceta, dejando cuanta más grasa posible en la sartén. Añade una cucharada de aceite y desmenuza sobre la sartén la carne picada. Sazona con el cubito de caldo (o la sal) y todas las demás especias (pimienta, mejorana, ajo y jengibre). Deja que la carne se cocine a fuego mediano-alto hasta que coja un bonito color marrón y una textura crujiente, antes de volver a incorporar la cebolla y la panceta. Mezcla, corrige el punto de sal y especias, si es necesario, y apaga.

Pela las patatas y lávalas bajo el agua. Si bien la versión origina de la receta indica que hay que rallar las patatas por la malla fina de un rallador, te aconsejo cortar las patatas en trozos y agilizar la tarea utilizando una batidora en la que añadirás, además, un poco de sal y un huevo. Tienes que lograr un compuesto uniforme, sin trozos y aireado.

Vierte el compuesto en un colador de malla fina colocado sobre un bol (quizás quieras hacerlo primero con la mitad de las patatas y luego con la otra), removiendo con una espátula o una cuchara para que el líquido en exceso acabe en el bol, que dejarás apartado y sin mover durante unos minutos.

Vierte las patatas escurridas en otro bol, agrégales la carne de la sartén y mezcla bien. Cuando hayan transcurrido unos 3-5 minutos desde que hayas colado el líquido de las patatas, inclina el bol sobre el fregadero para que el líquido de la superficie se caiga y se quede una sustancia blanca en el fondo del bol: es la fécula (almidón) de las patatas, que hay que recoger con una cuchara o espátula y agregar a las patatas para que ligue mejor los ingredientes. Mezcla bien.

Enciende el horno a 210ºC con modalidad ventilada, si la tienes, y mientras éste se calienta, coge dos moldes rectangulares de aprox. 30x10cm (o un único molde más grande de la forma que prefieras) y revístelos con papel para horno. Reparte el compuesto entre los dos moldes, tratando de esparcirlo uniformemente con una espátula o una cuchara sin dejar espacios vacíos y tratando de nivelar la superficie al final.

Hornea en horno ya caliente durante aprox. 45 min, aunque el tamaño y la forma del molde, así como el espesor (altura) de la masa pueden hacer variar bastante el tiempo de cocción. En todo caso, la superficie de la babka ziemniaczana tiene que estar muy bien dorada y la textura resultar compacta.

Saca del horno y espera unos minutos para retirar del molde.

Corta la babka en lonchas o trozos. Sírvela así, si te gusta más suave. o pásala durante unos minutos sobre una sartén caliente (con muy poco aceite) para que se cree una capa crujiente por todos los lados.
¡Nosotras aconsejamos probar las dos versiones, porque cada una es especial y deliciosa!

Babka ziemniaczana – tarta polaca de patatas y carne

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes personalizar la receta utilizando diferentes tipos de carne: experimenta con longanizas aromatizadas, carne picada de diversos animales, prueba con el bacon ahumado o incluso añade un toque español utilizando chorizo fresco o curado, dulce o picante.

Si quieres una babka más compacta, una que puedas cortar en lonchas más sutiles y bien firmes, añade a las patatas 2 cucharadas de fécula de patatas o almidón de maíz (Maizena) a las patatas ya escurridas.

Al día siguiente, la babka queda de maravilla si la cortas en trozos y la fríes en la sartén con un poco o en abundante aceite. 😉

Si te sobra o has preparado una doble porción, puedes congelar la tarta una vez que esté enfriada y la hayas desmoldado.

Atún marinado en salsa de miel, soja, guindilla y almendras

Presentación

La Navidad y Año Nuevo se acercan y con ellas las ganas de buscar un segundo plato de pescado que pueda satisfacer nuestros paladares y asombrar nuestros familiares en estos días de fiesta. Esta receta cumple indudablemente con ambos requisitos: el atún marinado en salsa de miel, soja, guindilla y almendras es una verdadera exquisitez que merece un sitio especial en tu mesa. 🐟

Los frescos filetes de atún absorben los distintos y complementares aromas de su marinado: la dulce y viscosa miel 🍯, la sabrosa salsa de soja que aporta el toque umami y la salinidad a nuestro pescado, el refrescante aroma de limón 🍋 y el atrevido (pero delicado) matiz picante de la guindilla 🌶️.

Estos sabores, atrapados en el pescado, se mantienen en su tierno interior mientras el rápido salteado sella el exterior creando una capa crujiente rematada por la textura y el aroma de la almendra picada.

¡No dudes más: esta gustosa receta se prepara de forma sencilla y muy rápida y puedes aprovechar el tiempo de marinado para preparar otro plato! 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Filetes de atún: 4 porciones individuales
  • Salsa de soja: 4 cucharadas
  • Salsa Louisiana/Tabasco*: 1-2 cucharadas
  • Zumo de limón o lima: 4 cucharadas
  • Miel: 3 cucharadas
  • Almidón de maíz (Maizena): 1 cucharadita
  • Aceite de oliva virgen: 2 cucharadas
  • Almendras: 10 (sin cáscara)

*Sustituible por unas rodajas de guindilla fresca machacadas en un mortero.


Realización

Empieza preparando la salsa en la que marinaremos el atún. En un bol grande vierte la miel, el zumo de limón o lima, la salsa de soja y la salsa picante (Lousiana o Tabasco) y las almendras finamente picadas. Mezcla bien para emulsionar la salsa.

Tras haber secado los filetes de atún con una hoja de papel absorbente, colócalos en el bol. Mueve los filetes para asegurarte que se hayan bañado todos en la salsa y a lo largo de toda la superficie. Tapa con un plato y deja que el pescado se marine durante unos 20 minutos, removiendo los filetes al menos un par de veces para asegurarte que la salsa penetre de forma uniforme.

Pasado ese tiempo, pon una sartén a calentar (fuego mediano-alto). Cuando haya llegado a temperatura, saca un filete del bol y colócalo en la sartén. El tiempo de cocción depende del grosor de tu filete: buscamos sellarlo por fuera, dejando una capa crujiente, pero queremos dejarlo rosa y suave por dentro. No lo cocines mucho y asegúrate frecuentemente que la textura siggue suave apretando en el centro con un tenedor.

La salsa que ha quedado en el bol la vamos a aprovechar: añade la maizena y mezcla bien. Sobre la sartén que hayas utilizado para los filetes, vierte la mezcla y deja que se espese a fuego mediano. Vierte esa salsa sobre tu filetes o en cuenco que sirvas a parte.

Sirve inmediatamente.

Atún marinado en salsa de miel, soja, guindilla y almendras
Atún marinado en salsa de miel, soja, guindilla y almendras

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes sustituir las almendras picadas por sésamo blanco o negro.

Si quieres un toque más oriental, sustituye el aceite de oliva por aceite de sésamo.

Para un aroma cítrico más potente, ralla un poco de la cáscara del limón o lima en tu salsa. 😉

Pechuga de pollo rellena de carne de cerdo, ciruelas pasas y manzana

Presentación

En esta época del año, cercana a la celebración norteamericana de Acción de Gracias, vemos por todas partes imágenes muy apetecibles de pavo relleno y de otras recetas que nos hacen desear celebrar esa fiesta también con tal de poder degustar esas delicias. 😜

Entonces, ¿por qué privarnos de ese gusto si podemos preparar los mismos platos o versiones más adecuadas a nuestra familia? Esta vez os propongo preparar una receta inspirada al pavo relleno norteamericano, pero en tamaño pequeño y formato más cómodo. ¡Estoy hablando de un segundo plato de pechuga de pollo rellena! 🍗

Utilizando una algunos ingredientes que transmiten de maravilla la magia de esta temporada, vamos a rellenar el pollo con jugosa y sabrosa carne de cerdo y dulces y aromáticas ciruelas pasas y manzanas: ¡una combinación increíble para el pollo! 🍎


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechuga de pollo entera: 1
  • Carne picada de cerdo: 200-250 g
  • Manzana: 1
  • Ciruelas pasas: 4-5
  • Panceta salada/Tocino: 1 loncha de 4 mm
  • Cebolla: ½
  • Mejorana: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva/girasol: un poquito

Realización

Este plato se basa en el uso de la pechuga de pollo como envoltorio del relleno y la mejor forma de preservar toda su jugosidad es utilizar la piel del pollo como protección externa de la pechuga. Por este motivo, es preferible que compres un pollo entero, puesto que viene con piel, lo deshueses (aquí un vídeo en el que se explica cómo proceder) y retires, cortándolas, las partes que no son pechuga o piel de la pechuga para emplearlas en otra receta. La piel del pollo puedes separarla de la carne y luego envolverla alrededor del rollo de pollo: no es un problema 😉

Si no quieres hacer este paso, intenta pedir a tu carnicero si te puede deshuesar el pollo, y sacar la pechuga entera, manteniendo su piel. Si no es posible, compra una pechuga entera limpia (aunque sea sin piel) y trabaja con esa: en el apartado de sugerencias encontrarás una buena alternativa a la piel de pollo para que se quede jugoso. 😉

Para que la pechuga pueda envolver el relleno, hace falta abrirla para aumentar su superficie. Esto se hace incidiendo la pechuga con un cuchillo y «desrollando» la carne como si buscáramos disminuir el espesor de la pechuga: aquí tienes un vídeo en el que puedes apreciar mejor la serie de movimientos.

Una vez que tienes la pechuga preparada, métela un momento en la nevera y prepara el relleno.

Pica finamente la panceta salada y deja que se derrita y haga crujiente en una sartén a fuego medio-alto con un chorrito de aceite. Añade la carne picada, sazona con sal, pimienta y mejorana y deja que se dore. En la espera, elimina el eventual hueso de las ciruelas y pícalas cada una en unos 3-6 trozos, dependiendo del grosos que quieras.

Por último, pela la manzana, elimina el centro con las semillas y rállala por la malla gruesa de tu rallador. En una sartén pequeña saltea durante unos 3 minutos las manzanas con las ciruelas.

Mezcla la carne con la fruta y vuelve a coger la pechuga de pollo.

Pica la cebolla en juliana (no fina) y apártala de momento.

Abre la pechuga sobre tu tabla de cortar o encimera y coloca en su interior el relleno. Enrolla la carne estrechamente (como si hicieras una espiral), para asegurarte de que el relleno queda en el interior. Envuelve con la piel de pollo.

Para que todo se quede en su sitio, envuelve con hilo para cocinar (o simple hilo blanco para coser o, si no tienes, clava unos palillos de dientes en la parte donde se solapan las capas de pollo).

Coloca en una bandeja para horno, vierte la cebolla, añade un poco de mejorana y una pizca de sal. Rocía con aceite y mezcla un poco. Coloca encima el rollo de pollo, tratando de poner la parte donde se solapan las capas de pollo por debajo, especialmente si has utilizado los palillos.

Hornea en horno ya caliente a 180ºC durante aprox. 25-30 minutos.

Pechuga de pollo rellena de carne picada, ciruelas pasas y manzana

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si no has podido trabajar con piel de pollo porque has utilizado una pechuga ya limpia, puedes envolver la pechuga con lonchas finas de tocino, panceta salada o bacon ahumado antes y fijarla de la misma manera con hilo o palillos antes de hornear: de esa manera quedará más jugosa 😉
En ese caso, quizás quieras compensar ese extra quitando la panceta del relleno.

Juega con las hierbas aromáticas que prefieras: sustituye o complementa la mejorana por romero, tomillo o lo que prefieras.

Cordon Bleu de calabacín

Presentación

El Cordon Bleu, conocido también como San Jacobo en España, es un apetecible segundo plato que prevé esconder entre dos capas de carne rebozadas y fritas un relleno de queso y jamón.

En esta receta, que puede ser igualmente un segundo plato o presentarse como entremés o tapa, vamos a mantener la esencia del plato, pero sustituiremos la carne por calabacines. Así, es: hoy en tu menú habrá golosos cordons bleus de calabacín. 😋

Seguramente la idea de un cordon bleu de verduras la asocies con nuestra popular receta de Cordon bleu de berenjena, pero ha llegado el momento de experimentar con nuevas verduras y de rendirse, una vez más, al delicioso relleno de queso fundido y jamón y a la crujiente capa de rebozado. Al fin y al cabo, ¿qué mejor compromiso y equilibrio entre verduras y cosas gustosas que éste, para que grandes y pequeños coman las hortalizas con entusiasmo? 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Calabacines: 3
  • Jamón cocido extra: 220 g
  • Queso tierno/Gouda/Mozzarella para pizza: 300 g
  • Pan rallado: para rebozar
  • Huevos: 2
  • Aceite de oliva/de girasol: para freír
  • Sal: al gusto

Realización

Lava los calabacines y elimina las extremidades. Corta cada calabacín en 3-5 trozos (reduciendo así su largueza, pero conservando la sección redonda), dependiendo del tamaño de Cordon Bleu que quieres lograr.

Utilizando una mandolina o un cuchillo, saca de cada trozo unas lonchas (de sección aproximadamente rectangular, no redonda): te aconsejo un espesor de unos 4-5 mm para cada loncha. Mantén las lonchas en orden de corte, para que te resulte más fácil crear parejas de tamaño similar.

Coge una loncha de calabacín y coloca encima un poco de jamón y luego una loncha de queso. Tapa con otra loncha de calabacín. Repite hasta haber preparado todos los Cordons Bleus y luego esparce un poquito de sal encima de cada uno.

Ahora reboza todo por cada lado primero en huevo batido y luego en pan rallado.

En una sartén calienta el aceite a fuego medio-alto y fríe algunos Cordons Bleus a la vez hasta que estén dorados por ambos lados. Cuando estén listos colócalos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Cordon Bleu de calabacín
Cordon Bleu de calabacín

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes preparar esta receta prescindiendo del queso y aumentando la cantidad de jamón cocido: así será perfecta para los intolerantes a la lactosa 😉

Si quieres jugar con los aromas, en lugar del pan rallado normal puedes utilizar el que lleva ajo y perejil.

Escalopes de pollo al limón (Scaloppine di pollo al limone)

Presentación

Las Scaloppine di pollo al limone, es decir los escalopes de pollo al limón, son un segundo plato de carne muy famoso en Italia que podréis recrear en vuestras cocinas con indudable éxito. 🍗🍋

Esta receta, trabajada hasta la perfección por Margarita, os permitirá sacar todos los colores más chillones y llamativos de los ingredientes, empezando por un ligero y delicioso caramelizado de la carne que la deja jugosa, pero crujiente, y terminando con varios otros secretos que hemos decidido compartir con vosotros.

Este plato, en el que reinan los matices amarillos, os cautivará nada más verlo, pero será el delicado e inconfundible aroma y sabor a limón de su salsa, tan agradablemente espesa, lo que os dejará repitiendo y chupándoos los dedos. 😋


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechugas de pollo: 2
  • Limón: 1
  • Harina: 5-6 cucharadas
  • Sal: al gusto
  • Cubito de caldo: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Cúrcuma: al gusto (opcional)
  • Aceite de oliva: para freír

Realización

Empieza limpiando las pechugas de pollo y cortándolas en lonchas de unos 5-6 mm de espesor. Coloca las lonchas sobre un plato sin hacer solapar los trozos. Sazona con sal y pimienta.

En un pequeño bol vierte dos cucharadas abundantes de harina y unas pizcas de cúrcuma y mezcla. Vierte la harina en un pequeño colador de acero y utilízalo para esparcir la mitad de la harina encima del pollo. A continuación, da la vuelta a las lonchas de pollo y termina de esparcir la harina por ese lado también.
[Nota: la harina nos permitirá dorar mejor la carne y las pizcas de cúrcuma le conferirán un color delicadamente más amarillo y chillón que notarás después de la cocción y que hará todo aún más apetecible 😉 ]

En una sartén vierte unas 4 cucharadas de aceite y fríe a fuego alto los filetes: los queremos doradas por ambos lados. Rocía la carne con un poco de zumo de limón: esto nos ayudará a caramelizarla. Cuando esa ronda esté lista colócala en un plato, añade un poco más de aceite a la sartén y sigue friendo hasta acabar la carne.

En el aceite que ha quedado en la sartén, esparce unas 3 cucharadas de harina y deja que ésta se sofría a fuego mediano-alto, mezclando con frecuencia.
[Ojo: si ves que la harina no hace burbujas, hace falta añadir un poco más de aceite o, si lo prefieres, mantequilla/margarina]

Cuando la harina esté dorada, vierte 1 vaso de agua y mezcla enérgicamente. Para sazonar utiliza un poco de cubito de caldo pulverizado, ralladura de la cáscara de un limón (guarda un poco para decorar) y el zumo que te queda del limón. Mezcla bien: tienes que lograr una salsa espesa, pero lisa. Deja cocinar un par de minutos.
[Nota: si te gusta mucha salsa (y ya te digo que esta está para chuparse los dedos), aumenta la cantidad de harina a la hora de sofreírla, así como la cantidad de agua.]

Ahora tienes que decidir cómo emplatar:

  1. Si quieres emplatar como en la foto, entonces coloca en el plato la carne, rocíala con un poco de salsa y esparce otro poco de salsa al lado. Decora con ralladura de limón y, eventualmente, lonchas finas de limón.
  2. Si prefieres un look más rústico y práctico, vierte en la sartén los filetes de pollo y mezcla bien para que queden recubiertos por la salsa. Sirve directamente desde la sartén o emplata. Decora con ralladura de limón.
"Scaloppine" de pollo al limón
«Scaloppine» de pollo al limón

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Sirve las scaloppine de pollo recién preparadas para disfrutar de la mejor textura de la carne y de la salsa.

Combina este segundo de carne con una refrescante mezcla de ensaladas o una porción de patatas (en puré, fritas, o hervidas y salteadas).

Lomo de cerdo con manzanas y miel

Presentación

No es ningún secreto que las jugosas peras y las manzanas combinan de maravilla con diversos tipos de carne y que pueden aprovecharse para cocinar incluso cuando están muy maduras… algo que pasa con facilidad en días tan calurosos como los de verano.

Hoy queremos aprovechar, en un segundo plato a base de lomo de cerdo, todo el potencial de las manzanas: resaltaremos su toque ácido con la dulzura de la miel y añadiremos otro complemento que marida íncreiblemente, es decir, un poco de mostaza. 🍏🍯

Esta mezcla de sabores y el juego de texturas, las manzanas más blandas y delicadas y la carne más firme y crujiente, te harán querer repetir porción 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Lomo de cerdo: 800 g
  • Manzanas: 3
  • Mostaza (lisa o antigua): 50 g
  • Miel: 50 g
  • Limón: zumo de ½
  • Aceite de oliva: lo suficiente
  • Mejorana: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Empieza preparando la carne: límpiala eliminando eventuales partes grasas, pásala debajo del agua y sécala con papel de cocina. Corta la carne primero en rodajas y después en tiras no demasiado gruesas. Sazona con sal, pimienta y mejorana.

Ahora prepara las manzanas. Tras haberlas lavadas, retira la piel utilizando un pelador para patatas. Saca unos gajos de unos 7 mm de espesor y elimina la parte con semillas de cada uno. Rocía con zumo de limón para evitar que se oxiden.

En una sartén añade un chorrito de aceite y, cuando notes que está caliente, vierte la carne. Fríela utilizando una temperatura alta al principio y removiendo con frecuencia, para que quede uniformemente dorada. Después añade la manzana, baja la temperatura del fogón y deja cocinar unos 3 minutos más.

Añade a la sartén la miel y la mostaza y remueve bien para cubrir toda la carne de forma homogénea. Si notas que te cuesta y/o que la salsa se ha espesado demasiado, añade un poco de agua.
(Nota: No te preocupes si has añadido demasiada agua, pues puedes dejarla evaporar hasta lograr la consistencia perfecta 😉 ).
Cocina la carne durante unos 4-5 minutos más.

Divide la carne en porciones y emplata, repartiendo también la salsa.

Lomo de cerco con manzanas y miel
Lomo de cerdo con manzanas y miel

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si te gusta la mostaza antigua (la que lleva semillas), puedes utilizarla para jugar tanto con las texturas como para darle un toque extra al emplatado.

Puedes eliminar la mejorana y añadir, junto a las manzanas, un ramito de romero, si prefieres esta combinación.

Consumir enseguida.

Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo

Presentación

En verano muchas personas, cocinill@s incluidos, buscan platos deliciosos y llamativos que puedan lograrse estando poco tiempo delante de los fogones o que puedan servirse tibios o fríos. ¿A qué te sientes identificad@?

Esta receta que combina marisco, verdura y carne encarna completamente esta necesidad y se convertirá en un gran éxito para tus quedadas o para picar algo cuyo sabor iguala la pintaza que tiene. Prepara este salteado de gambas, calabacines y chorizo que despertará tus papilas gustativas y cautivará tus ojos con sus colores.

Lo tendrás listo en menos de 15 minutos (y no los pasarás todos ante los fogones, ¡prometido!) utilizando una sola sartén (= menos para fregar después) y podrás degustarlo caliente, tibio o incluso frío: ¡te va a encantar a cualquier temperatura! 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 15 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Gambas pequeñas: 200 g (pueden ser congeladas)
  • Chorizo dulce o picante: 200 g
  • Calabacines: 2-3 grandes
  • Aceite de oliva virgen extra: 2 cucharadas
  • Cúrcuma: al gusto
  • Ajo molido: al gusto
  • Sal o cubito de caldo: al gusto

Realización

Empieza lavando los calabacines y eliminando las extremidades. Corta el calabacín en 3 o 4 lonchas de igual espesor en el sentido de la mayor largueza (es decir, no tienes que obtener rodajas). Después divide las lonchas en 3 o 4 partes realizando cortes en el mismo sentido para sacar unas tiras largas cuanto el calabacín. Finalmente reduce la largueza de las tiras para que te queden de unos 4 cm de largo aproximadamente.

Retira la piel del chorizo y córtalos en medias rodajas. Si tus gambas tienen caparazón, quítalo y límpialas.

Vierte los calabacines en una sartén con un poco de aceite y sazona con un poco de cúrcuma (que es muy saludable y aporta un color llamativo), una pizca de ajo molido y una pizca de sal o un poco de cubito de caldo desmenuzado.
[Ojo: No te pases con la sal porque el chorizo suele estar ya salado. Mejor añadir después de haber mezclado todo, si hace falta. 😉 ]

Al principio deja que los calabacines se cocinen con el fogón a máxima potencia, para que adquieran rápidamente color, y luego reduce a media potencia. En total no hace falta cocinar más de 3 minutos: queremos que la verdura se quede crujiente.

Retira los calabacines y en la misma sartén añade un poco de aceite y las gambas. Sazona con una pizca de sal o el cubito de caldo desmenuzado. Deja que se doren a fuego medio alto hasta quedarse doradas.
[Ojo: si las utilizas congeladas, es normal que se encojan un poco 😉 ]

Retira las gambas y, siempre en la misma sartén, deja que el chorizo adquiera una textura crujiente. Retira el chorizo sin el exceso de aceite.

Ahora junta los tres ingredientes, mezcla, emplata y sirve.

Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo
Salteado de gambas, calabacines y crujiente chorizo

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Juega con el chorizo: utiliza el chorizo dulce una vez y atrévete con el picante a la siguiente.

Puedes sustituir el chorizo con tiras de bacon ahumado.

Si te gustan los platos bien especiados, puedes sazonar los calabacines con toques de curry y de jengibre molido y decidir si dejar el ajo.

Albóndigas en salsa de tomate casera con guisantes – sin lactosa

Presentación

Si te apetece un segundo plato de carne muy versátil, en el que puedas emplear la carne que prefieras o tengas, que haga feliz a toda tu familia o grupo de amigos y que incluya una sabrosísima salsa de tomate casera, has encontrado la receta correcta.

Prepara estas albóndigas súper sencillas, sin lactosa o derivados del pan, que puedes personalizar eligiendo entre un acabado bien crujiente u otro más blando. Mira también en las sugerencias: encontrarás más trucos para que te queden extra suaves 😉

Y cómo las servimos con una saludable porción de guisantes, ¿por qué no «endulzar» esta combinación a los peques, añadiendo unos espaguetis y sacando de la manga la famosa escena de la Dama y el Vagabundo? 🐶🍝🐶


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30-45 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Carne picada: 800 g (de cerdo, vacuno, pollo, pavo o mixta)
  • Guisantes: 2 latas (o 500 g escurridos)
  • Tomate triturado: 800 g
  • Huevos: 2 medianos
  • Cebolla: 1 grande
  • Ajo: 1 diente pequeño
  • Mejorana y/o orégano: al gusto
  • Tomillo: al gusto
  • Nuez moscada: una pizca
  • Jengibre molido: al gusto
  • Cúrcuma: al gusto (opcional)
  • Pimienta: al gusto
  • Cubito de caldo: al gusto (para sustituir la mayor parte de sal)
  • Sal: al gusto
  • Azúcar: ½ cucharadita
  • Aceite de oliva virgen extra: para freír
  • Harina de trigo: para rebozar

Realización

Empieza preparando la salsa.

Limpia y pica finamente la cebolla y el ajo. Calienta un poco de aceite en una sartén a fuego medio-alto. Añade el ajo y, en cuanto empiece a dorarse ligeramente, añade la cebolla y deja que se poche a fuego mediano.

Sazona con el cubito de caldo, la pimienta, la mejorana, el orégano, el tomillo, la nuez moscada, la cúrcuma y el jengibre y deja que se sofría.
(Ojo: es mejor que empieces incorporando la pimienta y la nuez moscada con prudencia, para que luego el plato no sea demasiado agresivo con tu estómago 😉 ).

Cuando la cebolla esté empezando a dorarse, vierte los guisantes escurridos y deja que se calienten. A continuación, vierte el tomate triturado y limpia la lata con medio vaso de agua: esto nos permite aprovechar todo el tomate y ganar tiempo para cocinar la salsa sin que se quede seca ;).

Añade la media cucharadita de azúcar y remueve bien. Controla si necesitas sazonar más con el cubito o con alguna especia. Tapa y deja que se cocine a fuego bajo-mediano durante unos 10-15 minutos.

En la espera, prepara las albóndigas.

Pon la carne en un bol y sazona con sal, pimienta, jengibre molido y nuez moscada. Casca los dos huevos y mezcla con tus manos durante unos 3-5 minutos: la masa tiene que absorber totalmente los huevos y quedarse lisa y densa.

Cómo formar albóndigas iguales

Forma unas bolitas uniformes del tamaño que prefieras.
(Truco: Puedes utilizar la técnica de la GIF que hay al lado. Unta la palma mano con un poco de aceite. Pon un poco de carne en la palma, ciérrala y aprieta para que la albóndiga salga del agujero que forma tu pulgar con tu índice. Utiliza una cuchara para coger la albóndiga y colocarla sobre tu tabla de cortar. 😉 )

Reboza ligeramente las albóndigas con harina.

En una sartén añade un poco de aceite. Cuando esté bien caliente, empieza a colocar las albóndigas. Si también te gustan bien crujientes por fuera, márcalas al principio y por todos los lados con fuego medio-alto; luego deja que se terminen de cocinar a fuego mediano.

Ahora queda solo juntar las albóndigas con la salsa y decidir si las albóndigas te gustan crujientes o más blanditas:

  • Si eres del equipo #AlbóndigasCrujientes: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y, o bien sirve ya, o deja cocinar como mucho durante unos 2-3 minutos, para que se mezclen los sabores.
  • Si eres del equipo #AlbóndigasBlandas: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y deja que se cocinen al menos unos 10 minutos. (Truco: Si notas que la salsa se ha espesado demasiado, puedes añadir un poco de agua al principio de esta segunda cocción ;))
Albóndigas con salsa de tomate casera y guisantes

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si las albóndigas te gustan bien suaves por dentro, independientemente del acabado exterior, puedes utilizar dos trucos más que, además, hacen que puedas servir raciones más económicas:

  • Versión sin lactosa: añade entre 100 y 200 g de pan rallado a la carne picada antes de mezclarla para que absorba los huevos.
  • Versión con lactosa: desmenuza entre 100 y 200 g de miga de pan o pan para sándwich en un plato hondo donde has vertido medio vaso de leche (o un poco más). Cuando el pan esté bien empapado, escurre un poco, añádelo a la carne ya amasada y vuelve a amasar bien para que quede una masa lisa.

Puedes conservar este plato en la nevera durante 1 día y volver a calentarlo antes de consumirlo. También puedes congelar unas porciones utilizando un recipiente hermético o una bolsita de plástico apta para alimentos.

Pastel salado de calabaza y patatas con queso y jamón serrano

Presentación

Este pastel alterna deliciosos sabores e interesantes consistencias… la dulzura de la calabaza, la suavidad de las patatas, el toque salado del jamón y la textura cremosa del queso fundido.

Es un plato que puede prepararse de antemano y hornearse antes de servir como segundo plato o como entremés y la receta es tan sencilla que no hay forma de que no salga perfecta. 😉

¿A qué esperas? ¡Manos a la obra!


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Patatas: 500 g
  • Calabaza: 500 g
  • Jamón serrano: 120 g (en lonchas)
  • Queso Provola: 200 g (sustituible por Gouda, Havarti, Brie, Mozzarella, etc)
  • Parmigiano Reggiano: 60 g
  • Romero: 1 ramita
  • Aceite de oliva virgen extra: lo suficiente
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Pela las patatas y la calabaza y quita las semillas de ésta última.

Pon las patatas a hervir en agua salada y deja que se cocinen (estarán listas cuando puedas clavar un cuchillo y notes que están blandas).

Escurre las patatas y deja que se enfríen antes de cortarlas en lonchas de 5 mm. Sazona con aceite, sal y pimienta.

Corta lonchas de calabaza de unos 5 mm de espesor y sazona también con aceite, sal y pimienta.

Corta lonchas de Provola (o ralla por la malla grande si lo prefieres) y ralla el Parmigiano Reggiano (por la malla pequeña).

Pastel salado de calabaza y patatas con queso y jamón serrano

En una fuente pequeña para horno esparce un poco de aceite en el fondo. Coloca una capa de patatas, una de lonchas de jamón, otra de calabazas y finalmente el queso provola y un poco de Parmigiano Reggiano rallado. Repite las capas en este orden hasta acabar los ingredientes.

Al final esparce el romero y hornea durante unos 35-40 minutos en horno ya caliente a 180ºC. Sirve recién sacado del horno.

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si prefieres sustituir el romero por orégano o tomillo, si lo prefieres.

El jamón serrano puede reemplazarse por jamón cocido, speck, bacon previamente frito, etc.

Si esta delicia te sobra, puedes volver a calentarla en el microondas 😉

Pollo con tomate, aceitunas y Parmigiano Reggiano

Presentación

Déjate cautivar por este segundo plato de pollo… ¡tendrás que volver a prepararlo en cuanto tus comensales le hayan sacado brillo a la olla que pongas en la mesa!

Este segundo de carne está muy rico y es una exitosa mezcla de ingredientes y texturas.

El tierno pollo está envuelto en una espesa salsa de tomate, aromatizada por un sabroso sofrito, aterciopelada gracias al queso… que también te encontrarás en indulgentes trocitos. El todo, resaltado por el rotundo y ácido sabor de las aceitunas 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechugas de pollo: 2 enteras o 4 mitades
  • Tomate triturado: 350 g
  • Cebollas: 1 grande
  • Aceitunas manzanilla con anchoas/aceitunas negras: 150 g (peso escurrido = 1 lata)
  • Aceite de oliva: lo suficiente
  • Ajo deshidratado: al gusto
  • Orégano: al gusto
  • Guindilla molida: al gusto
  • Cubo para caldo: 1
  • Pimienta: al gusto
  • Parmigiano Reggiano: al gusto

Realización

Limpia la cebolla y pícala finamente. Deja que se sofría en una olla con aceite de oliva. Incorpora el cubo de caldo para que se disuelva y sazona con ajo y pimienta.

Pica la pechuga de pollo en cubitos o tiras y añádela a la olla (con el fogón a máxima temperatura) cuando la cebolla esté bien dorada. Deja que se dore hasta que esté bien cocinado. Pollo olivas y tomate.jpg

Incorpora el tomate triturado y las aceitunas cortadas por la mitad. Sazona con orégano y verifica si hace falta corregir la cuantía de las demás especias.

Mientras se cocina unos minutos, ralla el Parmigiano Reggiano por la malla fina y, si te sobra la cáscara de queso, pícala en cubitos y deja que se cocine con el pollo: se ablandará y aportará mucho sabor.

Cuando hayas finalizado la cocción y la salsa haya absorbido los sabores y se haya espesado, esparce el queso rallado por encima y cubre con tapa unos minutos.

¡Sirve!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes utilizar Grana Padano u otro queso curado, si lo prefieres.

Puedes jugar mucho con las aceitunas: verdes, negras, sin relleno o con anchoas o pimientos 😉

Conserva durante 1 día en la nevera. Se puede volver a calentar.