Babka ziemniaczana – tarta «polaca» de patatas ralladas, carne y panceta

Presentación

Cuanto más se exploran las gastronomías de diversos países, tanto más se aprende lo transnacionales que son las recetas que se consideran emblemáticas de una nación y cómo todo lo bueno acaba siendo importado (o conservado) y versionado por nuestros vecinos.

La babka ziemniaczana («tarta de patatas» 🥔 en polaco) o rejbak, es una receta típica de las regiones polacas 🇵🇱 de Podlasie y Suwalszczyźna, que se conoce también con muchos (¡realmente muchos!) nombres diferentes en otras zonas de Polonia o por colectivos determinados, lo que revela mucho sobre los cambios de frontera y los flujos de personas que experimentó el país en los últimos siglos. Por ejemplo, es llamado kartoflarz en la región de Silesia (donde se nota la germanización de la palabra patatas, de ziemniaki a kartofle) o bulbynek por parte de los polacos originarios de Leópoli (hoy territorio ucraniano).

Otro nombre con el que este plato se conoce también en Polonia es kugiel, un nombre parecido a kugel, el utilizado por los judíos ashkenazi ✡️ (originarios de Alemania, Europa del este y Rusia) y también parecido al que los vecinos lituanos 🇱🇹 utilizan (kugelis) para etiquetar esta delicia que los polacos llevaron en su territorio durante los siglos en los que Polonia y Lituania estuvieron unificados (hasta 1795). Sin embargo, la tarta de patatas se encuentra en las gastronomías de otros países: me refiero a Bielorrusia 🇧🇾, otro país lindante donde se considera como plato tradicional nacional y donde conserva el nombre de babka de patatas.

Cada país o región aporta pequeñas variaciones a la receta, versionándolas como decíamos al principio. En términos de ingredientes, la base está siempre compuesta por patatas 🥔 crudas finamente ralladas, pero la fantasía y los gustos se imponen a la hora de determinar los demás: hay quien pone cebollas sofritas 🧅, quien panceta 🥓 salada frita o ahumada y cocida, quien diversos tipos de longaniza y quien carne picada. Dependiendo del cocinero, además, la consistencia varía: la muy curiosa textura que confieren las patatas ralladas en crudo y luego horneadas (que es agradablemente gomosa) puede resultar en una tarta más delicada o en una más compacta.

Sin más historia ni explicaciones os revelamos qué tipo de babka ziemniaczana os enseñamos a preparar hoy: en la nuestra habrá cebolla sofrita, panceta y carne picada bien sazonada (para que la mezcla recuerde un poco la longaniza)- Además, optaremos por una versión más delicada donde destaque la especial textura de los trocitos de patata (aunque reconocemos que hemos sido muy generosas con la cantidad de carne jeje).

Atrévete a degustar la babka ziemniaczana: ¡si tantas naciones y personas han decidido mantener y dar un lugar especial a esta receta, tendrá que ser necesariamente porque está deliciosa y adictiva! 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Patatas: 6-7 grandes (aunque puedes ser más abundante)
  • Carne picada/Longaniza: 400 g
  • Panceta salada curada/Bacon ahumado/Guanciale: 80 g
  • Cebolla: 1 mediana
  • Huevo: 1
  • Sal/Cubito de caldo: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Mejorana/Tomillo: al gusto
  • Ajo deshidratado: al gusto
  • Jengibre: al gusto [opcional]
  • Aceite/Mantequilla/Margarina: 1 cucharada

Realización

Limpia la cebolla y pícala en cubitos de mediana dimensión. Pica la panceta salada en cubitos pequeños.

En una sartén, vierte la panceta picada y deja que se derrita y se vuelva crujiente. Cuando empieza a dorarse, añade la cebolla y deja que ésta se dore también. Retira la cebolla y la panceta, dejando cuanta más grasa posible en la sartén. Añade una cucharada de aceite y desmenuza sobre la sartén la carne picada. Sazona con el cubito de caldo (o la sal) y todas las demás especias (pimienta, mejorana, ajo y jengibre). Deja que la carne se cocine a fuego mediano-alto hasta que coja un bonito color marrón y una textura crujiente, antes de volver a incorporar la cebolla y la panceta. Mezcla, corrige el punto de sal y especias, si es necesario, y apaga.

Pela las patatas y lávalas bajo el agua. Si bien la versión origina de la receta indica que hay que rallar las patatas por la malla fina de un rallador, te aconsejo cortar las patatas en trozos y agilizar la tarea utilizando una batidora en la que añadirás, además, un poco de sal y un huevo. Tienes que lograr un compuesto uniforme, sin trozos y aireado.

Vierte el compuesto en un colador de malla fina colocado sobre un bol (quizás quieras hacerlo primero con la mitad de las patatas y luego con la otra), removiendo con una espátula o una cuchara para que el líquido en exceso acabe en el bol, que dejarás apartado y sin mover durante unos minutos.

Vierte las patatas escurridas en otro bol, agrégales la carne de la sartén y mezcla bien. Cuando hayan transcurrido unos 3-5 minutos desde que hayas colado el líquido de las patatas, inclina el bol sobre el fregadero para que el líquido de la superficie se caiga y se quede una sustancia blanca en el fondo del bol: es la fécula (almidón) de las patatas, que hay que recoger con una cuchara o espátula y agregar a las patatas para que ligue mejor los ingredientes. Mezcla bien.

Enciende el horno a 210ºC con modalidad ventilada, si la tienes, y mientras éste se calienta, coge dos moldes rectangulares de aprox. 30x10cm (o un único molde más grande de la forma que prefieras) y revístelos con papel para horno. Reparte el compuesto entre los dos moldes, tratando de esparcirlo uniformemente con una espátula o una cuchara sin dejar espacios vacíos y tratando de nivelar la superficie al final.

Hornea en horno ya caliente durante aprox. 45 min, aunque el tamaño y la forma del molde, así como el espesor (altura) de la masa pueden hacer variar bastante el tiempo de cocción. En todo caso, la superficie de la babka ziemniaczana tiene que estar muy bien dorada y la textura resultar compacta.

Saca del horno y espera unos minutos para retirar del molde.

Corta la babka en lonchas o trozos. Sírvela así, si te gusta más suave. o pásala durante unos minutos sobre una sartén caliente (con muy poco aceite) para que se cree una capa crujiente por todos los lados.
¡Nosotras aconsejamos probar las dos versiones, porque cada una es especial y deliciosa!

Babka ziemniaczana – tarta polaca de patatas y carne

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes personalizar la receta utilizando diferentes tipos de carne: experimenta con longanizas aromatizadas, carne picada de diversos animales, prueba con el bacon ahumado o incluso añade un toque español utilizando chorizo fresco o curado, dulce o picante.

Si quieres una babka más compacta, una que puedas cortar en lonchas más sutiles y bien firmes, añade a las patatas 2 cucharadas de fécula de patatas o almidón de maíz (Maizena) a las patatas ya escurridas.

Al día siguiente, la babka queda de maravilla si la cortas en trozos y la fríes en la sartén con un poco o en abundante aceite. 😉

Si te sobra o has preparado una doble porción, puedes congelar la tarta una vez que esté enfriada y la hayas desmoldado.

Pechuga de pollo rellena de carne de cerdo, ciruelas pasas y manzana

Presentación

En esta época del año, cercana a la celebración norteamericana de Acción de Gracias, vemos por todas partes imágenes muy apetecibles de pavo relleno y de otras recetas que nos hacen desear celebrar esa fiesta también con tal de poder degustar esas delicias. 😜

Entonces, ¿por qué privarnos de ese gusto si podemos preparar los mismos platos o versiones más adecuadas a nuestra familia? Esta vez os propongo preparar una receta inspirada al pavo relleno norteamericano, pero en tamaño pequeño y formato más cómodo. ¡Estoy hablando de un segundo plato de pechuga de pollo rellena! 🍗

Utilizando una algunos ingredientes que transmiten de maravilla la magia de esta temporada, vamos a rellenar el pollo con jugosa y sabrosa carne de cerdo y dulces y aromáticas ciruelas pasas y manzanas: ¡una combinación increíble para el pollo! 🍎


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechuga de pollo entera: 1
  • Carne picada de cerdo: 200-250 g
  • Manzana: 1
  • Ciruelas pasas: 4-5
  • Panceta salada/Tocino: 1 loncha de 4 mm
  • Cebolla: ½
  • Mejorana: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de oliva/girasol: un poquito

Realización

Este plato se basa en el uso de la pechuga de pollo como envoltorio del relleno y la mejor forma de preservar toda su jugosidad es utilizar la piel del pollo como protección externa de la pechuga. Por este motivo, es preferible que compres un pollo entero, puesto que viene con piel, lo deshueses (aquí un vídeo en el que se explica cómo proceder) y retires, cortándolas, las partes que no son pechuga o piel de la pechuga para emplearlas en otra receta. La piel del pollo puedes separarla de la carne y luego envolverla alrededor del rollo de pollo: no es un problema 😉

Si no quieres hacer este paso, intenta pedir a tu carnicero si te puede deshuesar el pollo, y sacar la pechuga entera, manteniendo su piel. Si no es posible, compra una pechuga entera limpia (aunque sea sin piel) y trabaja con esa: en el apartado de sugerencias encontrarás una buena alternativa a la piel de pollo para que se quede jugoso. 😉

Para que la pechuga pueda envolver el relleno, hace falta abrirla para aumentar su superficie. Esto se hace incidiendo la pechuga con un cuchillo y «desrollando» la carne como si buscáramos disminuir el espesor de la pechuga: aquí tienes un vídeo en el que puedes apreciar mejor la serie de movimientos.

Una vez que tienes la pechuga preparada, métela un momento en la nevera y prepara el relleno.

Pica finamente la panceta salada y deja que se derrita y haga crujiente en una sartén a fuego medio-alto con un chorrito de aceite. Añade la carne picada, sazona con sal, pimienta y mejorana y deja que se dore. En la espera, elimina el eventual hueso de las ciruelas y pícalas cada una en unos 3-6 trozos, dependiendo del grosos que quieras.

Por último, pela la manzana, elimina el centro con las semillas y rállala por la malla gruesa de tu rallador. En una sartén pequeña saltea durante unos 3 minutos las manzanas con las ciruelas.

Mezcla la carne con la fruta y vuelve a coger la pechuga de pollo.

Pica la cebolla en juliana (no fina) y apártala de momento.

Abre la pechuga sobre tu tabla de cortar o encimera y coloca en su interior el relleno. Enrolla la carne estrechamente (como si hicieras una espiral), para asegurarte de que el relleno queda en el interior. Envuelve con la piel de pollo.

Para que todo se quede en su sitio, envuelve con hilo para cocinar (o simple hilo blanco para coser o, si no tienes, clava unos palillos de dientes en la parte donde se solapan las capas de pollo).

Coloca en una bandeja para horno, vierte la cebolla, añade un poco de mejorana y una pizca de sal. Rocía con aceite y mezcla un poco. Coloca encima el rollo de pollo, tratando de poner la parte donde se solapan las capas de pollo por debajo, especialmente si has utilizado los palillos.

Hornea en horno ya caliente a 180ºC durante aprox. 25-30 minutos.

Pechuga de pollo rellena de carne picada, ciruelas pasas y manzana

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si no has podido trabajar con piel de pollo porque has utilizado una pechuga ya limpia, puedes envolver la pechuga con lonchas finas de tocino, panceta salada o bacon ahumado antes y fijarla de la misma manera con hilo o palillos antes de hornear: de esa manera quedará más jugosa 😉
En ese caso, quizás quieras compensar ese extra quitando la panceta del relleno.

Juega con las hierbas aromáticas que prefieras: sustituye o complementa la mejorana por romero, tomillo o lo que prefieras.

Cordon Bleu de calabacín

Presentación

El Cordon Bleu, conocido también como San Jacobo en España, es un apetecible segundo plato que prevé esconder entre dos capas de carne rebozadas y fritas un relleno de queso y jamón.

En esta receta, que puede ser igualmente un segundo plato o presentarse como entremés o tapa, vamos a mantener la esencia del plato, pero sustituiremos la carne por calabacines. Así, es: hoy en tu menú habrá golosos cordons bleus de calabacín. 😋

Seguramente la idea de un cordon bleu de verduras la asocies con nuestra popular receta de Cordon bleu de berenjena, pero ha llegado el momento de experimentar con nuevas verduras y de rendirse, una vez más, al delicioso relleno de queso fundido y jamón y a la crujiente capa de rebozado. Al fin y al cabo, ¿qué mejor compromiso y equilibrio entre verduras y cosas gustosas que éste, para que grandes y pequeños coman las hortalizas con entusiasmo? 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Calabacines: 3
  • Jamón cocido extra: 220 g
  • Queso tierno/Gouda/Mozzarella para pizza: 300 g
  • Pan rallado: para rebozar
  • Huevos: 2
  • Aceite de oliva/de girasol: para freír
  • Sal: al gusto

Realización

Lava los calabacines y elimina las extremidades. Corta cada calabacín en 3-5 trozos (reduciendo así su largueza, pero conservando la sección redonda), dependiendo del tamaño de Cordon Bleu que quieres lograr.

Utilizando una mandolina o un cuchillo, saca de cada trozo unas lonchas (de sección aproximadamente rectangular, no redonda): te aconsejo un espesor de unos 4-5 mm para cada loncha. Mantén las lonchas en orden de corte, para que te resulte más fácil crear parejas de tamaño similar.

Coge una loncha de calabacín y coloca encima un poco de jamón y luego una loncha de queso. Tapa con otra loncha de calabacín. Repite hasta haber preparado todos los Cordons Bleus y luego esparce un poquito de sal encima de cada uno.

Ahora reboza todo por cada lado primero en huevo batido y luego en pan rallado.

En una sartén calienta el aceite a fuego medio-alto y fríe algunos Cordons Bleus a la vez hasta que estén dorados por ambos lados. Cuando estén listos colócalos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Cordon Bleu de calabacín
Cordon Bleu de calabacín

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes preparar esta receta prescindiendo del queso y aumentando la cantidad de jamón cocido: así será perfecta para los intolerantes a la lactosa 😉

Si quieres jugar con los aromas, en lugar del pan rallado normal puedes utilizar el que lleva ajo y perejil.

Escalopes de pollo al limón (Scaloppine di pollo al limone)

Presentación

Las Scaloppine di pollo al limone, es decir los escalopes de pollo al limón, son un segundo plato de carne muy famoso en Italia que podréis recrear en vuestras cocinas con indudable éxito. 🍗🍋

Esta receta, trabajada hasta la perfección por Margarita, os permitirá sacar todos los colores más chillones y llamativos de los ingredientes, empezando por un ligero y delicioso caramelizado de la carne que la deja jugosa, pero crujiente, y terminando con varios otros secretos que hemos decidido compartir con vosotros.

Este plato, en el que reinan los matices amarillos, os cautivará nada más verlo, pero será el delicado e inconfundible aroma y sabor a limón de su salsa, tan agradablemente espesa, lo que os dejará repitiendo y chupándoos los dedos. 😋


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 20 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechugas de pollo: 2
  • Limón: 1
  • Harina: 5-6 cucharadas
  • Sal: al gusto
  • Cubito de caldo: al gusto
  • Pimienta: al gusto
  • Cúrcuma: al gusto (opcional)
  • Aceite de oliva: para freír

Realización

Empieza limpiando las pechugas de pollo y cortándolas en lonchas de unos 5-6 mm de espesor. Coloca las lonchas sobre un plato sin hacer solapar los trozos. Sazona con sal y pimienta.

En un pequeño bol vierte dos cucharadas abundantes de harina y unas pizcas de cúrcuma y mezcla. Vierte la harina en un pequeño colador de acero y utilízalo para esparcir la mitad de la harina encima del pollo. A continuación, da la vuelta a las lonchas de pollo y termina de esparcir la harina por ese lado también.
[Nota: la harina nos permitirá dorar mejor la carne y las pizcas de cúrcuma le conferirán un color delicadamente más amarillo y chillón que notarás después de la cocción y que hará todo aún más apetecible 😉 ]

En una sartén vierte unas 4 cucharadas de aceite y fríe a fuego alto los filetes: los queremos doradas por ambos lados. Rocía la carne con un poco de zumo de limón: esto nos ayudará a caramelizarla. Cuando esa ronda esté lista colócala en un plato, añade un poco más de aceite a la sartén y sigue friendo hasta acabar la carne.

En el aceite que ha quedado en la sartén, esparce unas 3 cucharadas de harina y deja que ésta se sofría a fuego mediano-alto, mezclando con frecuencia.
[Ojo: si ves que la harina no hace burbujas, hace falta añadir un poco más de aceite o, si lo prefieres, mantequilla/margarina]

Cuando la harina esté dorada, vierte 1 vaso de agua y mezcla enérgicamente. Para sazonar utiliza un poco de cubito de caldo pulverizado, ralladura de la cáscara de un limón (guarda un poco para decorar) y el zumo que te queda del limón. Mezcla bien: tienes que lograr una salsa espesa, pero lisa. Deja cocinar un par de minutos.
[Nota: si te gusta mucha salsa (y ya te digo que esta está para chuparse los dedos), aumenta la cantidad de harina a la hora de sofreírla, así como la cantidad de agua.]

Ahora tienes que decidir cómo emplatar:

  1. Si quieres emplatar como en la foto, entonces coloca en el plato la carne, rocíala con un poco de salsa y esparce otro poco de salsa al lado. Decora con ralladura de limón y, eventualmente, lonchas finas de limón.
  2. Si prefieres un look más rústico y práctico, vierte en la sartén los filetes de pollo y mezcla bien para que queden recubiertos por la salsa. Sirve directamente desde la sartén o emplata. Decora con ralladura de limón.
"Scaloppine" de pollo al limón
«Scaloppine» de pollo al limón

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Sirve las scaloppine de pollo recién preparadas para disfrutar de la mejor textura de la carne y de la salsa.

Combina este segundo de carne con una refrescante mezcla de ensaladas o una porción de patatas (en puré, fritas, o hervidas y salteadas).

Lomo de cerdo con manzanas y miel

Presentación

No es ningún secreto que las jugosas peras y las manzanas combinan de maravilla con diversos tipos de carne y que pueden aprovecharse para cocinar incluso cuando están muy maduras… algo que pasa con facilidad en días tan calurosos como los de verano.

Hoy queremos aprovechar, en un segundo plato a base de lomo de cerdo, todo el potencial de las manzanas: resaltaremos su toque ácido con la dulzura de la miel y añadiremos otro complemento que marida íncreiblemente, es decir, un poco de mostaza. 🍏🍯

Esta mezcla de sabores y el juego de texturas, las manzanas más blandas y delicadas y la carne más firme y crujiente, te harán querer repetir porción 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Lomo de cerdo: 800 g
  • Manzanas: 3
  • Mostaza (lisa o antigua): 50 g
  • Miel: 50 g
  • Limón: zumo de ½
  • Aceite de oliva: lo suficiente
  • Mejorana: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pimienta: al gusto

Realización

Empieza preparando la carne: límpiala eliminando eventuales partes grasas, pásala debajo del agua y sécala con papel de cocina. Corta la carne primero en rodajas y después en tiras no demasiado gruesas. Sazona con sal, pimienta y mejorana.

Ahora prepara las manzanas. Tras haberlas lavadas, retira la piel utilizando un pelador para patatas. Saca unos gajos de unos 7 mm de espesor y elimina la parte con semillas de cada uno. Rocía con zumo de limón para evitar que se oxiden.

En una sartén añade un chorrito de aceite y, cuando notes que está caliente, vierte la carne. Fríela utilizando una temperatura alta al principio y removiendo con frecuencia, para que quede uniformemente dorada. Después añade la manzana, baja la temperatura del fogón y deja cocinar unos 3 minutos más.

Añade a la sartén la miel y la mostaza y remueve bien para cubrir toda la carne de forma homogénea. Si notas que te cuesta y/o que la salsa se ha espesado demasiado, añade un poco de agua.
(Nota: No te preocupes si has añadido demasiada agua, pues puedes dejarla evaporar hasta lograr la consistencia perfecta 😉 ).
Cocina la carne durante unos 4-5 minutos más.

Divide la carne en porciones y emplata, repartiendo también la salsa.

Lomo de cerco con manzanas y miel
Lomo de cerdo con manzanas y miel

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si te gusta la mostaza antigua (la que lleva semillas), puedes utilizarla para jugar tanto con las texturas como para darle un toque extra al emplatado.

Puedes eliminar la mejorana y añadir, junto a las manzanas, un ramito de romero, si prefieres esta combinación.

Consumir enseguida.

Albóndigas en salsa de tomate casera con guisantes – sin lactosa

Presentación

Si te apetece un segundo plato de carne muy versátil, en el que puedas emplear la carne que prefieras o tengas, que haga feliz a toda tu familia o grupo de amigos y que incluya una sabrosísima salsa de tomate casera, has encontrado la receta correcta.

Prepara estas albóndigas súper sencillas, sin lactosa o derivados del pan, que puedes personalizar eligiendo entre un acabado bien crujiente u otro más blando. Mira también en las sugerencias: encontrarás más trucos para que te queden extra suaves 😉

Y cómo las servimos con una saludable porción de guisantes, ¿por qué no «endulzar» esta combinación a los peques, añadiendo unos espaguetis y sacando de la manga la famosa escena de la Dama y el Vagabundo? 🐶🍝🐶


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30-45 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Carne picada: 800 g (de cerdo, vacuno, pollo, pavo o mixta)
  • Guisantes: 2 latas (o 500 g escurridos)
  • Tomate triturado: 800 g
  • Huevos: 2 medianos
  • Cebolla: 1 grande
  • Ajo: 1 diente pequeño
  • Mejorana y/o orégano: al gusto
  • Tomillo: al gusto
  • Nuez moscada: una pizca
  • Jengibre molido: al gusto
  • Cúrcuma: al gusto (opcional)
  • Pimienta: al gusto
  • Cubito de caldo: al gusto (para sustituir la mayor parte de sal)
  • Sal: al gusto
  • Azúcar: ½ cucharadita
  • Aceite de oliva virgen extra: para freír
  • Harina de trigo: para rebozar

Realización

Empieza preparando la salsa.

Limpia y pica finamente la cebolla y el ajo. Calienta un poco de aceite en una sartén a fuego medio-alto. Añade el ajo y, en cuanto empiece a dorarse ligeramente, añade la cebolla y deja que se poche a fuego mediano.

Sazona con el cubito de caldo, la pimienta, la mejorana, el orégano, el tomillo, la nuez moscada, la cúrcuma y el jengibre y deja que se sofría.
(Ojo: es mejor que empieces incorporando la pimienta y la nuez moscada con prudencia, para que luego el plato no sea demasiado agresivo con tu estómago 😉 ).

Cuando la cebolla esté empezando a dorarse, vierte los guisantes escurridos y deja que se calienten. A continuación, vierte el tomate triturado y limpia la lata con medio vaso de agua: esto nos permite aprovechar todo el tomate y ganar tiempo para cocinar la salsa sin que se quede seca ;).

Añade la media cucharadita de azúcar y remueve bien. Controla si necesitas sazonar más con el cubito o con alguna especia. Tapa y deja que se cocine a fuego bajo-mediano durante unos 10-15 minutos.

En la espera, prepara las albóndigas.

Pon la carne en un bol y sazona con sal, pimienta, jengibre molido y nuez moscada. Casca los dos huevos y mezcla con tus manos durante unos 3-5 minutos: la masa tiene que absorber totalmente los huevos y quedarse lisa y densa.

Cómo formar albóndigas iguales

Forma unas bolitas uniformes del tamaño que prefieras.
(Truco: Puedes utilizar la técnica de la GIF que hay al lado. Unta la palma mano con un poco de aceite. Pon un poco de carne en la palma, ciérrala y aprieta para que la albóndiga salga del agujero que forma tu pulgar con tu índice. Utiliza una cuchara para coger la albóndiga y colocarla sobre tu tabla de cortar. 😉 )

Reboza ligeramente las albóndigas con harina.

En una sartén añade un poco de aceite. Cuando esté bien caliente, empieza a colocar las albóndigas. Si también te gustan bien crujientes por fuera, márcalas al principio y por todos los lados con fuego medio-alto; luego deja que se terminen de cocinar a fuego mediano.

Ahora queda solo juntar las albóndigas con la salsa y decidir si las albóndigas te gustan crujientes o más blanditas:

  • Si eres del equipo #AlbóndigasCrujientes: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y, o bien sirve ya, o deja cocinar como mucho durante unos 2-3 minutos, para que se mezclen los sabores.
  • Si eres del equipo #AlbóndigasBlandas: coloca las albóndigas en la sartén con la salsa y deja que se cocinen al menos unos 10 minutos. (Truco: Si notas que la salsa se ha espesado demasiado, puedes añadir un poco de agua al principio de esta segunda cocción ;))
Albóndigas con salsa de tomate casera y guisantes

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si las albóndigas te gustan bien suaves por dentro, independientemente del acabado exterior, puedes utilizar dos trucos más que, además, hacen que puedas servir raciones más económicas:

  • Versión sin lactosa: añade entre 100 y 200 g de pan rallado a la carne picada antes de mezclarla para que absorba los huevos.
  • Versión con lactosa: desmenuza entre 100 y 200 g de miga de pan o pan para sándwich en un plato hondo donde has vertido medio vaso de leche (o un poco más). Cuando el pan esté bien empapado, escurre un poco, añádelo a la carne ya amasada y vuelve a amasar bien para que quede una masa lisa.

Puedes conservar este plato en la nevera durante 1 día y volver a calentarlo antes de consumirlo. También puedes congelar unas porciones utilizando un recipiente hermético o una bolsita de plástico apta para alimentos.

Pechugas de pollo a la Norma

Presentación

Después de probar este plato, las pechugas de pollo rebozadas dejarán de ser el clásico, pero aburrido, segundo de carne blanca, para convertirse en algo seductor para los ojos y el paladar.

Añadir la triunfal combinación siciliana de berenjenas, tomates y Ricotta salada curada (o Pecorino) a las pechugas va a revalorizar este segundo y esta receta quedarse en tus menús para las quedadas entre amigos, las cenas en familia o las comidas de los peques.

Al final de la receta encuentras algunas sugerencias para una versión light que corta en calorías, pero no en sabor 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Pechuga de pollo: 600 g (en lonchas)
  • Tomates pelados enteros: 400 g
  • Berenjena: 1
  • Pecorino: 50 g
  • Ricotta salada curada: para decorar (sustituible por Pecorino)
  • Cebolla: ½
  • Huevos: 2 medianos
  • Albahaca fresca: al gusto
  • Orégano: al gusto
  • Sal: al gusto
  • Pan rallado: para rebozar
  • Pimienta: al gusto
  • Aceite de girasol: para freír

Realización

Empecemos preparando la salsa.

Limpia la cebolla, pícala finamente y deja que se dore en aceite de oliva virgen extra. Añáde los tomates pelados picados en trozos, el orégano, un poco de albahaca y sal y pimienta al gusto. Deja que la salsa se cocine hasta que esté espesa.

Mientras tanto, elimina las extremidades de la berenjena y corta primero unas lonchas finas (que utilizaremos para decorar) y pica el resto en cubitos. Fríe tanto las lonchas como los cubitos en aceite de girasol hasta que estén doradas y deja escurrir sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Incorpora los cubitos a la salsa de tomate y aparta las lonchas para después.

Ahora vamos a preparar el pollo.

Pechugas de pollo a la norma

Ralla el Pecorino, anádele pan rallado y mezcla. Sazona el pollo con sal y pimienta, pásalo por los huevos batidos y después y rebózalo en el pan rallado con queso.

Fríe las pechugas de pollo en aceite caliente hasta que estén doradas y deja que el papel absorbente retire el exceso de aceite.

Ahora ya podemos emplatar: coloca las pechugas de pollo y encima la salsa caliente, añade las lonchas de berenjena fritas para decorar junto a un poco de Ricotta salada rallada y unas hojas de albahaca fresca.

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Prepara el plato poco antes de servirlo, para que esté caliente.

Para una versión light:

  1. Puedes preparar las pechugas de pollo al horno si lo prefieres: una vez rebozadas, coloca las pechugas encima de una bandeja cubierta con papel para horno y esparce un poco de aceite encima antes de hornear;
  2. Evita freír los cubitos de berenjena y deja que se cocinen en la sartén donde preparas la salsa: añádelos cuando la cebolla esté dorada y antes de incorporar el tomate.

Si es la primera vez que te asomas a la salsa a la norma, prueba el primer plato original del que deriva esta receta: te va a encantar 😉