Pangoccioli – bollitos de leche italianos con pepitas de chocolate (con o sin lactosa)

Presentación

Para un italiano, leer «Pangoccioli» evoca muchísimos recuerdos de recreos en el cole, meriendas en casa o en escapadas con amigos. El hecho de que estos panecillos sean, desde hace décadas, toda una institución entre los bollos industriales italianos, se debe a la acertada mezcla de dos elementos que cautivan a todos los niños (y me apuesto a que a los adultos los comen a escondidas): una suavísima masa de pan de leche 🥛 y unas golosas pepitas de chocolate 🍫.

Dado que nosotras estamos comprometidas a hornear y proponeros postres saludables que se puedan comer preocupaciones ni remordimientos, sin excesos de azúcar e incluso adaptados a las necesidades de quienes tienen intolerancia a la lactosa, hoy os traemos nuestra versión casera de estos panecillos de leche con pepitas de chocolate (con o sin lactosa).

Toda la familia y vuestros amigos van a repetir varias veces, ¡así que plantéate doblar las dosis desde ya para evitar luchas de poder por los últimos pangoccioli! 😜

Puesto que este postre habla por si mismo, no queda más que preguntarte: ¿List@ para pasártelo genial preparando y degustando estos bollos italianos saludablemente adictivos? 😋


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 2,5 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de fuerza: 200 g*
  • Harina de trigo: 200 g*
  • Levadura fresca: 15 g (aprox. 1 sobre de 5,5 g de levadura seca o lo que indique su fabricante)
  • Huevos: 3 medianos + 1 para la superficie
  • Leche de vaca/vegetal (o agua): 110 g + 2 cucharadas para la superficie
  • Mantequilla o margarina: 110 g
  • Azúcar: 90 g
  • Miel: 1 cucharada (puedes sustituirlo por 10g de azúcar más)
  • Sal: 1 pizca
  • Aroma: 2 ml (sabor vainilla, ron, naranja, mantequilla)
  • Pepitas de chocolate negro/con leche: 100 g
  • Aceite de girasol: para untar las manos

*Si lo prefieres o por necesidad, puedes variar las proporciones: por ejemplo, 300g de fuerza y 100g de harina normal.


Realización

Antes de empezar, pon tus pepitas de chocolate en la nevera o en el congelador para que estén frías cuando llegue la hora de incorporarlas.
[Nota: Si no tienes pepitas, puedes picar gruesamente una tableta de chocolate, tratando de quitar las virutas que se hayan generado para que queden solo pepitas 😉 ]

Calienta un poco la leche para que esté tibia [Ojo: la leche no debería quemarte, si puesta a contacto con la piel, para que la levadura pueda fermentar correctamente], añade la levadura desmenuzada y remueve hasta que esté disuelta.
[Nota: puedes utilizar tanto la levadura fresca, incluso recién sacada del congelador, como la levadura seca]

En un bol grande pon todos los ingredientes excepto por las pepitas de chocolate: empieza tamizando las harinas, añadiendo el azúcar, la sal y el aroma y mezcla. Añade la miel, la mantequilla troceada finamente [Ojo: si la consistencia permite untarla, entonces no hace falta trocear finamente], la levadura disuelta y casca los 3 huevos.

Mezcla todo a mano (en el bol y continuando sobre la encimera) o utilizando tu robot de cocina hasta lograr una masa homogénea. Desde ese momento, mezcla unos 5-7 minutos más para desarrollar una masa elástica y lisa.

Incorpora las pepitas de chocolate y sigue amasando para que queden bien repartidas, pero tratando de hacerlo rápidamente para que el calor de las manos no empiece a derretir el chocolate. Trata de repetir movimientos que estiren una extremidad de la masa de diversas zonas (izquierda, derecha, abajo y arriba) y la «peguen» sobre el centro, para que el reparto sea más sencillo.

Forma una bola, colócala en un bol y cubre con un trapo limpio. Deja reposar en un sitio caliente durante 1-1,5 h (a más frío, más tiempo y a más calor, menos tiempo).

Pasado ese tiempo, coge la masa y, dependiendo del tamaño que prefieras, divídela en 8-14 partes, tratando de que tengan todas más o menos el mismo peso. Unta tus manos con un poco de aceite y forma unas bolitas ayudándote con la encimera, si hace falta. Vuelve a untar tus manos cuando lo necesites, para que la masa no se pegue.

Coloca las bolitas sobre una bandeja cubierta con papel para horno. De haber algún pliegue colócalo por debajo y asegúrate de que haya bastante espacio entre una y otra bolita (mínimo 3 cm), porque van a crecer mucho en el horno. Cubre con un trapo limpio y deja que la masa crezca durante unos 30 minutos.

Poco antes de que se acaben esos 30 minutos, enciende el horno para que llegue a los 180ºC.

Para que la superficie de los pangoccioli tenga un acabado lúcido, en un pequeño bol casca un huevo, añade 2 cucharadas de leche y bate bien. Con un pincel de silicona o uno apto para la cocina exparce esta mezcla sobre la superficie de cada bolita.

Hornea en horno ya caliente hasta que estén bien doradas (aprox. 10-20 min). Dado que el tiempo varía dependiendo de cada horno, realiza la prueba del palillo de madera [clava un palillo/una brocheta de madera en el centro de un pangoccioli y, si sale limpio (sin trazas de masa pegajosa), la masa está completamente cocida].
[Truco: si la masa en el interior está aún cruda pero te parece que la superficie se está volviendo demasiado oscura, puedes tapar la bandeja con una hoja de papel de aluminio hasta que se complete la cocción 😉 ]

Si quieres que la superficie de los pangoccioli quede bien blanda, nada más sacarlos del horno, esparce sobre cada uno un poco de agua con el pincel de silicona.

Deja enfriar unos 30 minutos antes de servir.

Pangoccioli - bollitos de leche italianos con pepitas de chocolate
Pangoccioli – bollitos de leche italianos con pepitas de chocolate

¡Listos!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si bien los pangoccioli se caracterizan por sus pepitas de chocolate, puedes prescindir de ellas y crear unos panecillos de leche básicos o personalizar este ingrediente «extra» sustituyéndolo o complementándolo con uno o varios ingredientes:

  • trocitos de nueces,
  • arándanos rojos o uvas pasas rehidratadas en zumo de fruta, té o ron (y suavemente apretados antes de incorporarlos para eliminar el exceso de líquido),
  • cubitos de manzana salteados (con una pizca de canela o con ralladura de cítricos),
  • cáscara de naranja confitada.

Conserva bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico (o alternativa biodegradable) durante 3 días.

La textura es más suave en las primeras 24h tras el horneado, pero puedes recuperar toda la suavidad si pones los pangoccioli en el microondas durante unos 10 segundos a máxima potencia.

Bizcocho de yogur con trocitos de piña – con o sin lactosa

Presentación

Levantarse por la mañana ⏰ no siempre es fácil, así que hay que preparar unos incentivos para que lo que nos espere en el desayuno nos haga salir de la cama con ganas de comernos el mundo… y algo más dulce, ¡como un bizcocho! 🍰

Este bizcocho de yogur recuerda un poco la consistencia de los plum cakes italianos, aireado pero al mismo tiempo compacto y húmedo, gracias al truco del almidón de maíz 🌽 que impide que se quede secos incluso 3 días tras el horneado. Aunque aquí la estrella es sin duda la piña 🍍, que encuentras tanto en trocitos como en el sabor del yogur, siendo éstos unos añadidos que hacen de este bizcocho un desayuno (o una merienda) más saludable.

De hecho, este bizcocho realmente es uno de esos postres libres de remordimientos y preocupaciones: la cantidad de azúcar y aceite es muy baja, puedes utilizar la cómoda piña en almíbar (las hacen con edulcorantes también) o mejor aún piña fresca y, si quieres, puedes utilizar sin problemas un yogur desnatado o uno vegetal, si eres intolerante a la lactosa.

Y si tienes otro tipo de fruta en casa que aprovechar, no dudes en personalizar la receta: en el apartado de sugerencias encuentras algunas ideas. 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 45 min
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Huevos: 4 medianos
  • Azúcar: 80 g (aunque puedes aumentar hasta 120g si te gusta bien dulce)
  • Yogur (o alternativa vegetal): 150 g* (sabor piña / frutos amarillos / limón)
  • Aceite de girasol: 80 g
  • Harina de trigo: 250 g
  • Maizena (Almidón de maíz)/ Fécula de patatas: 100 g
  • Levadura química en polvo: 16 g (= 1 sobre)
  • Piña fresca o en almíbar: 170 g
  • Aroma: 2 ml (vainilla, limón, azahar)

*Puede sustituirse por 125 g de yogur + 25 g de leche/zumo o almíbar de piña


Realización

Enciende el horno a 180ºC (modalidad ventilada, si quieres ahorrar tiempo de cocción) para que haya llegado a temperatura cuando la masa esté lista.

Casca los huevos en un bol grande y añade el azúcar. Bate con tu batidor de varillas manual o eléctrico hasta lograr un compuesto claro y espumoso.

Añade el aroma, el aceite y el yogur y mezcla bien.

Tamiza sobre el bol la harina junto a la maizena y a la levadura en polvo. Bate una última vez con el batidor de varillas o, en la parte final, con una espátula/cuchara si te resulta más cómodo, hasta que la masa quede lisa y homogénea.

Corta la piña fresca o en almíbar en trocitos y viértelos en el bol. Mezcla con una espátula para repartirlos uniformemente en la masa.

Coge un molde (elige la forma que prefieres, aunque yo utilicé uno bundt – con aro – de 24 cm de diámetro) y, para que desmoldar te resulte más fácil:

  • revístelo con papel para horno o, alternativamente,
  • untálo con un poco de mantequilla/margarina/aceite y esparce harina, eliminando el eventual exceso de esta última.

Vierte la masa en el molde así preparado y nivélala un pococon una espátula. Hornea el bizcocho hasta que esté bien dorado.
El tiempo exacto de cocción varía dependiendo del horno, así que lo más seguro es controlar el color del bizcocho y efectuar la prueba del palillo (clava un palillo largo de madera en el centro del bizcocho: si sale limpio, el bizcocho está listo y, si no, hay que esperar un poco más).

Extrae del horno y deja enfriar unos 15 minutos antes de desmoldar.

Bizcocho de yogur con trocitos de piña
Bizcocho de yogur con trocitos de piña

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Conserva el bizcocho bajo una campana de vidrio o en una bolsita de plástico (o alternativa biodegradable) durante 3 días, guardándolo en la nevera si la temperatura del ambiente es cálida.

Puedes personalizar el bizcocho de la forma que prefieras: experimenta con diversos tipos de fruta 🍏 fresca, salteada o en almíbar (melocotones, manzanas, peras, frambuesas, arándanos, fresas), ajusta el sabor del yogur para que combine bien o incluso sustituye la fruta por unas golosas de gotas de chocolate. Por otra parte, si te gustan las especias como la canela, puedes incorporarlas a la fruta: añádela a unas manzanas, peras, ciruelas o plátanos salteados en la sartén y, cuando esté fría, añádela a la masa.

Pumpkin pie con textura de mousse – sin lactosa

Presentación

Estamos en plena temporada de calabazas y las peculiaridades de esta hortaliza han llevado culturas gastronómicas muy diferentes a exaltar su sabor dulce con especias, tanto en platos salados como los ravioli mantovani de Italia, y en platos dulces como la pumpkin pie norteamericana.

Hoy reinterpretamos justo la famosa pumpkin pie, o tarta de calabaza, manteniendo todo su sabor, pero jugando con su textura: en lugar del clásico relleno firme, vamos a preparar un relleno especiado al estilo mousse. Ya verás que el contraste entre la masa brisée que envuelve la mousse y esta última queda espectacular.

No te limites a preparar este postre en otoño: sirve esta tarta en verano en lugar de las clásicas tartas con base de galleta y quesos frescos o yogures con gelatina y atrévete a traer la chispa de las especias. Si, además, eres intolerante a la lactosa, disfruta del postre a tope, puesto que, a diferencia de la pumpkin pie original y de las anteriores tartas, ¡ésta no lleva ningún lácteo! 😉


Información

  • Dificultad: mediana
  • Tiempo preparación: 1 h 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA:

  • Harina de trigo: 300 g
  • Azúcar: 80 g
  • Aceite de girasol: 80 g (= 90 ml)
  • Huevos: 2 medianos
  • Levadura química: 8 g (= ½ sobre)
  • Aroma: 2 ml (de almendra o ron)

PARA EL RELLENO:

  • Calabaza: 430 g
  • Huevos: 3 medianos
  • Canela: 1 cucharadita
  • Especias nórdicas*: 1 ½ cucharaditas
  • Leche vegetal o de vaca: 120 ml
  • Aceite de girasol: 1 cucharadita
  • Azúcar de caña: 2-4 cucharadas (al gusto + depende de la leche)
  • Aroma: 1 ml (de almendra o ron)

*Se trata de una mezcla de especias utilizada en las galletas y en el bizcocho de jengibre, en el pan de especias, etc. típicos del norte de Europa, que los norteamericanos llaman Pumpkin Spice. Aquí encuentras todos los ingredientes para crearla tú mism@.


Realización

Empezamos preparando la masa brisée (masa quebrada) con aceite.

En un bol casca los huevos, añade el azúcar, el aceite de girasol, el aroma y bate con tu batidor de varillas (manual o eléctrico). Mezcla la harina con la levadura en polvo y añádela a la masa.

Mezcla bien todos los ingredientes con tus manos, pero tratando de no cansar innecesariamente la masa: en cuanto tengas una masa lisa que no se pega a los dedos, haz una bola, cúbrela con película transparente y deja que repose unos 15 minutos en la nevera.

En la espera, prepara el relleno.

Quita la piel y las semillas a la calabaza y rállala por la malla gruesa de tu rallador o de tu robot de cocina: este paso nos hará ahorrar tiempo de cocción.

Ahora coloca la calabaza rallada en un bol y ponlo en tu microondas durante 3-4 minutos a máxima potencia: tiene que ablandarse.

Saca la calabaza del microondas y deja que se enfríe unos 5-10 minutos.
(Truco: si quieres puedes extenderla sobre dos platos llanos fríos para que se enfríe más rápidamente 😉 ).

Cuando la calabaza se haya enfriado, viértela en tu batidora y añade todas las especias, la cucharadita de aceite y la leche. Bate hasta lograr un compuesto homogéneo y sin grumos.

Enciende el horno a 220ºC con modalidad ventilada y coge la masa de la nevera.

Recorta un círculo de papel para horno del diámetro de tu molde para tartas (aconsejo utilizar un molde de no menos de 25 cm de diámetro) y extiende ⅔ partes de la masa brisée encima con la ayuda de un rodillo. Tiene que quedarte un grosor de unos 4 mm aproximadamente.

Coloca la masa extendida dentro del molde y utiliza el tercio de masa que queda para recubrir los bordes: el borde no debería tener menos 2 cm de altura, aunque depende del diámetro de tu molde.

Hornea la masa hasta que empieces a notar que la superficie se ha secado un poco: harán falta unos 5-7 minutos.
(Ojo: no tiene que dorarse, sino tan solo secarse un poco).

Mientras tanto, separa en dos boles distintos las claras y las yemas. A las yemas añade el aroma y el azúcar de caña.
(Nota: la cantidad de azúcar depende de si utilizas una leche vegetal azucarada o no y también de lo dulce que te guste el postre. Si eres golos@ utiliza 4 cucharadas, pero si prefieres un postre menos dulce o quieres acompañarlo con un poco de mermelada de melocotón, entonces pon un poco menos).

Con tu batidor de varillas, primero bate las claras a punto de nieve y luego las yemas, que deben quedar mucho más claras y voluminosas.
(Nota: sabrás si las claras están a punto de nieve si cuando levantas el batidor se quedan unas pequeñas cimas firmes y, sobre todo, si, al dar la vuelta al bol las claras se quedan en su sitio 😉 ).

Añade las yemas batidas a la calabaza y vuelve a batir un poco para que todo se mezcle bien. Ahora vierte el compuesto en un bol grande y añade las claras. Mezcla con una espátula desde abajo hacia arriba y con delicadeza: queremos aprovechar el aire de las claras para lograr una textura de mousse.

Saca el molde del horno y vierte el compuesto de calabaza en su interior. Vuelve a poner en el horno durante 10 minutos. Pasado ese tiempo, reduce a 180ºC y deja que se hornee durante otros 30-35 minutos aprox.
(Nota: el tiempo de horneado depende de cada horno, así que lo mejor es realizar la prueba del palillo: si un palillo de madera clavado en el centro sale sin estar bañado de masa líquida, entonces se puede sacar del horno. Puede salir con algún trocito de mousse, puesto que esa es la consistencia natural del postre).

Deja enfriar tu pumpkin pie al menos 1 hora antes de desmoldar y servir.

Pumpkin pie con textura de mousse - sin lactosa
Pumpkin pie con textura de mousse – sin lactosa

¡Lista!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si no eres intolerante a la lactosa, puedes servir el postre con nata batida.

Prueba también lo deliciosa que queda con mermelada de melocotón: atrévete a preparar tu propria confitura de melocotones para un plato completamente saludable y menos azucarado 😉

Conserva durante 2 días en un lugar fresco. Si el ambiente es cálido, mejor conservarlo en la nevera y sacarlo 15-20 minutos antes de servir.

Bizcocho bundt al limón – sin lactosa

Presentación

Todos hemos probado el bizcocho al limón: es un clásico de los desayunos y de las meriendas. 🍋
Sin embargo, querid@s cocinillas, esta receta os hará hornear la mejor versión que hayáis probado nunca. ¡Nosotras nos hemos vuelto adictas!

El bizcocho es súper húmedo y al mismo tiempo aireado, tiene un aroma a limón muy agradable y puedes prepararlo incluso si eres intolerante a la lactosa.

Es una receta infalible que sale deliciosa incluso si estás preparando tus primeros bizcochos y también es altamente personalizable: en el apartado de sugerencias encontraréis una lluvia de ideas para crear versiones con sabores diferentes, pero igual de buenas 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de trigo: 2 ½ vasos [se puede sustituir con harina de arroz]
  • Azúcar: 1 vaso [se puede aumentar hasta 1 ½ vasos]
  • Limón biológico: cáscara de 1
  • Huevos: 4 medianos
  • Leche vegetal: 1 vaso [se puede sustituir por agua o leche de vaca]
  • Maizena o fécula de patatas: ½ vaso
  • Aceite de girasol: 1 vaso
  • Aroma: 2 ml (limón o, alternativamente, ron, almendras o vainilla)
  • Levadura química: 1 sobre (= 16 g)
  • Sal: 1 pizca

Realización

En un bol, bate los huevos con el azúcar y la pizca de sal hasta que la masa quede clara y espumosa.

Añade el aroma y la leche vegetal.
[Ojo: puedes emplear la leche que prefieras (aquí una guía para elegir la mejor), aunque comprueba su contenido de azúcar para que no te salga demasiado dulce].

Incorpora también el aceite y mezcla todo muy bien para que los ingredientes se emulsionen.

Ralla por la malla fina la cáscara de un limón biológico lavado y añádela a la masa.

Añade la harina con el cacao y la levadura utilizando un tamiz: ésto nos permitirá lograr un bizcocho más aireado. Mezcla hasta que la masa quede uniforme.

Coge tu molde bundt (o, si lo prefieres, uno sin aro o rectangular o cuadrado), úntalo con un poco de aceite de girasol y esparce harina para cubrir todas las superficies que quedarán en contacto con la masa: esto nos ayudará a desmoldar más facilmente después de la cocción.
(Nota: si utilizas un molde sin aro, te resultará fácil cubrir el molde con papel para horno y podrás prescindir de untar y enharinarlo 😉 ).

Vierte la masa en el molde y hornea en horno ya caliente configurado en una de estas dos modalidades:

  • horno estático: 180°C durante unos 40 minutos;
  • horno ventilado: 170°C durante 30 minutos.

[Ojo: los tiempos de horneado varían dependiendo del horno, por lo tanto es conveniente efectuar la prueba del palillo para controlar si está listo a partir de cuando faltan unos 10 minutos respecto del tiempo indicado. Clava en el centro del bizcocho un palillo de madera: si sale limpio, puedes sacar el bizcocho del horno].

Deja que se enfríe antes de desmoldear.

Bizcocho bundt al limón – sin lactosa

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Personaliza este bizcocho cómo prefieras. Aquí tienes unas sugerencias para chuparse los dedos:

  • añade gotas de chocolate en la masa y mezcla antes de verter esta última en el molde,
  • decora la superficie con frutas de temporada (fresas, melocotones, albaricoques) o frutas en almíbar (piña, melocotones);
  • convierte este bizcocho en un lemon & blueberry pound cake añadiendo
  • decora la superficie con almendras laminadas;
  • conviértelo en un bizcocho de chocolate en 2 pasos: quita la ralladura de limón y sustituye la maizena por la misma cantidad de cacao amargo en polvo: en esta receta podrás ver el resultado 😉

Para una versión sin gluten: usa harina de arroz en lugar de harina de trigo.

Galletas friables al café

Presentación

¿Quieres un desayuno o una merienda que te vigorice con una pequeña dosis de cafeína y que te ponga una sonrisa por su simpático y divertido aspecto?

¡No te queda más remedio que preparar estas friables galletas, completamente libres de lactosa, que llevan café soluble en su interior y que parecen verdaderos granos de café gigantes! 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 45 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

  • Harina de trigo: 320 g (o 330 g de harina de arroz)
  • Azúcar: 120 g
  • Huevos: 2 medianos
  • Café soluble: 25 g
  • Aceite de girasol: 100 g
  • Fécula de patatas: 120 g (sustituible por harina de maíz)
  • Levadura: 16 g (= 1 sobre)
  • Aroma: 1 ml (de vainilla, mantequilla o almendra)

Realización

En un bol rompe los huevos, vierte el azúcar, el café soluble, el aroma y el aceite y mezcla todo con un tenedor.

Añade la harina, la fécula de patatas, la levadura y amasa hasta lograr una consistencia homogénea.

Galletas friables al café

Con tus manos, forma unas galletas que tengan la forma de un grano de café y colócalos sobre una bandeja para horno cubierta de papel vegetal. Incide una línea recta sobre cada galleta con un cuchillo, para que el parecido con los granos de café sea mayor.

Hornea en horno pre-calentado a 180ºC con ventilador durante unos 15 minutos aproximadamente (aunque le tiempo exacto depende de cada horno).

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes conservar las galletas en un contenedor hermético o en una caja de lata durante hasta 2 meses.

Tartaletas con crema de mascarpone y nata batida y fruta

Presentación

¡La primavera está a la vuelta de la esquina y hay que celebrar la llegada de esta nueva estación! 🌼🌱🌸 Ahora que muchos debemos hacerlo desde casa y limitar las salidas, tenemos un motivo más para hornear algo sencillísimo pero delicioso y amenizar estos momentos.

Te propongo unas crujientes tartaletas rellenas de una crema de queso mascarpone y nata batida decoradas con sabrosa fruta. Considerando que al limitar también las salidas para hacer la compra lo primero que se nos agota es la fruta fresca, en esta receta he decidido utilizar fruta conservada en almíbar o confitada (de producción propia o comprada) que tenemos en nuestras despensas, que podemos guardar durante mucho tiempo y sacar en cualquier momento, aunque por supuesto puedes utilizar fruta fresca.

Al final de la receta hay muchas ideas para una versión aún más rápida, otra más ligera y varias alternativas para quien quiere más chocolate, especias nórdicas o una versión vegana o sin lactosa 😉


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 1 h
  • Coste: bajo
  • Dosis: para 4 personas

Ingredientes

PARA LA MASA BRISÉE

  • Harina de trigo: 300 g
  • Aceite de girasol: 80 g
  • Azúcar: 100 g
  • Huevos: 2 medianos
  • Levadura: 8 g (½ sobre)
  • Aroma: 1 ml (sabor ron/ mantequilla/ vainilla)

PARA EL RELLENO Y LA DECORACIÓN

  • Nata para montar sin azúcar: 200 ml
  • Mascarpone: 100 g
  • Frutos confitados o en almíbar: 300 g (cerezas, melocotones, piña, cáscara de naranja, etc.)
  • Azúcar glás: 2-3 cucharadas
  • Azúcar vainillado: 1 cucharadita
  • Vainilla: 1 rama (opcional)

Realización

Empieza preparando la masa brisée. En un bol vierte la harina, el azúcar y la levadura y mezcla. En un bol pequeño rompe los huevos, bátelos un poco con un tenedor y añádelos a la harina. Incorpora también el aceite y el aroma. Mezcla todo hasta lograr una consistencia lisa y entonces guarda la masa en la nevera durante 20 minutos.

Extiende la masa sobre la encimera enharinada con la ayuda de un rodillo hasta lograr un espesor de unos 4 mm. Utilizando un cortador de masa o un vaso obtén unos círculos (los míos eran de 6 cm de diámetro) y colócalos en tus moldes para tartaletas o, si no tienes, para magdalenas.

Hornea las tartaletas a 180ºC (horno pre-calentado con ventilador) hasta que estén doradas. Saca del horno y deja enfriar.

En la espera, prepara la fruta cortándola en trozos, si necesario.

Tartaletas con crema de mascarpone y nata batida y fruta

En un bol vierte el mascarpone y añade los azúcares y las semillas de la rama de vainilla. Bate con un batidor de varillas eléctrico o manual. En otro bol bate la nata hasta lograr la correcta consistencia aireada.
[Ojo: no te pases batiendo para que la nata no cobre la consistencia de la mantequilla.]
Añade la nata al mascarpone y mezcla desde abajo hacia arriba para obtener una consistencia homogénea.

Cuando las tartaletas se hayan enfriado rellénalas con nata montada (con la ayuda de una manga pastelera para que el resultado sea más bonito) y coloca la fruta encima.

¡Listas!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Si no tienes moldes para tartaletas con los bordes decorados, puedes aún así decorar tu tartaleta utilizando un cortador de galletas que tenga forma de flor y disponer la masa así cortada en un molde para magdalenas 😉

Puedes sustituir la fruta en almíbar o confitada por fruta fresca (kiwi, fresas, arándanos, frambuesas, mandarines, etc.) o mezclarlos. También puedes decorar la tartaleta con nueces y trozos de chocolate, si lo prefieres.

Tartaletas con crema de mascarpone y nata batida y fruta

Si te apetece una versión más sencilla y ligera de esta receta, prepárala solamente con nata batida, sin mascarpone.
Es también posible realizar una mezcla de mascarpone y de requesón batidos con los azúcares y la vainilla, si te gusta una textura más compacta 😉

Añade unas 2-3 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar a las harina si quieres una masa para tartaletas más «chocolatosas» y combina con el mismo tipo de frutas o con peras (frescas o en almíbar). Como alternativa, añade a la harina unas 2-3 cucharaditas de especias nórdicas (las que llevan jengibre, canela, cardamomo, etc) y combina con manzanas y peras salteadas en la sartén.

Si eres intolerante a la lactosa o vegano, elimina del relleno la nata y el mascarpone de origen animal y bate la parte cremosa de la leche de coco 😉

Clafoutis de cerezas de temporada con un toque de ron

Presentación

Aprovechar los ingredientes de temporada es una de las mejores elecciones porque, además del precio más asequible, disfrutamos del sabor y de los aromas más intensos que ese producto nos puede ofrecer.

El verano trae muchos productos deliciosos, pero quizás las cerezas sean de los más exquisitos… y también de los más difíciles de rehusar.

Si juntamos la disponibilidad de unas cerezas de temporada con las ganas de un postre, pero también la necesidad de algo fresco no hay mejor opción que decantarse por un clafoutis de cerezas.

El clafoutis es una deliciosa tarta de origen francés que podríamos describir como una versión dulce y más básica de la quiche: las potentes cerezas estarán envueltas por una cremosa capa similar al flan, que puedes también preparar con ingredientes sin lactosa 😉

Sirve una porción de este postre a alguien querido para endulzarle el día de forma saludable.


Información

  • Dificultad: baja
  • Tiempo preparación: 55 min
  • Coste: mediano
  • Dosis: para 8 personas

Ingredientes

  • Cerezas: 600 g
  • Mantequilla derretida: 30 g (sustituible por aceite de girasol)
  • Huevos: 4 medianos
  • Leche: 230 ml (de vaca, de soja u otra vegetal*)
  • Harina de trigo: 100 g
  • Azúcar: 80 g (puede ser también en parte vainillado)
  • Ron de miel: 10 ml
  • Aroma de almendras: 1 ml
  • Aroma de vainilla: 1 ml

*Consulta aquí qué leche vegetal es más conveniente según tus necesidades.


Realización

Resultado de imagen de cherry pitter

Enciende el horno a 180ºC para que se caliente.

Lava las cerezas y elimina los pedúnculos y los huesos. (Truco: para facilitar la tarea, existe un utensilio específico para facilitar la remoción de los huesos 😉 )

Unta la base del molde (26 cm de diámetro) con la mantequilla o el aceite y esparce unas dos cucharadas de azúcar. Coloca las cerezas sobre el molde untado y aparta de momento.
(Truco: si deseas extraer al postre para servirlo en un plato, utiliza un molde para quiche con el fondo que se separa de los bordes 😉 )

En un bol rompe los huevos, añade la pizca de sal y lo que queda de azúcar y bate con un batidor de varillas (manual o eléctrico) hasta que te quede un compuesto espumoso.

Añade el ron y los aromas y vuelve a mezclar un poco.

Incorpora la harina tamizándola para evitar que salgan grumos y mezcla bien hasta que el compuesto quede liso.

Finalmente añade poco a poco la leche y sigue batiendo hasta que la masa haya quedado homogénea.

Vierte el compuesto sobre el molde cubierto con cerezas y hornea durante unos 40 minutos o hasta que se haya inflado y esté dorado.
(OJO: los tiempos de cocción en el horno son indicativos, puesto que varían dependiendo de cada horno, así que es aconsejable controlar con frecuencia).

Deja enfriar un poco antes de servir: la receta tradicional exige que el clafoutis se sirva tibio, aunque también tiene una consistencia más firme y también muy agradable cuando esté ya fría.

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

Puedes sustituir las cerezas por fresas, frambuesas, melocotones, albaricoques u otros frutos de temporada: aunque la receta siga siendo la misma, cuando cambian los frutos, los franceses llaman a este postre flaugnarde.

Puedes esparcir azúcar glás por encima antes de servir.

Conservar durante 2 días fuera de la nevera, si no hace mucho calor o, en todo caso, en la nevera.

La versión original de la receta se realiza sin extraer los huesos de las cerezas, lo que también aporta un sabor distinto y característico, pero para disfrutar del postre de forma más cómoda y también para que lo hagan los niños sin riesgos es aconsejable quitarlos. 

 

French toast de brioche con leche de coco y melocotones a la parrilla – sin lactosa

Presentación

Déjate conquistar por este desayuno extremadamente rico y empieza el día con una sonrisa de placer y satisfacción que no se borrará de tu rostro.

Tomate una media hora para preparar este nutriente french toast sin lactosa, con leche de cocouna variación francesa de las torrijas españolas.

Esta exquisitez se sirve con jugosos melocotones de final de temporada a la parrilla, delicado y perfumado caramelo con crema de coco, coloridos arándanos y crujientes láminas de coco deshidratado… ¿a que la sonrisa está ya apareciendo en tu cara, eh? 😉


Información

  • Dificultad: normal
  • Tiempo preparación: 30 min
  • Coste: normal
  • Dosis: para 3-4 personas

Ingredientes

FRENCH TOAST AL COCO

  • Rebanadas de pan brioche: 6 gruesas (sustituible por pan de molde u otros*)
  • Huevos: 4 medianos
  • Leche de coco: 1 vaso
  • Azúcar: 1 cucharada (opcional si utilizas pan brioche azucarado)
  • Canela: 1 pizca
  • Coco laminado deshidratado: para decorar
  • Aceite de girasol: 1-2 cucharadas (para freír)
  • Arándanos: un puñado

MELOCOTONES A LA PARRILLA

  • Melocotones: 4 maduros
  • Aceite de girasol: 3 cucharadas
  • Azúcar moreno/blanco: 2 cucharadas

CARAMELO AL COCO

  • Azúcar glás: 1 vaso
  • Crema de coco: un poco más de ¾ vaso
  • Sal: ½ cucharadita
  • Extracto de vainilla: 1 cucharadita

*consulta nuestra guía para el tipo de pan más apto para esta receta


Realización

CARAMELO AL COCO

En una olla pequeña calienta la crema/nata de coco con calor moderado.

En la espera, calienta en otra olla el azúcar con calor medio-alto, mezclando constantemente con una cuchara de madera. Retira cuando tenga un bonito color ambarino, sin pasarte para que no se queme.

Entonces vierte en la olla con el caramelo la crema de coco, mezclando constantemente hasta lograr una masa homogénea (harán falta 1-2 minutos). Retira del fogón. Sazona con sal y extracto de vainilla, mezcla y deja enfriar.

MELOCOTONES A LA PARRILLA

Calienta una parrilla o una sartén-grill.

french toast al coco con melocotones a la parrilla - sin lactosa.jpg

Corta los melocotones en cuartos.

En un pequeño bol junta el aceite y el extracto de vainilla. Con un pincel de cocina, unta la carne de los melocotones dentro y esparce azúcar por encima.

Coloca los melocotones sobre la parrilla, con la carne a contacto con la misma y cocina durante 3-5 minutos o hasta que estén caramelizados. Entonces unta la superficie de los melocotones con la restante mezcla y esparce con azúcar antes de dar la vuelta y dejar cocinar durante unos 3-5 minutos más. Retira.

FRENCH TOAST AL COCO

Mezcla bien los huevos con la leche de coco, el azúcar y la canela.

Calienta una sartén anti-adherente a temperatura mediana con un poco de aceite.

Sumerge por ambos lados cada rebanada de pan de brioche en la mezcla de huevos, hasta que esté bien empapada, incluso en el interior (al menos unos 30 segundos por lado, pero podría hacer falta más tiempo).

Dora cada rebanada en la sartén con el aceite caliente (aprox. 2-3 minutos por lado).

Sirve el french toast con el caramelo al coco, los melocotones a la parrilla. Esparce un poco de azúcar glás si lo deseas, añade unos arándanos y las láminas de coco.

¡Listo!

¡BUEN PROVECHO!


Sugerencias

french toast al coco con melocotones a la parrilla - sin lactosa 2Si te gustan los melocotones a la parrilla, prueba nuestra receta de melocotones a la parrilla con una voluptuosa cucharada de mascarpone aromatizado a la vainilla y crujiente granola… te volverás loc@ por esta combinación.

Si quieres realizar el french toast con otros tipos de pan, incluso uno ya un poco seco, lee nuestra guía sobre cual rinde mejor como base para torrijas, pues es de total aplicación al french toast 😉

Prueba también la receta original de las torrijas españolas o una golosa versión con cacao.

Como sustituir los productos con lactosa en las recetas – para intolerantes a la lactosa y veganos

Poder sustituir leche, mantequilla y yogur en los postres es algo muy útil para quienes son intolerantes a la lactosa y están siempre en busca de tartas, magdalenas, etc. que no lleven productos lácteos.

Decid la verdad: ¿cuántas veces habéis encontrado una receta que os ha cautivado y os habéis llevado un disgusto nada más ver en el listado de los ingredientes «leche», «mantequilla», «yogur» o «nata»?

¿Cuántas veces habéis renunciado a preparar un postre por miedo a que, a la hora de modificar los ingredientes, os pudierais equivocar en las proporciones y obtener un resultado desastroso?

En esta pequeña guía os explicaré como sustituir la leche, la mantequilla y el yogur en los postres, para que podáis modificar con seguridad todas las recetas de postres que incluyan lactosa y disfrutar con tranquilidad de ellas 😉

Los intolerantes saben que la intolerancia a la lactosa es muy subjetiva, es decir que hay personas que toleran bien los productos a los que se ha reducido la cantidad de lactosa y añadido lactasa (los productos violeta «sin lactosa», procedentes de animales), mientras que hay otros que no pueden mirarlos ni de lejos. Esto es importante porque quienes toleran estos productos tienen la posibilidad de emplear leche, yogures, etc. sin lactosa, pero los que no pueden encontrarán en esta guía soluciones muy gustosas y viables para sustituir de otra manera los productos lácteos en sus postres.


COMO SUSTITUIR LA LECHE DE VACA/CABRA

100 g de leche de origen animal equivalen a:

  • 100 G DE LECHE VEGETAL: Podéis utilizar el tipo que más os guste (almendra, soja, avena, avellana, etc.), pero considerad que algunas tienen un sabor más marcado (por ejemplo avena y soja). En efecto, con respeto a la soja, podéis probar distintas marcas (el sabor de la leche de soja light de Alcampo enriquecida con calcio y vitaminas es muy delicado y bastante neutro) o emplear bebidas de soja aromatizadas (para bizcochos o natillas la de sabor vainilla – muy buena la de Don Simon -, para postres que sepan de chocolate la bebida al chocolate – muy buena la de Hacendado). [Aquí una guía para elegir la leche vegetal mejor para tus exigencias]
    Si queréis aseguraros un sabor muy delicado, podéis emplear 70 g de leche vegetal + 30 g de agua (o para facilitaros las proporciones 50%-50%).
    Cuidado con el azúcar que llevan algunas bebidas vegetales (especialmente las de soja a la vainilla o chocolate y la leche de arroz): en algunos casos es conveniente disminuir la cantidad de azúcar en el postre.
  • 100 G DE AGUA: especialmente indicada si queréis un bizcocho ligero o queréis ahorraros alguna caloría. Para compensar, os aconsejo incorporar a la receta algún aroma (como el de vainilla, naranja, limón, ron, almendra, fresa, etc.) para obtener un postre más gustoso y perfumado.
  • 100 G DE ZUMO DE FRUTA: podéis elegir vuestro gusto favorito o el que más se adecue a vuestro postre, pero merece la pena mencionar el zumo de naranja (también recién exprimido), el de piña o el ACE. Atrévete también con gustos exóticos como maracuya, mango, mezcla tropical, etc. para portar un toque interesante a tu bizcocho… quizás añadiendo ralladura de cáscara de cítricos también.
  • 100 G DE VINO BLANCO: en este caso el consejo es no emplear más de 100 ml de vino, pues el sabor es muy fuerte, por lo que si en la receta hay más leche que esa cantidad, el excedente sería mejor incorporarlo en agua.
  • 100 G DE NATA VEGETAL: esta opción va muy bien si queréis unos unos postres más compactos y densos. Se puede emplear la nata vegetal para postres, es decir la que se puede montar, pero sin montarla: empleándola liquida tal y como está en el brik (comprueba siempre que no contenga derivados lácteos, como pasa con la nata vegetal Hacendado) o la nata de soja (que puede tener un sabor marcado, por lo que quizás no es aconsejable para todo tipo de preparaciones).

COMO SUSTITUIR EL YOGUR

100 g de yogur equivalen a: 

  • 100 G DE ACEITE VEGETAL: considerad que hay muchos tipos de aceite y algunos tienen sabores más marcados: el aceite de girasol o de maíz son bastante delicados y universales, mientras que el de oliva podría notarse bastante en el postre.
  • 100 G DE NATA VEGETAL: Se puede emplear la nata vegetal para postres, es decir la que se puede montar, pero sin montarla: empleándola liquida tal y como está en el brik (comprueba siempre que no contenga derivados lácteos, como pasa con la nata vegetal Hacendado) o la nata de soja (que puede tener un sabor marcado, por lo que quizás no es aconsejable para todo tipo de preparaciones).
  • 100 G DE YOGUR DE SOJA: una alternativa que aconsejo vivamente, pues existe una variedad muy amplia para escoger entre gustos naturales y sabores de fruta. Hay marcas somo Sojasun que no llevan trozos de fruta (útil para algunas preparaciones), pero que tienen un sabor de soja algo más marcado, y las marcas blancas de Hacendado y Alcampo que llevan unos maravillosos trozos de fruta y en los cuales el sabor a soja se nota muy poco (especialmente en las versiones con frutos amarillos, que son universales y no manchan los bizcochos, como a lo mejor harían los frutos rojos).

COMO SUSTITUIR LA MANTEQUILLA

100 g de mantequilla equivalen a:

  • 80 G DE ACEITE VEGETAL: ideal si la receta prevé mantequilla fundida. Considerad que hay muchos tipos de aceite y algunos tienen sabores más marcados: el aceite de girasol o de maíz son bastante delicados y universales, mientras que el de oliva podría notarse bastante en el postre.
  • 80 G DE MARGARINA VEGETAL SUAVE/PARA UNTAR: ideal si la receta prevé el uso de mantequilla fundida. En el caso de la margarina, aconsejo leer siempre muy bien la etiqueta para que contenga la mayor cantidad posible de aceite de girasol o linaza y cuanto menos colza, palma o coco posible, además de tratar de evitar las grasas hidrogenadas.
  • 80 G DE MARGARINA VEGETAL COMPACTA: ideal si la receta prevé el uso de mantequilla fría y troceada. Emplear especialmente en la preparación de galletas y masa brisée. (Tener en cuenta los mismos aspectos nutritivos mencionados para la margarina suave).
  • 90 G DE PULPA DE AGUACATE O PLÁTANO: el sabor de estos ingredientes podría notarse, por lo que hay que emplearlos con cuidado. Perfectos para tortitas (pancakes).
  • 100 G DE REQUESÓN O QUESO BURGOS SIN LACTOSA: emplear exclusivamente si se toleran los productos con contenido de lactosa reducido, y en todo caso es preferible la que lleve 0,01% de lactosa.
  • 50 G DE ACEITE VEGETAL + 50 G DE YOGUR VEGETAL (O «SIN LACTOSA»): esta ultima opción solo para quienes toleren los productos «sin lactosa»

 COMO SUSTITUIR LA NATA

100 g de nata de vaca equivalen a:

  • 100 G DE NATA VEGETAL: se puede emplear la nata vegetal para postres, es decir la que se puede montar, pero sin montarla: empleándola liquida tal y como está en el brik (comprueba siempre que no contenga derivados lácteos, como pasa con la nata vegetal Hacendado) o la nata de soja (que puede tener un sabor marcado, por lo que quizás no es aconsejable para todo tipo de preparaciones).

 COMO SUSTITUIR LOS QUESOS FRESCOS

Emplear las mismas cantidades de productos «sin lactosa»  (requesón, ricotta, queso crema, queso Burgos) solo cuando se toleren los alimentos con contenido reducido de lactosa y preferiblemente los que lleven no más del 0,01% de lactosa.