Pasta alla puttanesca (Tagliatelle a la puttanesca)

Presentación

Lo que los extranjeros más asocian a la cocina italiana es sin duda el binomio «pizza y pasta». En efecto, hay que reconocer que los italianos destacan por su gran fantasía para condimentar de formas diferentes y siempre gustosas un trozo de masa y un puñado de pasta.

Hoy vamos a enfocarnos en esta segunda parte del binomio, preparando un primer plato italiano 🇮🇹 muy conocido: la Pasta alla puttanesca 🍝.

Esta receta, en la que el tipo de pasta (larga o corta) es totalmente intercambiable, se caracteriza por una salsa hecha con ingredientes potentes e inconfundibles. Las anchoas 🐟 se derriten en un aceite aromatizado con ajo y guindilla 🌶️ y se mezclan con las intensas alcaparras, las gustosas aceitunas y el refrescante tomate 🍅, para envolver las tagliatelle en una espesa capa de sabores que te van a encantar.

Disfruta de esta receta, cuyo origen se contiende entre el Lacio y la Campania, en familia o entre amigos: no tardarás nada en prepararla y no tiene ninguna dificultad. 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Tagliatelle (u otro tipo de pasta): 400 g
  • Tomate triturado: 400 g
  • Filetes de anchoas (en aceite): 25 g
  • Aceitunas negras sin hueso: 100 g
  • Alcaparras: 10 g
  • Ajo: 2 dientes
  • Guindilla: al gusto
  • Aceite de oliva: 2 cucharadas
  • Sal: al gusto
  • [Perejil fresco: opcional]

Realización

En una olla pon a hervir agua con sal. Cuando hierva, vierte las tagliatelle y remueve con frecuencia desde e principio para evitar que se pegue.

Mientras tanto prepara la salsa puttanesca.

Pica las alcaparras, apartando algunas enteras para la guarnición. Pica las aceitunas también.

En una sartén vierte el aceite de oliva y añade los dientes de ajo pelados para que se doren. Añade los filetes de anchoas y desmenúzalos con la ayuda de una cuchara de madera/espátula de silicona y del calor. Agrega las alcaparras, las aceitunas y la guindilla (fresca y picada o seca, en trozos o molida).
[Nota: Si te preocupa dosificar la guindilla picante, opta por guindilla molida y agrégala poco a poco después de haber añadido el tomate triturado: así controlarás exactamente la intensidad. 😉 ]

Mezcla y deja cocinar un minuto. A continuación, añade el tomate triturado y mezcla bien. Deja que se cocine a fuego mediano durante unos 10 minutos. Cubre parcialmente con la tapa para que la salsa se espese, pero no en exceso.
[Truco: en todo momento, puedes alcanzar la textura perfecta añadiendo agua del grifo (= salsa más líquida) o dejándola evaporar quitando la tapa (= más espesa).]

Escurre la pasta cuando esté en su punto y mézclala con la salsa puttanesca, a la que habrás quitado los dientes de ajo.

Emplata añadiendo un poco más de salsa sobre las tagliatelle, unas alcaparras enteras y, si lo deseas, un poco de perejil fresco recién picado.

Tagliatelle alla puttanesca
Tagliatelle alla puttanesca

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

La pasta debería comerse caliente y recién hecha, pero puedes conservarla en un recipiente hermético y en la nevera durante 1 día.

Focaccine al aceite de oliva (panecillos italianos al aceite de oliva)

Presentación

Estas focaccine al aceite de oliva tienen el poder de evocar recuerdos de la merienda en el colegio 🏫 a millones de italianos 🇮🇹 de las últimas 3 generaciones, yo incluida. En efecto, además de las charlas con los amigos, había otro motivo para contar los minutos que quedaban para el recreo: ¡poder saborear esta delicia súper suave por dentro y ligeramente crujiente por fuera!

Estas focaccine, que encierran todo el inconfundible sabor y aroma del aceite de oliva 🫒, en lugar de tener forma y tamaño de una bandeja (si bien la receta lo permitiría), tienen una apetecible forma redonda 🥯 y un cómodo tamaño monoporción. Estos puntos de fuerza las hacen perfectas para la merienda en el colegio o en el trabajo, tal y como son o cortadas por la mitad y rellenadas con quesos (para untar o semicurados) y embutidos de tu elección. También pueden utilizarse como sustitutos más golosos del pan o entremés en cualquier comida.

Esta versión ligera e indudablemente vegetariana, tiene una gemela «más atrevida», típica de la región Emilia-Romagna, que podrá los ojos en forma de corazoncito a los amantes de la panceta y del tocino… descúbrela en el apartado de sugerencias 😉.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 2 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 focaccine

Ingredientes

  • Harina de trigo: 150 g
  • Harina de fuerza (tipo Manitoba): 150 g
  • Levadura fresca de panadería: 7,5 g (= aprox. ⅓ de cubito)*
  • Agua tibia: 170 ml
  • Aceite de oliva: 2 cucharadas para la masa + para untar
  • Sal fina: ⅔ cucharadita + unas pizcas para la superficie**
  • Azúcar: 2 pizcas

*Sustituible por levadura seca de panadería en las proporciones indicadas por el fabricante en la confección.
** Para la superficie, puedes utilizar sal en escamas o sal gruesa si te gusta ese toque crujiente.


Realización

En un bol vierte las dos harinas y la sal y mezcla.

Calienta un poco el agua para que esté tibia (sin llegar a ser tan caliente como para que te queme los dedos, pues anihilarías la levadura).

Vierte en el bol las ⅔ partes del agua y en el tercio que te queda añade las pizcas de azúcar y la levadura desmenuzada (puedes utilizarla directamente incluso si guardabas el cubito en el congelador, pues el calor la derretirá) y mezcla para que se disuelva. Añade la levadura disuelta y las cucharadas de aceite.

Mezcla todo en el bol hasta lograr una masa compacta y entonces desplaza la masa sobre la encimera muy ligeramente enharinada para amasar durante 5-10 minutos: el amasado conferirá una textura lisa, elástica y no pegajosa a la masa que la dejará suave y aireada tras la cocción. Si lo prefieres, puedes mezclar y amasar todo con un robot de cocina.

Pon la bolita de masa en un bol grande y cúbrelo con un trapo limpio, dejando que repose durante 1,5 h en un lugar caliente para que doble o incluso triplique su volumen. (Si hace mucho calor, 1 h puede ser suficiente).

Pasado ese tiempo, divide la masa en 4 partes iguales (aprox. 125 g para cada porción) y amásalas en una bolita.

Coge una bandeja para horno, vierte un buen chorro de aceite y espárcelo sobre toda la superficie de la bandeja para crear una superficie antiadherente y una base que infundirá más sabor a nuestras focaccine. Coloca las cuatro bolitas sobre la bandeja y, con las manos aún untadas de aceite, aplástalas delicadamente para que tengan la forma de un disco de unos 12 cm de diámetro.
[Ojo: Asegúrate de que cada focaccina esté suficientemente separada de las demás: durante la cocción van a crecer aún más de tamaño y no queremos que se queden pegadas entre sí.]
Deja que las focaccine reposen unos 15 minutos más, para que crezcan un poco más. Gracias al hecho de que el aceite de tus manos se ha quedado sobre la superficie de la masa, ésta no va a secarse y no hace falta cubrir con un trapo.

Cuando falten 5 minutos, enciende el horno a 230ºC, modalidad ventilada si la tienes, para que vaya calentándose.

Si quieres que tus focaccine tengan unas pequeñas cavidades sobre la superficie para recoger mejor el aceite que echaremos encima antes de hornear, puedes presionar las yemas de tus dedos en algunos puntos sobre los discos. Si lo haces nada más haberles dado forma de disco, tras la cocción se quedarán ligeramente marcados [cómo aparecen en la foto]; pero si los quieres bien evidentes, espera a que se acaben los 15 minutos y presiona justo antes de hornearlas.

Esparce de forma uniforme un poco de aceite sobre la superficie de las focaccine (utiliza un pincel de cocina o tus yemas – pero con delicadeza -) y esparce un pizca de sal fina, en escamas o gruesa sobre la superficie de cada focaccina.

Pon la bandeja en horno ya caliente y hornea hasta que la superficie esté dorada, dando la vuelta a la bandeja hacia el final, si necesario, para lograr una cocción uniforme.

Extrae la bandeja del horno y rocía las focaccine recién salidas con un poco más de aceite de oliva, utilizando un pincel de cocina de silicona para cubrirlas de forma uniforme. Ese aceite quedará absorbido en un par de minutos. Si quieres que la superficie esté super suave como el relleno, en lugar de ligeramente crujiente, sustituye este rociado con aceite por unas pinceladas de agua recién extraídas del horno.

Deja que se enfríen un poco antes de removerlas de la bandeja.

Focaccine al aceite de oliva
Focaccine al aceite de oliva

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Amantes de la panceta, del tocino/manteca y del bacon 🥓: ¡prestad atención!
Si queréis probar una versión decadente de esta receta, típica de la región Emilia-Romagna 🇮🇹, tenéis que picar en cubitos pequeños un poco de panceta salada curada y dejar que se funda en la sartén a temperatura baja/mediana y apagar cuando empiece a perder su transparencia para volverse ligeramente blanca. En lugar de rociar la superficie de las focaccine con aceite antes de hornear, esparce la grasa que ha soltado la panceta (no es otra cosa que tocino/manteca derretid@) y finalmente esparce los trocitos de panceta que han quedado en la sartén sobre las focaccine: en la cocción se volverán crujientes. (Prescinde del extra de sal sobre la superficie, en este caso 😉 )

Conserva las focaccine en una bolsita de plástico (o equivalente biodegradable) durante 2 días en un lugar no caliente. Si quieres devolver a una focaccina la textura extra suave que tenía recién horneada, justo antes de consumirla, caliéntala unos segundos en el microondas.

Pasta con crema de tomates frescos y cebolla, setas salteadas y panceta crujiente

Presentación

Para la sección de primeros platos italianos de pasta 🍝, aquí viene una nueva receta que te dejará limpiando el plato con un dedo, para no desperdiciar ni un poquito de esta golosísima salsa.

Hoy proponemos unas tagliatelle (sustituibles por cualquier tipo de pasta larga o corta que te apetezca 😉 ) con gustosas láminas de setas salteadas 🍄 y crujientes trocitos de panceta curada 🥓, el todo envuelto por una sabrosa crema de tomates frescos 🍅 y cebollas sofritas 🧅.

Es un plato que no requiere muchos ingredientes, pero cada uno de ellos destaca de forma especial a esta delicia, contribuyendo a esta armonía de sabores y texturas.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Tagliatelle: 350 g (sustituible por otro tipo de pasta larga o corta)
  • Tomates: 4-5
  • Cebolla: 1
  • Champiñones: 5-6
  • Panceta curada salada/bacon ahumado: 100 g
  • Mantequilla/margarina/aceite de oliva: 2 cucharadas
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Parmigiano Reggiano: al gusto (para rallar encima)

Realización

Empieza calentando agua salada en una olla. Cuando el agua llegue a ebullición, vierte la pasta y mezcla con frecuencia desde el principio para que no se pegue.

Aprovecha el tiempo necesario para que el agua llegue a hervir y la pasta se cocine para preparar los ingredientes para la salsa.

Pica la panceta salada en cubitos o pequeñas tiras y la cebolla previamente limpiada también en cubitos (cuanto más finos, más rápido se pocharán). Limpia las setas (corta la base del tallo y elimina la tierra utilizando una esponja o un trapo ligeramente húmedo) y córtalas en láminas. Lava los tomates, córtalos por la mitad para eliminar más fácilmente el punto desde el cual sale la rama y pícalo en cubitos.

En una sartén añade una cucharada de mantequilla y la panceta salada picada. Deja que esta última se dore ligeramente y adquiera una textura crujiente antes de añadir las setas laminadas y cocinarlas. Retira las setas con la panceta utilizando una espumadera y colócalas, de momento, en un plato.

A la sartén donde ha quedado un poco de grasa y los sabores de la anterior cocción, añade la otra cucharada de mantequilla y la cebolla picada. Deja que ésta se dore. Añade los tomates frescos picados y deja cocinar unos minutos. Sazona con sal y pimienta (recordando que las setas y sobre todo la panceta ya llevan sal, así como el queso que rallarás encima después).

Vierte el contenido de la sartén en un recipiente alto y posiblemente no muy ancho para utilizar la batidora de mano y conseguir que la cebolla y el tomate se conviertan en una crema lisa: así tendrás la salsa de nuestro condimento.

Vierte la salsa en la sartén y añade las setas y la panceta. Mezcla para repartir bien los sabores y deja que se cocine unos minutos hasta lograr la consistencia deseada.

Cuando la pasta esté en su punto, escúrrela y añádele el condimento. Mezcla y emplata. Añade un poco más de salsa sobre la pasta y, como toque final, ralla encima un poco de queso Parmigiano Reggiano (paso opcional).

Pasta con crema de tomates frescos y cebolla, setas salteadas y panceta crujiente
Pasta con crema de tomates frescos y cebolla, setas salteadas y panceta crujiente

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes conservar la pasta preparada en un recipiente hermético y guardarla en la nevera durante un día. Vuelve a calentarla en la sartén con un poquito de mantequilla/margarina o aceite o, si lo prefieres, al microondas, removiendo de vez en cuando para lograr que se caliente de forma homogénea.

Pasta con crema de patatas y crujientes trocitos de longaniza y patata salteada

Presentación

¿Te apetece un primer plato de pasta cuyo condimento te permite jugar con diferentes texturas, logradas con éxito aprovechando al máximo tan solo dos ingredientes asequibles? 😉

Tienes que probar los rigatoni (u otro tipo de pasta corta) envueltos en una aterciopelada crema de patatas, con trocitos de crujiente longaniza y palillos de patata 🥔 salteados en la sabrosísima grasa soltada por la longaniza, lo que les confiere una textura firme y delicada por dentro y una capa dorada crujiente y muy gustosa por fuera. Como prometido: ¡solo 2 ingredientes para lograr un condimento excepcional y muy impactante!

Prepara esta receta (sin lactosa) para ofrecer un primer plato curioso, asequible y poco complicado a tus comensales o para mimarte y reconfortarte sin excederte con los gastos 💸.


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 40 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Rigatoni: 350 g (sustituible por otro tipo de pasta corta)
  • Patatas: 3 grandes
  • Longaniza: 150 g
  • Cubito de caldo: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva/de girasol: un chorrito

½ ⅓ ¼ ¾ ⅕ ⅙ ⅛ ⅔ ⅖ ⅚ ⅗


Realización

Empieza pelando las patatas y cortándolas en 4 trozos para que se cocinen más rápido. Ponlas a cocinar en una olla con agua salada (el agua tiene que cubrirlas completamente) y pon la tapa.

Mientras tanto, vierte un chorrito de aceite en una sartén. Comprime las longanizas para sacar la carne de su envoltorio o tripa, tratando de lograr unos bocaditos pequeños que caigan directamente sobre la sartén. Deja que la longaniza se cocine a fuego medio-alto, para que logre un exterior crujiente, pero esté también cocida por dentro. Utiliza una espátula o un cucharón de madera para desmenuzar eventuales trozos grandes.

Cuando los trocitos de longaniza estén listos, retíralos utilizando una espumadera y colocándolos sobre un plato, eventualmente previamente cubierto con una hoja de papel absorbente, si quieres retirar cuanta más grasa posible.

Cuando las patatas estén blandas, escúrrelas guardando dos vasos de agua de cocción.

Pon agua salada en una olla. Cuando empiece a hervir vierte la pasta y remueve con frecuencia desde el principio para evitar que se pegue.

Mientras tanto, coge aproximadamente mitad las patatas y córtalas en palillos más o menos grandes como los rigatoni (o un poquito más pequeños). Deja que se doren y consigan una capa exterior crujiente en la misma sartén de la longaniza, donde aún queda la grasa llena de sabor. Para lograr que estén crujientes por todos los lados, remueve con delicadeza de vez en cuando.

Mientras tanto, vierte las demás patatas en un recipiente alto y no muy ancho, desmenuza un poco de cubito de caldo, una pizca de pimienta y vierte medio vaso de agua de cocción de las patatas. Convierte las patatas en una crema utilizando tu batidora de brazo (minipimer), batiendo el mínimo necesario para lograr una consistencia lisa (no exageres para que la patata no se vuelva elástica). Ahora comprueba:

  1. El punto de sal: ajusta añadiendo un poquito más de cubito de caldo disuelto en unas cucharadas de agua caliente de cocción.
  2. Si la textura es suficientemente líquida para envolver la pasta como una salsa espesa: si te parece que no, ajusta la textura añadiendo más agua de cocción y mezclando con una cuchara (ya no con la batidora).

Escurre la pasta cuando esté en su punto. Añade la crema de patatas a la olla con la pasta y mezcla bien. Agrega también los trozos de longaniza y las patatas crujientes, dejando un poquito de ambas para la decoración. Mezcla y emplata. Finaliza el plato añadiendo encima de la pasta esos trozos de longaniza y patata que habías guardado y sirve.

Pasta con crema de patatas y crujientes trocitos de longaniza y patata salteada
Pasta con crema de patatas y crujientes trocitos de longaniza y patata salteada

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Es mejor consumir la pasta recién preparada, pues es el momento en el que la crema de patatas tiene su mejor textura.

Puedes añadir un poco de queso curado aromático a las patatas hervidas que bates para crear la salsa: prueba a añadir unas cucharadas de Parmigiano Reggiano/Pecorino/Idiázabal rallado finamente (antes de batir) y a sustituir el cubito de caldo por un poquito de sal (si es que aún hace falta, considerando que el queso y las patatas ya llevan).

Pasta all’Amatriciana

Presentación

La Pasta all’Amatriciana, que debe su nombre a la ciudad de Amatrice (Lacio), es un plato emblemático de la gastronomía italiana que podría considerarse como una evolución con tomate de la Pasta alla Gricia.

Como todas las grandes recetas tradicionales, esta también ha despertado muchos debates sobre los ingredientes que deberían utilizarse: ¿guanciale o panceta salada?, ¿Pecorino Romano o Parmigiano Reggiano?, ¿con o sin ajo o cebolla?. Nosotras somos partidarias de que explores las diferentes opciones objeto de debate para juzgar cuál es la mejor versión (lo que, obviamente, es una excusa para degustar varias veces esta delicia 😉 ).

De todos modos, sí hay cosas sobre las que nadie duda, como que este es un primer plato del que puedes presumir ante tus comensales: la Pasta all’Amatriciana deja siempre todos encantados gracias a la combinación de texturas y sabores y, además, se prepara con mucha rapidez y facilidad.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 15 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pasta larga o corta: 350 g
  • Tomate triturado: 500 g
  • Guanciale/Panceta salada: 150 g
  • Parmigiano Reggiano/Pecorino Romano: al gusto
  • Mantequilla/ Margarina: 1 cucharada [opcional]
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

En una olla grande pon a calentar agua con sal. Cuando hierva vierte la pasta que hayas elegido y, desde el principio, remueve con frecuencia para evitar que la pasta se pegue.

Mientras tanto, pica unas lonchas de guanciale o de panceta salada en tiras o cubitos. En una sartén vierte el guanciale y deja que se vuelva crujiente a fuego mediano. Cuando notes que el guanciale empieza a ponerse ligeramente dorado, añade el tomate triturado y mezcla. Prueba la salsa y sazona con pimienta (y, si te parece necesario, sal).
[Ojo: ten cuidado con la sal, puesto que tanto el guanciale como el queso que rallarás encima tienen bastante.]
[Truco: si quieres rebajar la acidez del tomate, añade una cucharada de mantequilla o de margarina 3/4 😉 ]

Escurre la pasta cuando esté lista y condimenta con la salsa Amatriciana.

Emplata y añade un poco más de salsa encima y queso Parmigiano Reggiano o Pecorino Romano recién rallado.

Pasta all'Amatriciana
Pasta all’Amatriciana

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Conserva la pasta all’Amatriciana en un contenedor hermético durante 1 día en la nevera.

Como avanzamos antes, existe debate sobre la procedencia de añadir a la receta cebolla picada o ajo triturado y salteada/o después de que la panceta esté dorada, o de conferir un toque picante al plato añadiendo guindilla molida. En esta versión no los pusimos, pero, sin duda, deberías experimentar con la receta hasta lograr la versión que más te gusta. 😉

Croquetas a la italiana (Crocchette) – con patatas y panceta salada – sin lactosa

Presentación

Un italiano que, en España, pide por primera vez una ración de «croquetas» se lleva una gran sorpresa, porque estas delicias españolas no son el equivalente de las casi homónimas crocchette italianas 🇮🇹. Hoy queremos hacer el experimento inverso: dejar que los hispanohablantes degusten las crocchette de Italia, que están hechas de patatas hervidas y machacadas, rebozadas y fritas. 🥔

Para añadir un toque muy goloso, que admitimos ser de inspiración española (¡pues hay que fusionar lo mejorcito de las diferentes gastronomías!), añadiremos al relleno unos crujientes cubitos de panceta salada 🥓.

Esta receta, que es sin lactosa y puede utilizarse como guarnición y como entremés, también puedes prepararla de forma vegetariana: en el apartado de sugerencias encuentras unas ideas para el relleno y también para eventuales salsas con las que acompañar las croquetas a la italiana.


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 45 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Patatas: 6-7 grandes
  • Panceta salada/Chorizo/Jamón ibérico: 80 g (opcional)
  • Pan rallado: para rebozar
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva/girasol: para freír

Realización

Pela las patatas, lávalas y trocéalas. Pon a hervir los trozos de patata en agua salada hasta que estén blandos. Escurre las patatas y deja que se enfríen durante unos minutos.

Mientras tanto, corta la panceta salada (sustituible por panceta ahumada, jamón ibérico o chorizo dulce o picante) en cubitos pequeños. Deja que la panceta se cocine en una sartén a fuego mediano-alto hasta que esté crujiente (y empiece a dorarse muy ligeramente).
[Nota: si utilizas jamón ibérico salta este paso 😉 ]
Retira los cubitos de panceta da sartén, tratando de dejar la grasa ahí.

Con una prensa para patatas o con un machacador de patatas, convierte los trozos de patata en un puré liso. Sazona con pimienta y añade los cubitos de panceta salada. Mezcla bien para repartir homogéneamente.

Moja las palmas de tus manos y coloca encima dos cucharadas de puré. Intenta crear un disco y deposítalo sobre un plato lleno de pan rallado. Tras haberlo rebozado completamente por ambos lados y por los bordes, coloca la croqueta sobre tu encimera o sobre una tabla de cortar y, si es necesario, aprovecha la base llana para nivelar la superficie del disco o conseguir que tenga una forma más redonda.
[Nota: si quieres servir las crocchette en su forma más auténtica, entonces confiere a la masa una forma de cilindro largo unos 3 cm. En esta versión con espinaca puedes ver cómo deberían quedar 😉 ]

Croquetas a la italiana rebozadas

Repite el procedimiento hasta agotar las patatas.

Vierte suficiente aceite en una sartén como para que toda la superficie plana esté bien cubierta y deja calentar a fuego mediano-alto. Cuando esté caliente, coloca algunas croquetas (deberías poder oír cómo el rebozado reacciona burbujeando con el aceite) y deja que se doren antes de darles la vuelta. Cuando estén doradas por ambas partes, retíralas y colócalas sobre un plato cubierto con papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Emplata y sirve solas o con salsas (algunas ideas más abajo 😉 ).

Croquetas a la italiana - con patatas y panceta salada - sin lactosa
Croquetas a la italiana (Crocchette) – con patatas y panceta salada – sin lactosa
Croquetas a la italiana - con patatas y panceta salada - sin lactosa
Croquetas a la italiana (Crocchette) – con patatas y panceta salada – sin lactosa

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Para un toque extra, puedes utilizar un pan rallado comprado o casero que esté aromatizado con ajo u otras verduras deshidratadas (como trocitos de tomate deshidratado) o con hierbas aromáticas (perejil, romero, etc).

Si quieres realizar una versión vegetariana de las croquetas italianas, prescinde de la panceta salada o sustitúyela por setas salteadas y picadas finamente o, alternativamente, por trocitos de tomates secos escurridos. Mira también esta receta de croquetas de patatas con espinacas: puede que sea justo lo que buscas 😉

Si bien habitualmente las crocchette se coman solas o como guarnición para un plato de carne, si decides servirlas como entremés con alguna salsa (tanto si las haces de solas patatas, como si añades panceta salada u otro ingrediente en el relleno), alguna de las siguientes propuestas combinará increíblemente:

  • una voluptuosa fondue de quesos,
  • una salsa espesa de nata y queso azúl,
  • una salsa casera de tomate,
  • salsa de setas, nata y, eventualmente, puerro,
  • salsa boloñesa.

Pajaritas caseras – Pasta fresca con huevo

Presentación

¡Feliz 2021! 🎆 🎉 Las Aventureras en Cocina te desean todo lo mejor para este nuevo capítulo de 365 días.

Hay que celebrar la llegada del año nuevo con mucha alegría y, como siempre, degustando sabrosa comida.

La alegre compañía tendrás que buscarla tu, pero nosotras te proporcionamos la sabrosa receta, que podrás condimentar con tu salsa favorita: pajaritas caseras, hechas al estilo italiano con pasta fresca con huevo. 🇮🇹 🥚

Es muy divertido, satisfactorio y relajante preparar esta sencilla pasta casera (¡que además solo requiere 2 ingredientes!) y el precioso resultado hará que merezca aún más la pena. Disfruta cocinando para ti o para alguien especial con el que te apetezca empezar bien el año nuevo. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de trigo: 300 g
  • Huevos: 3

Realización

Vierte la harina sobre una grande tabla de madera o sobre tu encimera: trata de crear un hueco en el centro y unas paredes de harina más altas alrededor del mismo.

En el hueco casca los huevos y bátelos ligeramente con un tenedor.

Ahora empieza a mover los dedos insertados en los huevos batidos en en círculos, ampliando el diámetro progresivamente para que la harina vaya incorporándose poco a poco y las paredes sigan evitando que los huevos se salgan.

Cuando los huevos hayan absorbido ya bastante harina, empieza a mezclar con ambas manos para tratar de que la masa absorba toda la harina y se vuelva lisa.

Crea una bolita, cúbrela con un trapo limpio o ponla en un bol con tapa/película transparente y deja que repose unos 15 minutos: esto permitirá que la masa se vuelva más lisa y elástica.

Pasado ese tiempo, divide la masa en 4 partes y empieza a laminarla utilizando tu máquina para hacer pasta fresca o un simple rodillo de cocina. En todo caso, no dejes de asegurarte que la masa/lámina esté en todo momento suficientemente enharinada por ambos lados para evitar que se pegue a la encimera o a los rodillos.

Si utilizas máquina para pasta, puede que necesites doblar la masa recién salida de la máquina sobre sí un par de veces al principio, porque la presión excesiva de los rodillos sobre una masa inicialmente muy espesa puede devolverte unas láminas irregulares y poco lisas.

Ajustando progresivamente el espacio entre los rodillos o la presión del rodillo de cocina, saca una lámina de 1-2 mm de espesor (no más). Repite este procedimiento hasta tener toda la masa laminada.

Utilizando un cortador para pizza o un cuchillo de lama lisa, divide cada lámina en largas tiras de unos 3-4 cm de largueza. Ahora puedes hacer unos cortes perpendiculares para crear unos cuadrados de masa (misma distancia de 3-4 cm) utilizando el mismo cortador para pizza o cuchillo o, alternativamente, utilizar un cortador para ravioli que te dejará unos bordes ondulados [como se puede ver en la foto de la receta].

Ahora que tienes ya todo preparado, ha llegado el momento de formar las pajaritas: utilizando las yemas del pulgar y del índice o, incluso mejor, unos palitos de madera (de los típicos que utilizas para degustar comida oriental), aprieta en el centro de los dos lados lisos del cuadrado hasta sellar la masa [mira la imagen a continuación].

Procedimiento para realizar pajaritas caseras

Sigue estos pasos hasta agotar los cuadrados y asegúrate de colocar las pajaritas preparadas sobre una tabla de madera o una superficie enharinada para evitar que se te pegue.

Una vez que todas las pajaritas hayan sido formadas, es conveniente esperar unos 20 minutos para que la masa pueda secarse un poco. Pasado ese tiempo puedes cocinarlas ya en agua salada hirviendo (removiendo frecuentemente con delicadeza), escurrirlas y servirlas con la salsa que prefieras.

Si quieres guardarlas para cocinarlas en otro momento, tendrán que secarse del todo: necesitarás algunas horas y es aconsejable que, después de una rato, les des la vuelta para lograr un secado uniforme.

Pajaritas caseras - Pasta fresca casera
Pajaritas caseras – Pasta fresca casera

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes conservar las pajaritas completamente secas y no cocinadas en unos contenedores herméticos:

  • en la nevera: durante 2-3 días;
  • en el congelador: durante 1 mes.

Pasta alla Norcina

Presentación

La pasta alla Norcina es una receta italiana originaria de Norcia (Nursia en español), una ciudad situada en la región de Umbria. 🇮🇹 La morfología de esta zona ha influido mucho a la hora de convertir sus habitantes en ganaderos y, sucesivamente, en reconocidos expertos en la conservación de carnes. 🥩

Y de la mano de los expertos nursinos, llega este tan increíble como simple primer plato, cuyo ingrediente estrella debería ser la salsiccia, y precisamente aquella preparada en Norcia, que nosotros vamos a sustituir por una longaniza local de calidad.

La inconfundible intensidad de las crujientes longanizas cocinadas queda envuelta por sedosa nata y rematada con un toque de pimienta negra. El juego de texturas de los ingredientes combina a la perfección con la pasta y os dejará queriendo repetir porción. 🍽️ 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Rigatoni/Penne rigate/Mezze maniche: 350 g
  • Salchichas frescas/Longanizas*: aprox. 150 g
  • Nata líquida para cocinar/»Nata» vegetal: aprox. 200 ml
  • Cebolla: ¼
  • Aceite de oliva/girasol: un chorrito
  • Pimienta: al gusto
  • Sal: al gusto

Realización

Empieza poniendo agua y sal en una olla y deja que llegue a hervir: en ese momento vierte los rigatoni o la pasta corta que hayas elegido y deja que se cocine durante el tiempo necesario, removiendo con frecuencia desde el principio.

Mientras tanto, prepara el condimento.

Empieza picando finamente la cebolla, para tenerla lista.

En una sartén vierte la cucharada de aceite. Cuando la sartén esté bien caliente empieza a apretar las longanizas para sacar pequeños trozos de carne de su envoltorio y deja que caigan sobre la sartén. Dora bien las longanizas, removiendo de vez en cuando.

Añade entonces la cebolla a la sartén y, si notas que la longaniza no ha soltado suficiente grasa, añade un chorrito de aceite. Deja que se poche a fuego mediano.

Cuando la cebolla esté lista, puedes añadir la nata. Remueve bien para repartir los ingredientes. Deja que se cocine un par de minutos a fuego bajo-mediano.

Escurre la pasta y mézclala con el condimento. Emplata y espolvorea un poco de pimienta recién molida encima.

Rigatoni / pasta alla Norcina
Rigatoni alla Norcina

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si quieres añadir un toque verdaderamente especial a este plato, ralla un poco de trufa negra encima. 😉

Sgabei – masa frita italiana

Presentación

Los sgabei son un entremés italiano, 🇮🇹 típico de la ciudad de La Spezia, que se originó en la Lunigiana (una zona de confín entre Liguria y Toscana). Con esta receta, explicada en detalle, prepararás estas deliciosas tiras de masa de pan fritas que, según relata la historia, las mujeres locales inventaron al tratar de aprovechar la masa para pan que les sobraba al final del día.

Los sgabei se utilizan hoy como una alternativa mucho más golosa al pan y se pueden comer solos o acompañados de un surtido de quesos (blandos, tiernos o curados) y diversos embutidos.

Su textura, ligeramente crujiente y gomosa en el exterior y suave y aireada en el interior, te va a encantar y convertirá este plato en tu entremés más solicitado. 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 2h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de trigo: 300 g*
  • Harina de fuerza: 200 g*
  • Agua: 350 ml
  • Levadura fresca en cubito: ½ cubito = 12 g** (tipo: Saccaromices Cerevisiae)
  • Sal: 1 cucharadita
  • Aceite de oliva/de girasol: 1 cucharada + para freír

*Al utilizar levadura de panadería, los mejores resultados se obtienen empleando exclusiva o al menos parcialmente harina de fuerza: por ello puedes utilizar incluso 500 g de fuerza y prescindir de la harina normal. Sin embargo, la receta sale muy bien incluso si utilizas solo harina de trigo de todo uso (por si no tienes la otra en casa 😉 ).

**Puedes sustituir la levadura fresca en cubito por levadura de panadería seca, en las cantidades indicadas por su fabricante en la confección.


Realización

Calienta el agua hasta que esté tibia.
[Ojo: no tiene que quemarte la piel: si tuviera esa temperatura demasiado elevada impediría la acción de la levadura].

En una pequeña parte de agua disuelve la levadura troceada (que puedes utilizar seca, fresca o directamente sacada del congelador).

En un bol vierte las harinas, la sal, la cucharada de aceite, el agua tibia que te ha quedado y el líquido con la levadura disuelta. Amasa manualmente o con tu robot de cocina durante al menos 5 minutos, para lograr una masa lisa y elástica.

Coloca la masa en un bol y cubre con un trapo limpio o película transparente y deja reposar durante 1h – 1,5h en un lugar caliente.

Pasado ese tiempo, amasa nuevamente sobre tu encimera para lograr una masa lisa y luego divídela en unas 6 partes. Coge una y cubre las demás.

Esparce harina sobre la encimera y sobre la superficie de la masa. Aplasta esta última con tus dedos para dar forma de rectángulo a tu masa. Utilizando una máquina para hacer pasta fresca (de las que convierten progresivamente la masa en una lámina fina) o un rodillo, saca unas láminas de masa de unos 3 mm de espesor. Esparce varias veces la harina sobre los dos lados de la masa para evitar que se pegue, especialmente cada vez que reduzcas el espesor de laminación.
[Ojo: si utilizas la máquina, empieza por el espesor más grande que se pueda programar entre los rodillos. Pasa la masa una primera vez, dobla la masa aplastada que sale de las primeras laminaciones sobre sí misma – acortando así su largueza de la mitad o de dos tercios – (este paso sirve porque la superficie suele salir irregular por la presión inicialmente ejercida), esparce con harina y vuelve a pasar por la máquina. Cuando notes que sale una lámina lisa, entonces esparce otra vez con harina y reduce el espacio entre los rodillos: pasa la masa por la máquina al menos dos veces, hasta sacar una lámina lisa, antes de reducir nuevamente el espacio. Sigue estos pasos hasta conseguir el espesor deseado.]

Ahora que tienes una lámina, utiliza un cortador para pizza o un cuchillo para sacar unas tiras de masa: puedes hacer cuadrados, rectángulos o rombos. Coloca cada pieza cobre una bandeja de madera bien enharinada para prevenir que la masa se pegue. Cubre las bandejas preparadas con un trapo limpio para que no se sequen.

Repite el proceso hasta agotar los trozos de masa (no olvides que puedes utilizar las sobras de los cortes de la porción anterior en la siguiente, juntándolas a la masa y amasando un poco antes de laminar).

Los primeros sgabei que hayas preparado habrán crecido un poco: puedes empezar a freírlos respetando el orden de preparación o dejar que leuden unos 10 minutos más antes de hacerlo: cuanto más crezcan, más aireados y suaves estarán.

Fríe los sgabei (siempre respetando el orden de preparación, para que todos puedan crecer un poco) en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén bien dorados por las dos partes. Cuando estén listos, colócalos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Sirve calientes.

Sgabei - masa frita italiana
Sgabei – masa frita italiana

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Existe una variación que prevé sustituir ¼ parte de la harina total de la receta por harina fina de maíz (ojo: no es maizena/almidón de maíz): la textura cambia y el resultado es también muy interesante 😉

Acompaña los sgabei con un surtido de verduras cortadas en palillos que puedas mojar en vinagreta: es una guarnición, bastante frecuente en Italia para este tipo de platos, que se llama pinzimonio.

Piadina romagnola extra suave al aceite de oliva – con levadura fresca

Presentación

La piadina romagnola es todo un delicioso clásico regional de la cocina italiana cuya centenaria historia y versión original ya hemos compartido aquí hace tiempo. Este tipo de pan plano se rellena con todo tipo de quesos, embutidos, verduras, etc. y se degusta doblado por la mitad. 🌮

Algo que no suele ponerse en entredicho en las recetas originales es el hecho de que no se ponga levadura o se ponga muy poca del tipo químico. Sin embargo, hoy hemos querido dejar de lado las versiones ortodoxas de la piadina para recrear aquellas tan adictivas que llenan nuestros recuerdos de los años pasados en Italia. 🇮🇹

Las mejores piadine que hemos probado eran más altas de las que salen siguiendo «las reglas» y también más suaves: por ello, hemos decidido añadir levadura y, más precisamente, hemos escogido levadura fresca para obtener el mejor resultado. Por otra parte, aunque las piadine puedan hacerse también con manteca de cerdo, hemos decidido optar por la versión vegetariana con aceite de oliva, pero realzando aún más el aroma al elegir el virgen extra.

Querid@s cocinillas, el resultado ha sido exactamente el que buscábamos recrear: una piadina más alta, fácil de doblar, extra suave y muy aromática.

Al fin y al cabo, ¿quién ha dicho que las reglas tienen que respetarse siempre? 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 2 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas (4 piadinas grandes)

Ingredientes

  • Harina de fuerza: 350 g (sustituible enteramente o parcialmente por harina de trigo)
  • Agua: 210 g
  • Aceite de oliva virgen extra: 3 cucharadas abundantes
  • Levadura fresca*: 7 g
  • Sal: 1,5 cucharaditas

* Sustituible por levadura seca de panadería en las proporciones indicadas por el fabricante en la confección.


Realización

En un bol grande vierte la harina, la sal y el aceite. Calienta un poco el agua para que esté tibia y disuelve en ella la levadura (fresca o congelada) troceada.
[Ojo: el agua no tiene que quemarte la piel, si la tocas, porque eso implicaría una temperatura demasiado elevada para que la levadura sobreviva y pueda airear la masa.]

Vierte el agua con la levadura en el bol. Mezcla hasta lograr una masa uniforme y amasa sobre la encimera durante unos 7 minutos, a mano o empleando un robot de cocina. Tienes que lograr una masa lisa y elástica.

Forma una bola, colócala en el bol y tápalo con un trapo limpio o película transparente. Deja reposar durante al menos 1 h (aunque 1,5 h es incluso mejor) en un lugar caliente.

Pasado ese tiempo, vuelve a amasar y divide la masa en 4 partes iguales (aprox. 140 g cada una). Forma 4 bolitas, coge una y cubre las otras.

Enharina la encimera y la bolita y empieza a extender esta última con la ayuda de un rodillo: tienes que sacar un círculo de unos 4 mm de espesor (no menos). Vuelve a esparcir harina si notas que la masa se pega al rodillo o a la encimera.

Entonces coge una tabla de madera o un trapo limpio y esparce abundante harina encima. Coloca sobre esa superficie tu piadina y cúbrela con un trapo limpio: de esta manera será más fácil despegar el círculo de masa cuando llegue el momento de cocinarlo y no se habrá secado.

Repite el procedimiento con las otras bolitas y deja reposar las piadinas 20-30 minutos para que vuelvan a crecer un poco. Aprovecha ese tiempo para preparar todos los ingredientes y eventuales salsas para tu relleno.

Coge una sartén grande (diámetro mínimo igual al diámetro de tus piadine, aunque es mejor que sea un poco más grande) o tu sartén para crêpes y ponla sobre el fogón programado a alta temperatura. Coge la piadina con delicadeza, tratando de no deformarla y aplastarla, y colócala sobre la sartén solo cuando ésta esté bien caliente. Entonces baja el fogón a temperatura medio-alta y cocina aproximadamente unos 3 minutos por lado. Verás como se forman burbujitas en la superficie a lo largo de la cocción.

Retira la piadina cocinada, cúbrela con un trapo limpio y termina de preparar las otras.

Ahora coge una, rellénala con tus ingredientes favoritos, dóblala por la mitad y saborea esta versión extra suave y aromática de la piadina romagnola.

Piadina romagnola extra suave con aceite de oliva – con levadura fresca

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Consume las piadine recién cocinadas para degustarlas en su punto más suave.

Mientras comes una piadina, evita que las otras se sequen cubriéndolas con un trapo limpio.

Deja volar tu fantasía creando miles de combinaciones de rellenos. En el apartado de sugerencias de la receta original (¡a un clic de distancia!) encontrarás un largo listado para inspirarte ;).