Presentación
Si te apetece un segundo plato de carne muy versátil, en el que puedas emplear la carne que prefieras o tengas, que haga feliz a toda tu familia o grupo de amigos y que incluya una sabrosísima salsa de tomate casera, has encontrado la receta correcta.
Prepara estas albóndigas súper sencillas, sin lactosa o derivados del pan, que puedes personalizar eligiendo entre un acabado bien crujiente u otro más blando. Mira también en las sugerencias: encontrarás más trucos para que te queden extra suaves 😉
Y cómo las servimos con una saludable porción de guisantes, ¿por qué no «endulzar» esta combinación a los peques, añadiendo unos espaguetis y sacando de la manga la famosa escena de la Dama y el Vagabundo? 🐶🍝🐶
Información
- Dificultad: baja
- Tiempo preparación: 30-45 min
- Coste: normal
- Dosis: para 4 personas
Ingredientes
- Carne picada: 800 g (de cerdo, vacuno, pollo, pavo o mixta)
- Guisantes: 2 latas (o 500 g escurridos)
- Tomate triturado: 800 g
- Huevos: 2 medianos
- Cebolla: 1 grande
- Ajo: 1 diente pequeño
- Mejorana y/o orégano: al gusto
- Tomillo: al gusto
- Nuez moscada: una pizca
- Jengibre molido: al gusto
- Cúrcuma: al gusto (opcional)
- Pimienta: al gusto
- Cubito de caldo: al gusto (para sustituir la mayor parte de sal)
- Sal: al gusto
- Azúcar: ½ cucharadita
- Aceite de oliva virgen extra: para freír
- Harina de trigo: para rebozar
Realización
Empieza preparando la salsa.
Limpia y pica finamente la cebolla y el ajo. Calienta un poco de aceite en una sartén a fuego medio-alto. Añade el ajo y, en cuanto empiece a dorarse ligeramente, añade la cebolla y deja que se poche a fuego mediano.
Sazona con el cubito de caldo, la pimienta, la mejorana, el orégano, el tomillo, la nuez moscada, la cúrcuma y el jengibre y deja que se sofría.
(Ojo: es mejor que empieces incorporando la pimienta y la nuez moscada con prudencia, para que luego el plato no sea demasiado agresivo con tu estómago 😉 ).
Cuando la cebolla esté empezando a dorarse, vierte los guisantes escurridos y deja que se calienten. A continuación, vierte el tomate triturado y limpia la lata con medio vaso de agua: esto nos permite aprovechar todo el tomate y ganar tiempo para cocinar la salsa sin que se quede seca ;).
Añade la media cucharadita de azúcar y remueve bien. Controla si necesitas sazonar más con el cubito o con alguna especia. Tapa y deja que se cocine a fuego bajo-mediano durante unos 10-15 minutos.
En la espera, prepara las albóndigas.
Pon la carne en un bol y sazona con sal, pimienta, jengibre molido y nuez moscada. Casca los dos huevos y mezcla con tus manos durante unos 3-5 minutos: la masa tiene que absorber totalmente los huevos y quedarse lisa y densa.

Forma unas bolitas uniformes del tamaño que prefieras.
(Truco: Puedes utilizar la técnica de la GIF que hay al lado. Unta la palma mano con un poco de aceite. Pon un poco de carne en la palma, ciérrala y aprieta para que la albóndiga salga del agujero que forma tu pulgar con tu índice. Utiliza una cuchara para coger la albóndiga y colocarla sobre tu tabla de cortar. 😉 )
Reboza ligeramente las albóndigas con harina.
En una sartén añade un poco de aceite. Cuando esté bien caliente, empieza a colocar las albóndigas. Si también te gustan bien crujientes por fuera, márcalas al principio y por todos los lados con fuego medio-alto; luego deja que se terminen de cocinar a fuego mediano.
Ahora queda solo juntar las albóndigas con la salsa y decidir si las albóndigas te gustan crujientes o más blanditas:
- Si eres del equipo #AlbóndigasCrujientes: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y, o bien sirve ya, o deja cocinar como mucho durante unos 2-3 minutos, para que se mezclen los sabores.
- Si eres del equipo #AlbóndigasBlandas: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y deja que se cocinen al menos unos 10 minutos. (Truco: Si notas que la salsa se ha espesado demasiado, puedes añadir un poco de agua al principio de esta segunda cocción ;))

¡Listas!
¡BUEN PROVECHO!
Sugerencias
Si las albóndigas te gustan bien suaves por dentro, independientemente del acabado exterior, puedes utilizar dos trucos más que, además, hacen que puedas servir raciones más económicas:
- Versión sin lactosa: añade entre 100 y 200 g de pan rallado a la carne picada antes de mezclarla para que absorba los huevos.
- Versión con lactosa: desmenuza entre 100 y 200 g de miga de pan o pan para sándwich en un plato hondo donde has vertido medio vaso de leche (o un poco más). Cuando el pan esté bien empapado, escurre un poco, añádelo a la carne ya amasada y vuelve a amasar bien para que quede una masa lisa.
Puedes conservar este plato en la nevera durante 1 día y volver a calentarlo antes de consumirlo. También puedes congelar unas porciones utilizando un recipiente hermético o una bolsita de plástico apta para alimentos.
Buena receta cocina de siempre
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¡Muchas gracias María del Carmen! ¡Así es¡ Nos alegramos de que te guste.
¡Muchas gracias por pasarte por el blog!
Un abrazo 🤗
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